La reapertura m¨¢s esperada
El Patio de los Leones de la Alhambra recupera su aspecto original del siglo XIV
![Visitantes tras la reapertura del Patio de los Leones, en la Alhambra.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6THFSCZR3APLPAT6UTNK37GH7A.jpg?auth=7561ec3dce4b55d144d061707071e2e928b3089918ba324559497136ce469dbb&width=414)
Cuando decenas de autoridades y periodistas empezaron a marcharse de la Alhambra, cientos de turistas entraban con curiosidad y sorpresa en el nuevo Patio de los Leones, reabierto este viernes? despu¨¦s de una d¨¦cada de trabajos de restauraci¨®n.
El m¨¢rmol brillante hac¨ªa que el d¨ªa soleado iluminara la fuente desde cualquier perspectiva. La imagen hist¨®rica del patio volv¨ªa a la Alhambra cinco siglos despu¨¦s, en una extra?a suerte de revelaci¨®n que asombr¨® a todos. De ese modo, el monumento nazar¨ª recuperaba una de sus im¨¢genes m¨¢s celebradas, la del patio tal y como lo concibi¨® el sult¨¢n Muhammad V en el siglo XIV como casa real nazar¨ª, y tal y como fue relatado por los primeros cronistas de la ¨¦poca. El cambio del tradicional suelo de chinos al que todos estaban acostumbrados por la espectacular soler¨ªa de m¨¢rmol blanco de Macael permit¨ªa ayer a los visitantes acceder hasta la misma fuente, lo que resultaba imposible desde la ¨²ltima remodelaci¨®n de la zona en los a?os noventa. De ese modo, los visitantes pudieron ver al detalle los leones, que comenzaron a ser retirados en 2002 para eliminar las gruesas costras calc¨¢reas, detener la invasi¨®n de elementos biol¨®gicos, consolidar roturas de diverso origen y desprender elementos met¨¢licos y adherencias muy perjudiciales como el cemento. Esa ser¨ªa la descripci¨®n t¨¦cnica del trabajo realizado sobre la fuente.
La soler¨ªa de m¨¢rmol blanco de Macael permite a los visitantes acercarse a la fuente
Una menos prosaica destacar¨ªa la recuperaci¨®n de detalles antes imperceptibles: las fauces con dentaduras afiladas y pliegues muy marcados, sus nuevas y distintas orejas e incluso una l¨¢grima que permanece quieta en el rostro de uno de los felinos. En ella se detuvo Mar¨ªa del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife de Granada, mientras explicaba a las autoridades algunos aspectos de los trabajos. Entre ellos, el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, quien se mostr¨® sorprendido por el resultado de la restauraci¨®n e incluso se atrevi¨® a afirmar que se encontraba en el que tal vez sea ¡°el monumento m¨¢s importante de Espa?a y hasta de Europa¡±.
Gri?¨¢n quiso destacar que la intervenci¨®n ha sido llevada a cabo por un equipo multidisciplinar ¡°netamente andaluz¡±, con m¨¢s de un centenar de profesionales especializados y t¨¦cnicos de las universidades de Granada, C¨®rdoba y Sevilla. Desde hac¨ªa siglos exist¨ªa la creencia de que el patio hab¨ªa sido originalmente un jard¨ªn. Durante las diferentes catas arqueol¨®gicas que se realizaron antes de comenzar los trabajos aquella hip¨®tesis qued¨® descartada. La superficie de la roca subyacente hac¨ªa inviable la existencia de un espesor m¨ªnimo de tierra vegetal, por lo que fue necesario realizar un estudio exhaustivo de la documentaci¨®n hist¨®rica para conocer la soler¨ªa original.
En 1492, el humanista austriaco Jer¨®nimo M¨¹nzer describi¨® por primera vez el patio como una soler¨ªa de m¨¢rmol blanco y una fuente central con una taza. Ochos a?os despu¨¦s, Antonio Lalaing dej¨® constancia de la misma configuraci¨®n con la salvedad de que hab¨ªan sido a?adidos seis naranjos. Diferentes fuentes refieren que a finales del siglo XVII el complejo sufri¨® una importante remodelaci¨®n. El suelo pas¨® a ser de cer¨¢mica en espiga con colores azul, blanco, verde y negro.
El conjunto recupera su funci¨®n tras una d¨¦cada de rehabilitaci¨®n
En 1770, el hispanista ingl¨¦s Henry Swinburne visit¨® la Alhambra. En 1779 public¨® el libro Viaje alrededor de Espa?a, en el que se adentra en sus monumentos principales. Swinburne describe el Patio de los Leones con gran precisi¨®n y pueden apreciarse nuevos cambios en la soler¨ªa, esta vez compuesta por cer¨¢mica en espiga con piezas cocidas y vidriados en azul y blanco.
Ya durante la ocupaci¨®n francesa, en 1810, el general Sabastiani orden¨® retirar el pavimento y plantar un jard¨ªn con rosas, jazmines y arrayanes. Fue necesario rellenar de tierra natural los cuadrantes y emplear maceteros. En la segunda mitad del siglo XIX los jardines fueron eliminados y se recuperaron los niveles originales en las galer¨ªas con la disposici¨®n de baldosas de cer¨¢mica ochavadas con olambrillas verdes, blancas y azules. En los intercolumnios se regres¨® al m¨¢rmol.
En 1974 se decidi¨® volver a plantar diferentes especies en los cuadros del patio. Entre las elegidas se encontraban geranios y rosas. En 1987, se cambi¨® de opini¨®n y se opt¨® por un acabado en gravilla procedente del r¨ªo Guadalquivir a su paso por Meng¨ªbar. Pese al gran n¨²mero de intervenciones realizadas en el patio ha sido imposible encontrar restos de pavimentaci¨®n, ya que en la remodelaci¨®n ejecutada por el arquitecto conservador Modesto Cendoya a principios del siglo XX fueron vaciados los cuatro cuadrantes, lo que elimin¨® cualquier sustrato arqueol¨®gico.
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