El precio de conservar el paisaje
El nulo rendimiento de las zonas forestales y el coste del mantenimiento llevan al abandono Los expertos ven en la biomasa para crear energ¨ªa una soluci¨®n
Joan Vallhonrat, desde Sant Lloren? Savall (Vall¨¨s Occidental), miraba por televisi¨®n esta pasada semana las noticias sobre los incendios del Alt Empord¨¤, que se han saldado con cerca de 14.000 hect¨¢reas carbonizadas, 4 muertos y 20 heridos. La memoria le dio un vuelco y revivi¨® los dram¨¢ticos fuegos de 2003 que afectaron a su municipio. Entonces se quemaron 4.500 hect¨¢reas y murieron cinco personas. Las llamas arrasaron casi toda la finca de 270 hect¨¢reas de Joan. ¡°Hoy estamos igual de desordenados que hace nueve a?os¡±, se lamenta, y se indigna pensando en que el debate sobre qu¨¦ hacer con los bosques para que no se conviertan en un polvor¨ªn sea ¡°un tema recurrente que sale siempre que hay grandes incendios cada ciertos a?os¡±.
A Joan no le falta raz¨®n. Aunque en el caso del Alt Empord¨¤ se han o¨ªdo muchas cr¨ªticas contra los recortes de la Generalitat en materia de prevenci¨®n y extinci¨®n de incendios, hay problemas m¨¢s end¨¦micos y estructurales que afectan al bosque: su abandono por la poca rentabilidad y la incapacidad econ¨®mica de propietarios y Administraciones para llevar al d¨ªa su limpieza. ¡°Mantener el paisaje tiene un coste¡±, resume este propietario.
El 60% de la superficie de Catalu?a es masa forestal, esto es, dos millones de hect¨¢reas. Es una cifra que se ha incrementado en las ¨²ltimas d¨¦cadas debido al despoblamiento del campo y el abandono de mas¨ªas, cultivos y reba?os. ¡°El problema es que los bosques est¨¢n capitalizados, como decimos en argot forestal. Esto significa que cada a?o el sotobosque ¡ªque hace que los incendios se propaguen a una velocidad endiablada¡ª crece en dos millones de metros c¨²bicos y solo se extraen 500.000¡±, explica Josep Escorihuela, director general de Medio Natural y Biodiversidad de la Generalitat. Mantener ¡°limpia¡± ¡ªsin maleza¡ª una sola de estas hect¨¢reas cuesta entre 1.500 y 3.000 euros cada cuatro a?os, lo que implica una inversi¨®n de unos 3.000 millones de euros, algo inasumible para una Administraci¨®n.
Y todav¨ªa menos para los propietarios privados, en cuyas manos est¨¢ gran parte de las ¨¢reas forestales catalanas. El problema es la falta de incentivo, ya que los bosques no son rentables y sus titulares no pueden sacar un rendimiento de ellos. Hasta ahora una buena salida hab¨ªa sido la explotaci¨®n de la madera para el sector de la construcci¨®n, pero la crisis de la construcci¨®n ha cerrado esta puerta. Una alternativa ser¨ªa reinventar el sector de la madera y buscar fortuna en el nicho de las viviendas o muebles de madera prefabricados para poder exportarlos. ¡°Lo ideal ser¨ªa inventar un Ikea¡±, apunta en un gesto informal el director general.
¡°Lo ideal ser¨ªa inventar un Ikea¡±, dice el responsable de Medio Natural
El mercado interior no parece una salida para el sector, porque, parad¨®jicamente, resulta m¨¢s barata importarla de pa¨ªses con costes m¨¢s econ¨®micos como Finlandia, Rusia y Francia. ¡°Pasa como con una camiseta hecha en China. Es m¨¢s barata que la fabricada en Catalu?a¡±, aclara Eduard Plana, responsable del ¨¢rea de incendios del Centro Tecnol¨®gico Forestal de Catalu?a.
Otro sector en el que propietarios y Administraci¨®n tienen las esperanzas puestas es en la biomasa. Con un buen impulso de esta fuente energ¨¦tica renovable ¡ªque usa como combustible pellets de madera¡ª la Generalitat calcula que se podr¨ªan limpiar anualmente un mill¨®n de metros c¨²bicos de sotobosque, la mitad de lo que crece. De hecho, el Plan de la Energ¨ªa de Catalu?a prev¨¦ que la biomasa genere el 10% de la energ¨ªa en 2015. Un camino largo todav¨ªa por recorrer pero que en municipios como Sant Lloren? Savall ya lo est¨¢n experimentando. Su alcalde, Ricard Torralba, explica que la guarder¨ªa, el Ayuntamiento y el pabell¨®n ya cuentan con calderas de biomasa, algo que quieren extender pronto a los colegios. La madera sale de sus bosques y as¨ª se mantienen limpios. ¡°En cinco a?os hemos amortizado el alto coste de las maquinarias para recoger la madera y hemos reducido a la mitad el gasto del combustible para la calefacci¨®n, que hasta ahora era el gas¨®leo¡±, explica orgulloso el alcalde.
¡°Hay que hacerse a la idea de que c¨ªclicamente habr¨¢ grandes incendios¡±
Tambi¨¦n existen propuestas m¨¢s innovadoras para mantener los bosques en condiciones. ¡°Utilizar el fuego como instrumento de prevenci¨®n contra los incendios¡±, propone Eduard Plana, del Centro Tecnol¨®gico Forestal. Aunque parezca parad¨®jico y arriesgado, se trata de realizar quemas controladas de zonas boscosas para ayudar a limpiar el sotobosque. De hecho, es una t¨¦cnica parecida a la que utilizan los payeses y una pr¨¢ctica habitual en pa¨ªses como Estados Unidos.
Tampoco hay que olvidar las t¨¦cnicas de limpieza m¨¢s conocidas y habituales, como reducir el volumen de masa arb¨®rea o fomentar el pasto extensivo. Jaume Rabeya, presidente de la Asociaci¨®n de Propietarios Forestales explica que tiene vacas que mantienen a raya las malas hierbas y no dejan proliferar el sotobosque.
Las Administraciones coinciden en apuntar que se ha mejorado mucho en la prevenci¨®n y extinci¨®n en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero admiten que por tit¨¢nicos que sean los esfuerzos, el clima mediterr¨¢neo (altas temperaturas, poca humedad¡) impide reducir el riesgo a cero. ¡°Nos tenemos que hacer a la idea de que c¨ªclicamente habr¨¢ grandes incendios por la conjunci¨®n de causas clim¨¢ticas. No se puede luchar contra la naturaleza¡±, reconoce Jordi Bellapart, gerente de los Servicios Parques Naturales de la Diputaci¨®n de Barcelona.
Lo que s¨ª se puede hacer es intentar acabar con los incendios causados por la mano humana. Seg¨²n las estad¨ªsticas de la Generalitat, el 41% de los incendios se deben a negligencias (como parece que ha sucedido en La Jonquera) y el 22% son intencionados. Joan Vallhonrat pide que los visitantes de las zonas boscosas se hagan corresponsables. ¡°En el Alt Empord¨¤ no solo han perdido los propietarios, sino todos los catalanes, hemos perdido el paisaje¡±, afirma el propietario con un halo de esperanza conocedor de que los bosques mediterr¨¢neos se regeneran r¨¢pido. Su finca ya luce ¨¢rboles de dos metros. Tambi¨¦n en zonas recientemente carbonizadas como Horta de Sant Joan, donde el verde ya empieza a abrirse paso entre las cenizas. La naturaleza rebrota.
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