Visi¨®n, sue?o, acci¨®n, esperanza
Para mirar el futuro con esperanza se requiere tener confianza en las instituciones p¨²blicas, en la pol¨ªtica, en los Parlamentos y los Gobiernos
En una iglesia de Sussex (Inglaterra) se encuentra una inscripci¨®n de 1730, que resumidamente dice: ¡°Una visi¨®n sin acci¨®n es un sue?o. Una acci¨®n sin visi¨®n es penosa. Una visi¨®n asociada a la acci¨®n es la esperanza del mundo¡±. Nuestra sociedad no pasa momentos favorables y estamos viendo peligrar los fundamentos de nuestro bienestar y de la legitimidad democr¨¢tica. Hacen falta nuevas visiones del mundo que permitan el desarrollo, sin hipotecar los recursos naturales ni nuestro futuro, sin fomentar desigualdades sociales ni intergeneracionales, con bienestar y solidaridad..., con democracia y sostenibilidad.
Para mirar el futuro con esperanza se requiere tener confianza en las instituciones p¨²blicas, en la pol¨ªtica y los pol¨ªticos, en los Parlamentos y los Gobiernos... La din¨¢mica actual no nos lleva precisamente por este camino. Las decisiones econ¨®micas han pasado por encima de derechos sociales y laborales, han contradicho programas pol¨ªticos, han decidido sobre servicios b¨¢sicos..., y hasta han supuesto la modificaci¨®n de la Constituci¨®n para intentar combatir un d¨¦ficit y unos indicadores econ¨®micos, que a¨²n no se percibe el cambio en los valores buscados.
El problema no es tanto el hecho de estar de acuerdo o no con todas y cada una de las medidas, sino con una sensaci¨®n de que no hay una ¡°visi¨®n¡± de fondo ni debatida que justifique las acciones de los Gobiernos y aprobaciones parlamentarias. Nos encontramos, con poco riesgo a equivocaciones, delante de mensajes y decisiones que parecen err¨¢ticos o ¡°inacabados¡±. Combaten el d¨¦ficit con una perspectiva del ¡°todo vale¡± y del camino de ¡°el fin justifica los medios¡±. Con todo eso, nuestra democracia se debilita y crece una desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica por la falta de credibilidad de los programas legitimados por su votaci¨®n en las respectivas elecciones, que finalmente se incumplen bajo una escenograf¨ªa de no tener intenci¨®n de explicar o pedir disculpas por el cambio. Tampoco se sabe d¨®nde mirar porque tambi¨¦n fallan las alternativas pol¨ªticas, como si no hubiera posibilidades de seguir otros caminos.
La universidad p¨²blica es un punto de encuentro de la reflexi¨®n cr¨ªtica y, desde la pluralidad y rigurosidad de pensamientos y debates
Desde la perspectiva de la universidad p¨²blica, quiero reivindicar que todav¨ªa estamos a tiempo, que nos hace falta ligar visiones pol¨ªticas y sue?os de un mundo mejor con programas de gobierno y de gesti¨®n responsables, coherentes y globales. Desde la responsabilidad, por ejemplo, la Universidad de Barcelona ha organizado y difundido su acci¨®n de gobierno a trav¨¦s de un plan director que mide de forma transparente el grado de cumplimiento del programa en forma de direcci¨®n por objetivos.
Una responsabilidad y transparencia que es observable en algunos pa¨ªses de nuestro entorno tambi¨¦n con dificultades, e incluso en los que ayudan financieramente han realizado consultas ciudadanas o debates parlamentarios con el objetivo de validar y ratificar decisiones de sus Gobiernos.
Los partidos pol¨ªticos, las instituciones p¨²blicas, la participaci¨®n, la democracia... son los pilares en los que tenemos que basarnos para explicar el camino de la recuperaci¨®n y que emerjan unas expectativas reales y confiables sobre el futuro. La universidad p¨²blica es un punto de encuentro de la reflexi¨®n cr¨ªtica y, desde la pluralidad y rigurosidad de pensamientos y debates, desde la responsabilidad de las misiones que tiene encomendadas, reivindica su participaci¨®n activa en la soluci¨®n de la crisis y en la recuperaci¨®n del Estado de bienestar a trav¨¦s de sus funciones de ascensor social y de generaci¨®n de conocimiento.
El sem¨¢foro de alarma se ha encendido por el conjunto de acciones pol¨ªticas que no tienen visi¨®n ni consultan ni se explican a la sociedad, por un camino que cada vez deja m¨¢s personas al margen, por unas prioridades econ¨®micas que se olvidan de la funci¨®n fundamental del sector p¨²blico que son los servicios b¨¢sicos como la sanidad, la educaci¨®n, el empleo y otros derechos sociales. La crisis puede llevar asociados peligros invisibles. De ninguna forma podemos hacer que la recuperaci¨®n sea a un precio impagable.
D¨ªdac Ram¨ªrez i Sarri¨® es rector de la UB.
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