Maragall defiende su independencia como diputado y reta al PSC a echarle
¡°Exigir silencio y docilidad ser¨ªa absolutamente vergonzoso¡±, dice el exconsejero
Ernest Maragall no tiene intenci¨®n de abandonar el Partit dels Socialistes (PSC), y menos su esca?o en el Parlament. El exconsejero no est¨¢ dispuesto a ceder y echar¨¢ un pulso al PSC. La direcci¨®n socialista le sugiri¨® el lunes, en una carta redactada por el secretario de organizaci¨®n, Daniel Fern¨¢ndez, que realizara una ¡°reflexi¨®n¡± sobre su papel en el grupo parlamentario, tras romper la disciplina de voto el mi¨¦rcoles pasado para votar a favor de una hacienda propia para Catalu?a. Fern¨¢ndez argumentaba en su escrito que Maragall deb¨ªa entregar su acta por ¡°coherencia personal, dignidad pol¨ªtica y ¨¦tica democr¨¢tica¡±.
Maragall responde con dureza en la carta que envi¨® ayer a Fern¨¢ndez, en la que defiende su posici¨®n en la votaci¨®n del pacto fiscal y su independencia como diputado, y manda un claro aviso a Fern¨¢ndez y al PSC: si el partido quiere que se vaya, deber¨¢ echarlo. ¡°S¨¦ claro. Me est¨¢s pidiendo (?) que me vaya, desaparezca del grupo, y, se entiende, del propio PSC. Pues bien, es obvio que no puedo, ni remotamente, aceptar ni acoger esta amable sugerencia. No sin que formalic¨¦is y sustanci¨¦is las graves acusaciones que incluyes en tu carta¡±.
Maragall se muestra ofendido por las opiniones expresadas por Fern¨¢ndez, que acusa al diputado no solo de desobedecer las ¨®rdenes del partido, sino tambi¨¦n de dar un ¡°giro copernicano¡± en sus opiniones. Asegura que cuando era consejero de Educaci¨®n apost¨® por relegar las opiniones personales en favor del partido, durante el tr¨¢mite de la Ley de Educaci¨®n. Maragall defiende su coherencia: ¡°No recuerdo ninguna ocasi¨®n en la que se expresasen formalmente posiciones discrepantes¡±. Y despu¨¦s, su honorabilidad: ¡°En ning¨²n momento me atrever¨ªa a formular juicios personales equivalentes sobre tu persona o sobre cualquier otro miembro del secretariado, la ejecutiva o el grupo parlamentario socialista¡±.
En la larga carta, Maragall mantiene que su respaldo a la hacienda propia est¨¢ tan en consonancia con las ideas establecidas por el partido en su ¨²ltimo congreso como la negativa final del PSC y asevera sobre su decisi¨®n: ¡°Est¨¢ en coherencia con las posiciones globales del socialismo catal¨¢n, con mis convicciones y con lo que creo que corresponde al inter¨¦s general de los ciudadanos a los que decimos representar¡±.
Entre sus reflexiones, el exconsejero incluye una sobre la independencia de cada diputado. Para Maragall, las palabras de Fern¨¢ndez sugieren que quiere ¡°silencio y docilidad¡± en los parlamentarios, algo que, considera, ¡°ser¨ªa absolutamente vergonzoso e incompatible con cualquier consideraci¨®n sobre la ¨¦tica y la dignidad pol¨ªticas¡±. Y remata: ¡°Sean cuales sean los reglamentos o los precedentes, la primera responsabilidad de un electo es frente a los ciudadanos a quienes debe representar¡±.
La defensa de Maragall
"S¨¦ claro. Me est¨¢s pidiendo (?) que desaparezca, me vaya del grupo, y, se entiende, del propio PSC. No puedo aceptar esta amable sugerencia".
"Me doler¨ªa pensar que el papel que otorgas al diputado es (...) silencio y docilidad. Ser¨ªa vergonzoso e incompatible con cualquier consideraci¨®n sobre la ¨¦tica y la dignidad pol¨ªticas".
"No encuentro ning¨²n inconveniente program¨¢tico ni ninguna contradicci¨®n en las posiciones defendidas y la decisi¨®n de voto que finalmente adopt¨¦".
Maragalll lo deja claro: ¡°No tengo intenci¨®n de renunciar¡±. Y reta a la direcci¨®n socialista a contrastar sus opiniones ¡°cuando quiera y donde quiera¡±, o a echarlo. La pelota vuelve a estar en el tejado del PSC.
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