Romanticismo bajo la luna llena
Paul Anka tir¨® de recuerdos y amistades en su sentimental concierto en Calella de Palafrugell
La noche rememor¨® juventudes en muchos casos ya lejanas, y en el entorno enso?ador de los Jardins de Cap Roig, con la luna llena flotando en el cielo como si se tratase de la secuencia cenital de pel¨ªcula rom¨¢ntica, Paul Anka se encontr¨® con el ambiente id¨®neo para dar una pizca de alegr¨ªa a la madurez, oxigenar con optimismo una noche de verano y recordar junto a un mar de esta?o que mientras queden recuerdos nada mejor que apurar el presente para construir las deseables nostalgias del futuro. Enso?aciones junto al mar. Podr¨ªa ser el t¨ªtulo de una canci¨®n de Paul Anka.
El cantante de origen canadiense tiene perfectamente tomada la medida a su profesi¨®n y como enterteintment no tiene fisura. Durante dos horas sonri¨® constantemente, anduvo de una punta a otra del escenario mostrando un estado de forma m¨¢s que regular, baj¨® a platea, all¨ª, en un gesto juvenil, se subi¨® a unas sillas para ser mejor visto, saludo, estrech¨® manos, invit¨® a bailar a una se?ora y siempre se mostr¨® seductor, simp¨¢tico y seguro de s¨ª mismo. Su aspecto, un poco ¡°berlusconiano¡±, con un moreno de cubierta de velero, los cabellos, sin duda con nombre propio cada uno de ellos, cuidados con el esmero destinado al green de St Andrews, enton¨® con su traje oscuro con chaleco, zapato de pisar alfombras y ese aire general de gal¨¢n simp¨¢tico al que un marido jam¨¢s dar¨ªa la espalda. Siendo prosaicos, a Paul Anka se le not¨® encantado de trabajar. Y lo hizo bien.
Su espect¨¢culo fue una continuo reivindicar su figura e importancia por medio de una agenda de amistades a las que homenajear en p¨²blico. As¨ª cant¨® junto a la voz grabada de Michael Jackson y reivindic¨® la coautor¨ªa de ¡°This is it¡±; record¨® a Sammy Davis Jr, quien cant¨® con ¨¦l desde una pantalla la preciosa ¡°I¡¯m not anyone¡±, partitura de Paul Anka, quien record¨® que tambi¨¦n compuso ¡°It doesn¡¯t matter anymore¡± para Buddy Holly y, por supuesto, se reivindic¨® como el adaptador que dio a ¡°My way¡± la forma con la que Sinatra la har¨ªa cl¨¢sica. De paso cant¨® ¡°New York, New York¡±, una estupenda versi¨®n de ¡°I¡¯ve Got You Under My Skin¡± y toda una ristra de ¨¦xitos en los que no falt¨® ¡°Diana¡±, una de sus canciones m¨¢s melifluas junto a ¡°Put Your Hands On My Shoulder¡±, pieza en la que Anka estuvo c¨®mplice al recordar aquellos abrazos en la parte de atr¨¢s de los coches; ¡°Let My Try Again¡±, ¡°Lonely Boy¡± o ¡°She¡¯s a Lady¡±. Un paseo en toda la regla por un cancionero poco menos que eterno en el que tambi¨¦n hubo paradas en el rock y de manera especial en el campo de los recuerdos. Argumentos m¨¢s que de sobra para pasar un buen rato con un artista que se mostr¨® espl¨¦ndido en facultades. Y, recu¨¦rdese, no falt¨® a la cita ni la luna llena sobre un mar encalmado.
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