Competencia e ins¨®lito suceso
El mano a mano entre El Juli y Talavante fue muy divertido porque ambos toreros se esmeraron en una bonita competencia
El mano a mano entre El Juli y Talavante fue muy divertido porque ambos toreros se esmeraron en una bonita competencia, como debe ser en una corrida de este tipo. Otra cosa es que brillara el buen toreo. No hay que ser exigentes, que no est¨¢n los tiempos para pedir peras al olmo. Divertido, s¨ª. Se nota que los dos toreros son amigos y vinieron a Huelva a pasarlo bien y entretener al p¨²blico, que es su primera obligaci¨®n.
El suceso ocurri¨® en el sexto de la tarde. Estaba el sobresaliente Fern¨¢ndez Pineda hablando con El Juli, cercanos ambos a las tablas, mientras se proced¨ªa a picar al animal. Cuando sale del caballo, el toro fija la vista en el grupo y a la velocidad de un meteoro volte¨® al sobresaliente y lo empiton¨® contras las tablas. Aunque en un principio parec¨ªa que no hab¨ªa sido herido, el torero fue trasladado a la enfermer¨ªa por las asistencias, y, felizmente, solo se le apreci¨® un fuerte golpe en una rodilla. Se da, adem¨¢s, la triste paradoja de que Fern¨¢ndez Pineda, un torero que despert¨® ilusiones en sus inicios, no hab¨ªa dado un solo capotazo en toda la tarde, tal y como ya ocurri¨® en el mano a mano entre Tom¨¢s y Morante, con los que tambi¨¦n hizo el pase¨ªllo.
El sobresaliente, que no dio un pase, result¨® cogido con espectacularidad
El momento culminante lleg¨® en el segundo tercio del tercer toro, el segundo de El Juli. Hizo este un quite por saltilleras, su compa?ero le respondi¨® por gaoneras, y volvi¨® el madrile?o por zapopinas. Ya estaban los tendidos emocionados cuando el diestro titular manda que se retiren los subalternos y toma las banderillas; pero antes de irse hacia el toro invita a su compa?ero, que no es experto en estas lides. Dos pares puso El Juli asom¨¢ndose al balc¨®n, y uno, al quiebro, Talavante, al tiempo que la plaza herv¨ªa de emoci¨®n y mostraba su contento con palmas por buler¨ªas. Emocionante tercio, sin duda, y divertid¨ªsimo. En el cuarto toro hubo tambi¨¦n competencia en quites, por delantales Talavante, y muy ajustadas chicuelinas las de El Juli, pero optaron por no tomar los garapullos a pesar de la petici¨®n de los tendidos, que es que la gente no se cansa de pedir. Talavante, entonces, le brind¨® la muerte del toro a su compa?ero, y este le devolvi¨® el detalle en el quinto. Y todos tan contentos.
Como se puede apreciar el mano a mano fue una fiesta entre amigos, a la que colaboraron los toros de N¨²?ez del Cuvillo, de correcta presentaci¨®n y juego muy desigual; nobles la mayor¨ªa, pero con escaso fuelle en las entra?as, lo que, quiz¨¢, impidi¨® faenas de alto voltaje.
Porque lo del buen toreo es otro cantar. Ninguno de los dos amigos se esmer¨® a la hora de la hondura, el empaque y la pureza con los enga?os entre las manos. No hubo un lucimiento exquisito con el capote si se except¨²an las chicuelinas de El Juli al cuarto y un quite por zapopinas de Talavante al sexto. Abund¨® la disposici¨®n, pero poco qued¨® para el recuerdo.
M¨¢s brill¨® el divertimento, que no es mala cosa, que el buen toreo
Tampoco brill¨® el toreo de muleta si no se olvidan algunos naturales, tres en concreto, de Talavante al segundo de la tarde. Aprovech¨® las buenas condiciones del ¨²ltimo y traz¨® varias tandas de naturales estimables y unas ce?idas bernardinas finales que emocionaron al respetable. Y poco m¨¢s. El Juli se las vio, en primer lugar, con un toro violento y con genio que se las hizo pasar canutas. Dificultosa lidia la de ese animal, y el torero tuvo que emplearse a fondo para salir airoso del complicado envite. Es verdad que mostr¨® entrega, seguridad y poder¨ªo, pero toda su labor result¨® muy despegada, m¨¢s propia de alguien que sabe vender bien su mercanc¨ªa. Se raj¨® pronto el noble tercero ¡ªcomprensible, quiz¨¢, despu¨¦s del esfuerzo realizado en los quites¡ª, y su nobleza no fue suficiente para que la faena levantara el vuelo. Tampoco permiti¨® excelencias el quinto, con el que solo pudo mostrar su habitual suficiencia ante otro animal agotado en el tercio final.
Alejandro Talavante se sinti¨® solidario con su amigo y tampoco derroch¨® toreo del bueno. Agrado, todo, pero superficialidad, a borbotones. Quiz¨¢, sea la mala costumbre de una larga temporada en la que abunda el triunfalismo y no la exigencia. Los dos toreros salieron a hombros cargados de orejas. Muchas, sin ninguna duda, pero el p¨²blico se pas¨® en grande, que tampoco es mala cosa.
DEL CUVILLO/EL JULI Y TALAVANTE, MANO A MANO
- Toros de N¨²?ez del Cuvillo, bien presentados, blandos y de juego desigual; violento el primero y nobles los dem¨¢s, aunque rajados en la muleta. Al tercero se le dio la vuelta al ruedo.
- El Juli: estocada (oreja); estocada trasera (dos orejas); estocada (oreja).
- Alejandro Talavante: media estocada (oreja); estocada ca¨ªda (dos orejas); estocada ca¨ªda y trasera (ovaci¨®n)
- Plaza de Huelva. 4 de agosto. Tercera corrida de feria. Lleno.
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