Preferentes: amor, enga?o y codicia
La historia de los 43.000 clientes que todav¨ªa est¨¢n descubriendo que los ahorros que en su d¨ªa depositaron en las antiguas Caixanova y Caixa Galicia se encuentran en un limbo llamado participaciones preferentes tiene muchos ingredientes de gui¨®n cinematogr¨¢fico. En el argumento hay amor (la confianza de los clientes en las cajas y en sus empleados), incertidumbre (no saben que va a pasar con sus ahorros), enga?o (el de las entidades a sus clientes) y, como suele suceder en el cine y en la vida, un poco de dinero que lo ensucia todo.
En este caso el detonante fue la necesidad de financiaci¨®n de las cajas que les llev¨® a vender un producto de alto riesgo a todo el que se les pon¨ªa por delante, sin reparar en edad, estudios, ni perfiles inversores. La mayor¨ªa de los compradores de preferentes no sab¨ªan el terreno en el que se met¨ªan. Pero tampoco todos eran iguales, algunos buscaban la rentabilidad de un producto que daba hasta un 7% de inter¨¦s.
El resultado final es el conocido. Miles de personas que confiaron en los empleados de las cajas, convertidos en asesores financieros improvisados, les entregaron sus ahorros para ser colocados en lo que ellos cre¨ªan que era una especie de dep¨®sito y que resultaron ser las controvertidas preferentes. El caso de Galicia no es muy distinto al registrado en otras comunidades aut¨®nomas, pero aqu¨ª hay un factor diferencial que lo ha hecho m¨¢s explosivo. La propia capilaridad de las cajas, les llev¨® a ser m¨¢s efectivas que otras a la hora de colocar estos productos.
Novagalicia no ha querido negociar con los clientes en los juzgados
Ese elemento de proximidad tambi¨¦n hace m¨¢s complicado resolver el problema. Novagalicia Banco se presenta ahora como una nueva entidad ¡°con los clientes de toda la vida¡± pero si quiere tener alguna oportunidad de supervivencia en la reestructuraci¨®n que se avecina tendr¨¢ que apostar por conservar la ¨²nica fuerza que a¨²n le queda: una gran cartera de clientes pese a los cadena de desastres que le han sucedido en los ¨²ltimos meses: preferentes, indemnizaciones millonarias de sus directivos, incertidumbre sobre el futuro de la entidad. Aunque parezca incre¨ªble miles de gallegos siguen teniendo sus cuentas en el banco surgido de la ruina de las antiguas cajas. Pero la paciencia no es infinita.
Los actuales directivos del banco lo saben y se han marcado como prioridad resolver el problema de las preferentes. Han conseguido que Bruselas d¨¦ v¨ªa libre a la f¨®rmula del arbitraje despu¨¦s de meses de espera pero esto no resuelve el problema ya que los clientes que han solicitado acogerse a esta v¨ªa rondan de momento los 3.000. La entidad ha aclarado que dar¨¢ la raz¨®n a los ahorradores siempre despu¨¦s de que la consultora privada Pricewaterhouse Cooper analice cada caso y compruebe que las preferentes se comercializaron de forma inadecuada. Esto permitir¨¢ solucionar algunos casos pero las plataformas de afectados desconf¨ªan del arbitraje porque es una v¨ªa que cierra el camino judicial. Novagalicia tiene aversi¨®n a esta posibilidad y no ha querido negociar con varios grupos de clientes en los juzgados.
La presi¨®n en la calle y sobre las propias oficinas de Novagalicia puede convertirse en insoportable a partir de septiembre si no llega otra soluci¨®n. Una vez que se resuelva el problema de capitalizaci¨®n de la entidad, es muy probable que esta ofrezca la posibilidad de contratar un dep¨®sito a plazo con el dinero que los clientes invirtieron preferentes. No es perfecto pero servir¨ªa a miles de ahorradores para tener la tranquilidad de que su dinero vuelve a estar ah¨ª y con la posibilidad de recuperarlo en un per¨ªodo determinado de tiempo. Este camino ya ha sido elegido por otras entidades.
Mientras tanto seguir¨¢ su curso la demanda presentada por la fiscal¨ªa y las decenas de denuncias presentadas en los juzgados por clientes particulares. Como es habitual los responsables pol¨ªticos se han puesto a mirar para otro lado y aqu¨ª nadie parece tener responsabilidad en el irregular procedimiento de comercializaci¨®n de estos productos, algo reconocido por la propia Novagalicia. La CNMV, el Gobierno central y la Xunta se han lavado las manos a pesar de que las cajas eran unas entidades semip¨²blicas sobre las que pod¨ªa haberse ejercido un mayor control. La ¨²ltima broma de esta fea historia la protagoniz¨® a finales de julio el exdirector general de Caixanova, Julio Fern¨¢ndez Gayoso, quien no tuvo empacho en decir en el Congreso que ¨¦l no mandaba nada en la caja. Sin embargo a ¨¦l y al exdirector general de Caixa Galicia, Jos¨¦ Luis M¨¦ndez, habr¨ªa que pedirles como m¨ªnimo una explicaci¨®n de porque permitieron y alentaron la venta de estos productos a los clientes particulares.
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