Feij¨®o y la encrucijada de Touri?o
El presidente sopesa adelantar las elecciones con encuestas que dibujan un escenario abierto Como a su antecesor, Madrid le urge a convocar cuanto antes
Cuatro a?os despu¨¦s, un presidente de la Xunta vuelve a debatirse entre la idea de adelantar elecciones o acabar devorado por una crisis que tritura gobiernos, del color que sean. Una legislatura m¨¢s tarde, otro jefe del Ejecutivo gallego sigue repasando encuestas internas mientras desde Madrid recibe constantes recados de que lo mejor ser¨ªa pasar por las urnas cuanto antes.
En la misma silla que estaba Emilio P¨¦rez Touri?o el verano de 2008 se sienta ahora Alberto N¨²?ez Feij¨®o, quien, adem¨¢s de aquellos lujosos muebles que alimentaron su campa?a electoral, ha heredado un dilema: convocar elecciones en el ¨²ltimo trimestre del a?o apelando a un mero adelanto t¨¦cnico pero arriesg¨¢ndose a que Espa?a sea rescatada y a nuevos y brutales recortes en pol¨ªtica social o agotar la legislatura cuando todos los indicadores macroecon¨®micos insin¨²an que para entonces el pa¨ªs estar¨¢ peor como consecuencia de los tijeretazos que ahora se aplican.
Al igual que el presidente socialista, mientras decide, tambi¨¦n su sucesor se esfuerza en subrayar las ventajas comparativas de Galicia frente al resto de comunidades. Touri?o presum¨ªa del ¡°plus de resistencia¡± de la econom¨ªa gallega, Feij¨®o repite que su comunidad ¡°es la m¨¢s solvente de Espa?a¡±. Pero la calle no entiende de consignas y en Galicia la econom¨ªa se desploma, el paro crece por encima de la media (azota ya a 276.000 personas) y el ¨ªndice de producci¨®n industrial sigue en ca¨ªda libre, a la espera de ver si el publicitad¨ªsimo acuerdo con PEMEX se traduce por fin en carga de trabajo para los astilleros. Los socialistas repiten estos d¨ªas un dato demoledor: seg¨²n la encuesta de poblaci¨®n activa, Galicia pierde tantos ocupados como el resto de Espa?a (17.000).
En este contexto, los sondeos internos, los que manejaba el PSOE en 2008 y los que ojea ahora el PP, pronostican lo mismo: que se puede perder el Gobierno, que hay bolsas de indecisos del 50% cuyo voto es una inc¨®gnita y que crece la desafecci¨®n hacia la pol¨ªtica y las siglas tradicionales. A la espera de ver si sigue el camino de Touri?o y estira el mandato hasta el final (febrero de 2013), el presidente gallego de momento ha tomado el ejemplo de Fraga, quien en 1992 decidi¨® cambiar unilateralmente la ley electoral y aumentar del 3% al 5% el porcentaje de votos m¨ªnimo para que un partido pueda tener esca?o en el hemiciclo.
Como su antecesor, el l¨ªder del PP alude a la ¡°mejor situaci¨®n¡± econ¨®mica de Galicia
Con el argumentario del ahorro y la austeridad siempre a mano, la semana despu¨¦s de invertir un mill¨®n de euros en una campa?a publicitaria para insuflar ¡°optimismo¡± sobre la econom¨ªa gallega, el presidente ha decidido que la reducci¨®n del n¨²mero de diputados ya no puede esperar m¨¢s. Y ha remitido una propuesta al resto de partidos que pasa por suprimir 14 esca?os, de los que solo cuatro se perder¨ªan en Ourense y Lugo, las provincias menos pobladas y a la vez, los principales graneros del PP. El presidente provincial de Ourense, Jos¨¦ Manuel Baltar, en la diputaci¨®n y en el partido, ya se ha apresurado a decir que la idea le parece bien. Si se lleva a cabo, Feij¨®o depender¨¢ todav¨ªa m¨¢s de ese feudo para revalidar la Xunta y el aspirante a bar¨®n apuntalar¨¢ una fortaleza en el partido que todav¨ªa es heredada de su padre.
Las extrapolaciones de voto respecto a las elecciones de 2009 no se han hecho esperar: con el mismo resultado, los populares obtendr¨ªan no uno sino tres esca?os sobre PSdeG y Bloque. Pero el n¨²mero dos del partido y de la Xunta, Alfonso Rueda, pide a la oposici¨®n que ¡°no haga c¨¢lculos electorales¡± y ¡°piense en la cantidad de guarder¨ªas que se podr¨ªan crear¡±.
La respuesta de socialistas y nacionalistas fue primero hablar de pucherazo y golpe de Estado. Y despu¨¦s plantear alternativas que suponen un ahorro superior al que pretende la Xunta, como bajar el salario de los diputados un 20%, tal y como sugiri¨® el parlamentario nacioanalista Bieito Lober¨ªa. La Xunta ni siquiera las ha tenido en cuenta. Otras fuerzas extraparlamentarias con posibilidades de entrar en la C¨¢mara, a las que el PP no env¨ªo su propuesta, exigen tambi¨¦n ser escuchadas en un momento en que crece la distancia de la sociedad con los grandes partidos que pagan sus responsabilidades de Gobierno, actuales o pasadas.
Algunos barones populares pidieron convocar con las elecciones andaluzas
La de la reforma de la ley electoral es la ¨²ltima sorpresa que sale de la chistera del presidente. Antes hubo otras, como el anuncio rimbombante de las fusiones municipales que tanto ¨¦xito depar¨® en los titulares del d¨ªa despu¨¦s al debate del Estado da Autonom¨ªa de febrero, una vez que el presidente de la Diputaci¨®n de A Coru?a, el popular Diego Calvo, logr¨® convencer a sus alcaldes de Oza y Cesures. El comienzo de la nueva era que anunciaba la Xunta a bombo y platillo lo frustraron pronto los propios alcaldes del PP en una rebeli¨®n interna que oblig¨® a la c¨²pula del partido, incluido el propio Feij¨®o, a matizar muy mucho su discurso.
Sin Gobierno de Zapatero al que culpar de todos los males de Galicia, Rueda y el propio Feij¨®o aluden ahora a ¡°las decisiones dolorosas que a nadie le gusta tomar¡± y pasan de puntillas sobre medidas como el fin de la subvenci¨®n de las autopistas, que en el contexto anterior hubieran supuesto la en¨¦sima cruzada contra el Ministerio de Fomento. De aquellos plazos del AVE que se fiscalizaban semanalmente apenas queda el vago compromiso de que ser¨¢ el presidente, Mariano Rajoy, quien d¨¦ una fecha aproximada a lo largo del verano. Seg¨²n el conselleiro Agust¨ªn Hern¨¢ndez, el que apuntaba son sus cronogramas a Jos¨¦ Blanco, se trata de no generar ¡°m¨¢s falsas expectativas¡±. De los recursos al Tribunal Constitucional que la Xunta presentaba contra el Gobierno socialista se ha pasado ahora a lo que la prensa afecta denomina ¡°s¨ª cr¨ªtico¡± de Feij¨®o al Gobierno de Rajoy, medidas que supuestamente no gustan pero que se aceptan ¡°por responsabilidad¡±.
Sin enemigo exterior al que culpar del desastre, ahora que la coartada de la herencia recibida empieza a hacer aguas entre una ciudadan¨ªa a la que tanto ¨¦l como Rajoy prometieron soluciones, Feij¨®o debe tomar la decisi¨®n clave de la legislatura. Si hubiese atendido el criterio de algunos de sus barones, habr¨ªa convocado coincidiendo con las andaluzas. Pero ¨¦l repite que no est¨¢ para pensar en los intereses partidistas sino en el bien de Galicia. Lo mismo que dec¨ªa Touri?o hace ahora cuatro a?os.
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