Una rubia pierde la cabeza en el cabar¨¦ dad¨¢

Y dijo Dios: ¡°Ord¨¦nese el caos¡±, pero los hombres no tardaron en volver a sembrarlo. Popcorn Machine, espect¨¢culo del cuarteto circense multinacional My!Laika, con sede en Francia, tiene un arranque loco, loco, loco en el que de un decorado que simula la Fontana de Trevi salen pelotas a chorro, en los juegos malabares se usan manos y brazos de maniqu¨ªes y una m¨¢quina vomita palomitas de ma¨ªz mientras la pianista interpreta fren¨¦ticamente un vals de Chopin. Todo se crea y se destruye para recomponerse y volver al caos originario en minutos, en un zafarrancho minuciosamente orquestado.

Popcorn Machine es un cabar¨¦ dad¨¢ con n¨²meros circenses, m¨²sica en vivo certeramente interpretada y un divertido maestro de ceremonias neurast¨¦nico encarnado por el siciliano Salvatore Frasca, que se hace entender en cuatro lenguas. Philine Dahlmann, la pianista rubia, resulta ser tambi¨¦n el polo ¨¢gil de un d¨²o acrob¨¢tico mano a mano en el que Elske van Gelder, portora holandesa, la voltea por los aires tir¨¢ndola de los pelos: admira y da grima su paso a dos en el que cada una de ellas hace girar a la otra cogi¨¦ndola de los cabellos con una mezcla de alegre crueldad y humor negro que ya quisieran para s¨ª y su p¨²blico muchos de esos espect¨¢culos neog¨®ticos de moda.

En el tramo final, Popcorn Machine, ganador de uno de los premios europeos a los J¨®venes Talentos del Circo 2010, pierde voltaje porque en la versi¨®n presentada anoche en el Teatro Pradillo de Madrid el extraordinario n¨²mero de trapecio fijo a c¨¢mara lenta de la argentina Eva Ord¨®?ez Benedetto, que tiene car¨¢cter central, se proyecta en pantalla por importuna lesi¨®n de su art¨ªfice, y no es lo mismo.