Triunfo sin ning¨²n criterio

D¨ªas de fiesta y de alegr¨ªa. Pase¨ªllo a los toros, unas canciones, algo que pase en el ruedo y que siga la fiesta. La cuesti¨®n es disfrutar, que ya nos da la manida crisis demasiados disgustos como para vivir enfadados los cuatro d¨ªas de verbenas que tiene el a?o. As¨ª, que si por el precio de la entrada se pueden pedir las orejas que se quieran para que nos vamos a reprimir. Alguno debi¨® pensar que se las den todas, porque total para lo que le van a servir ya las orejas al toro despu¨¦s de muerto¡­

Los rejones son uno de los mejores tirones en taquilla en los ¨²ltimos a?os y ayer los gasteiztarras volvieron a responder al anuncio de Hermoso de Mendoza. La mejor entrada de la feria y multitud de cuadrillas de blusas en la zona alta de los tendidos; las localidades m¨¢s baratas estuvieron casi llenas, lo que es de agradecer en la plaza de Vitoria. Y la consecuencia m¨¢s positiva es que muchos de los asistentes volver¨¢n el a?o que viene, porque aplaudieron de lo lindo y se lo pasaron en grande.

No es que hubiera rejoneo bueno en el ruedo, pero la gente se divirti¨®, sobre todo en la segunda mitad del festejo, despu¨¦s de la merienda, precisamente cuando los toros fueron menos colaboradores, pero mataron r¨¢pido que no bien y eso ya es suficiente para abrir la puerta grande.

Hermoso de Mendoza volvi¨® a triunfar un a?o m¨¢s en Vitoria. Lo m¨¢s interesante lo hizo en el cuarto a lomos de ?caro, un caballo que derroch¨® torer¨ªa con el hocico entre los cuernos en los mismos medios de la plaza. Le permiti¨® a Pablo Hermoso clavar con suavidad y pegar dos muletazos con el cuerpo del equino de mucho m¨¦rito. Ya Garibaldi hab¨ªa calentado con sus piruetas al respetable y para cuando el estell¨¦s cogi¨® el rej¨®n el p¨²blico ya estaba entregado.

Lo cierto es que mat¨® mal, rejonazo contrario y atravesado, pero el toro cay¨® r¨¢pido y el ambiente se calent¨® de tal manera que el presidente no fue capaz de negar la segunda oreja, incuso hubo petici¨®n de rabo.

Ver para creer, una labor discreta y una meritoria, pero no brillante significaron una puerta grande.

Los tres rejoneadores salieron a hombros de la plaza

Es la realidad de que en el rejoneo actual, el mejor de toda la historia, pero en el que vale todo para triunfar. El p¨²blico acude en masa y apenas hay afici¨®n por lo que no hay ning¨²n criterio a la hora de pedir trofeos. Todo vale, lo bueno y lo malo. Los rejoneadores pasan media tarde brindando al p¨²blico cada banderilla y la otra media bailando lejos del toro. El poquito tiempo que est¨¢n en la cara del toro lo hacen muy bien, mejor que nunca, aunque con demasiados trompicones de unos excesivamente recortados astados que topan impotentes en la grupa de los caballos.

Sergio Gal¨¢n estuvo discreto en sus dos toros, queriendo pero sin brillo. En el quinto, en el que cort¨® las dos orejas, se desesper¨® ante un manso rajado al que persigui¨® y con el que no pudo lucir ni montando a Apolo, su caballo estrella. Mat¨® r¨¢pido y bien y puerta grande. Por si alguien ten¨ªa duda de pedir las orejas, tras rodar el toro hizo un pataleo de satisfacci¨®n con el que todo el mundo pens¨® que estaba feliz. As¨ª que a sacar los pa?uelos.

Jo?o Moura sigue progresando, pero su espect¨¢culo se basa m¨¢s en hacer gala de sus caballos lejos del toro que en las cercan¨ªas. Recibi¨® numerosos empellones cuando trat¨® de templar las carreras. En el sexto ya no hubo otra posibilidad que el triunfo. Con los blusas jaleando todo y el p¨²blico entregado a la fiesta, bast¨® un rej¨®n tan mal colocado como r¨¢pido para coger dos nuevas orejas y salir en hombros junto a sus compa?eros y el mayoral de la ganader¨ªa.

Una vez metidos en harina, mejor salir todos en la foto; as¨ª que se fueron a buscar al mayoral de Ferm¨ªn Boh¨®rquez para convertir en ¨¦xito un encierro manso y deslucido, en el que solamente el primer toro estuvo a un buen nivel y el resto manse¨® con la ¨²nica virtud de no ser excesivamente inc¨®modos.

Hermoso de Mendoza ha llevado el rejoneo a la m¨¢xima expresi¨®n, pero ahora el ¨¦xtasis es tal, que todo vale como bueno y ayer en Vitoria hubo mucha paja y poco grano a pesar de que los tres caballeros salieran en hombros.