Man¨ªa de aficionados
Los rejoneadores aburrieron, esa es la verdad. Y mucho. Porque lo suyo suena a antiguo, a una suerte ya superada, a reminiscencia del pasado
Los aficionados a los toros tambi¨¦n tienen sus man¨ªas, no crean. Una de ellas es que no son amantes de los festejos de rejoneo. Ninguno ha sido capaz todav¨ªa de explicar los motivos, pero se entiende casi como un marchamo de calidad esa inveterada costumbre de repartir la entrada de los caballos entre familiares y amigos. Quiz¨¢ sea porque los toros salen con los pitones despuntados y se entiende de tal modo que el riesgo del caballero y caballo disminuye sobremanera. Pero tampoco es causa justificada, porque ?cu¨¢ntos toros de lidia ordinaria salen hoy a los ruedos con los pitones en punta? Muy pocos, sin duda, pero como no se sabe¡ Ojos que no ven, coraz¨®n que no siente.
No est¨¢ clara, por tanto, la desafecci¨®n hacia el toreo a caballo, si no es m¨¢s que por ese sentido de exhibici¨®n ecuestre del rejoneo, lejos de la heroicidad que supone el enfrentamiento a cuerpo gentil de un hombre frente al toro. Claro que si se repiten festejos como el de ayer en la Malagueta, hasta los forofos del caballo huir¨¢n despavoridos de las plazas. La corrida fue sopor¨ªfera, pl¨²mbea e inaguantable, solo aconsejada para corazones templados. Algo se oler¨ªa el p¨²blico, pues acudi¨® en escaso n¨²mero a la Malagueta. Y no es que los toros de Terr¨®n y Murube, que no son nada del otro mundo, no colaboraran con los caballeros; es que estos no fueron capaces de encontrar el camino de la m¨¢s m¨ªnima emoci¨®n, esa cosita tan necesaria y anhelante cuando alguien paga una entrada.
Hubo dos se?ores ya maduros a lomos de los caballos y un principiante. Sergio Gal¨¢n y Moura, hijo, bagueteados ya, fueron profesionales, pero en el sentido menos edificante del t¨¦rmino; es decir, hicieron su trabajo con manejo holgado de lo que llevaban entre manos, pero no destacaron en nada. Y en esto del arte del toreo, aunque sea a caballo, hay que romper moldes, porque aburrir al respetable es poco recomendable. Y aburrieron, esa es la verdad. Y mucho. Porque lo suyo suena a antiguo, a una suerte ya superada, a reminiscencia del pasado. Ambos templaron bien a dos bandas en distintas facetas de la lidia, colocaron rejones y banderillas siempre a toro pasado y mataron mal. Pero Gal¨¢n, por ejemplo, se marc¨® dos vueltas al ruedo por su cuenta y se llev¨® a su casa dos ramos de rosas, rojas uno y rosas el otro, y un sand¨ªa de varios kilos de peso. Pues mira, m¨¢s no se puede pedir en tarde de escasos trofeos.
Solo la banda de m¨²sica evit¨® la desbandada de un p¨²blico aburrido
El tercero es un rejoneador malague?o que debutaba en su tierra y en la temporada. Jos¨¦ Antonio Mancebo es su nombre, y se not¨® claramente que en esto del rejoneo en p¨²blico est¨¢ dando sus primeros pasos. Es animoso y entregado, pas¨® muchas veces en falso, sac¨® a relucir una cuadra amplia y variada, carreras dio para llegar desde M¨¢laga a Madrid, se puso muy pesado, y sus paisanos, cari?osos, se lo perdonaron todo.
Recibi¨® a su primero con la garrocha en la mano, pero no pudo lucirse por la mansedumbre del toro, y tuvo detalles toreros en una labor que parec¨ªa no tener fin. Volvi¨® a recibir al sexto de igual modo, un toraco de casi seiscientos kilos y seis a?os menos un mes de vida, y con pocas ganas de correr. Clav¨®, como sus compa?eros, siempre a la grupa; templ¨® bien en banderillas y se dej¨® llegar los toros, especialmente el ¨²ltimo, muy cerca de las cabalgaduras.
Lo dicho: ?qu¨¦ hay peor que una mala corrida de toros? Pues una mala de rejoneo. Quiz¨¢, ahora se entiendan algo mejor las man¨ªas de los aficionados. Y puede que tengan hasta raz¨®n. Por cierto, gracias sean dadas a la banda de m¨²sica Miraflores-Gibraljaire, dirigida por el maestro Puyana, cuyas notas musicales evitaron la desbandada del respetable.
TERR?N/GAL?N, MOURA, MANCEBO
Cuatro toros despuntados para rejoneo de Luis Terr¨®n, bien presentados, mansos, descastados y manejables, y dos -quinto y sexto- de Murube, manejables.
Sergio Gal¨¢n: rejonazo (vuelta); pinchazo, rej¨®n desprendido y un descabello (vuelta).
Joao Moura: tres pinchazos y rej¨®n bajo (silencio); tres pinchazos y dos descabellos (silencio).
Jos¨¦ Antonio Mancebo: tres pinchazos, tres descabellos _aviso_ y un descabello (silencio); pinchazo, rej¨®n trasero _aviso_ cuatro descabellos _2? aviso_ y dos descabellos (silencio).
Plaza de la Malagueta. 11 de agosto. Segunda corrida de feria. M¨¢s de un cuarto de entrada.
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