En los tiempos que corren
Mientras Curro Jim¨¦nez emprend¨ªa su ¨²ltima cabalgada, otro h¨¦roe de los de andar por casa, s¨ªntesis de todas las contestaciones rom¨¢nticas que ha dado el anarquismo agrario andaluz, salta a la fama, mostr¨¢ndonos, moda de este tiempo, la inmensa capacidad publicitaria que tiene su discurso y deja en rid¨ªculo al resto de la izquierda cuando esta se excede en sus consignas justicieras y reclamaciones demag¨®gicas. Para justicia social, la suya.
Entre la chiquiller¨ªa del barrio pobr¨ªsimo de la Sevilla de la posguerra en que uno naci¨® el ¨²ltimo bandolero, El Pernales, era una leyenda. Un primer impulso me llevar¨ªa a reclamarle al ministro de Cultura que ingrese a Gordillo en una vitrina de un museo etnogr¨¢fico, antes de que esta especie de la reivindicaci¨®n folcl¨®rica desaparezca. Pero ser¨ªa peligroso, porque el tono autoritario, la justificaci¨®n de sus desmanes en los desmanes de otros, como hac¨ªa Goebbels, recordaban im¨¢genes de un pasado que cre¨ªamos superado, y en estos tiempos que corren podr¨ªan crear escuela. El problema es que todo se nos desmorona ante la crisis, y l¨ªderes de este tipo van a hacer, nunca mejor dicho, su agosto.
Cuando nuestros pr¨®ceres pol¨ªticos han declarado que se marchan de vacaciones la cosa en general parece funcionar mejor. Que haciendo mutis por el foro la acerada descalificaci¨®n del adversario, lo ¨²nico que saben hacer bien, hasta la prima de riesgo se relaja. Hace ya alg¨²n tiempo nuestra superestructura pol¨ªtica, incluidos en primer lugar nuestros pol¨ªticos, por su escandalosa inconsciencia, son parte del problema.
Peor gesti¨®n de la situaci¨®n de un preso que padece un c¨¢ncer terminal no la pod¨ªa haber hecho el Ministerio del Interior, dando una emotiva causa a la movilizaci¨®n de San Sebasti¨¢n, y demostrando, una vez m¨¢s, la carencia de iniciativa que padece. Para seguir los acontecimientos sirve cualquiera, y el nacionalismo radical, consciente de este no saber hacer, se va aprovechando a tope haciendo, tambi¨¦n, su agosto. Los viejos del lugar sabemos de las mutuas simpat¨ªas y relaci¨®n que existe entre el radicalismo vasco y el andaluz ¡ªconcretamente con Gordillo¡ª hijos ambos de falsas leyendas, la de un Zumalac¨¢rregui o Santa Cruz, los unos, convencidos que defendieron lo vasco y no la reacci¨®n absolutista, y de unos bandoleros, los otros, que se tiraban al monte sin excusa pol¨ªtica, simplemente porque ¡°m¨¢s corn¨¢s da el hambre¡±. Muy parecido todo, aunque aqu¨ª seamos m¨¢s cr¨¦dulos.
Sin embargo, una cosa hay que dejar clara. Curro Jim¨¦nez nunca hubiera permitido que se le molestara hasta hacerle llorar a una se?orita, como nuestros prepotentes sindicalistas del campo hicieron con la empleada de Mercadona. Ante esta escena que me avergonz¨® acabo de inventar una frase hist¨®rica: ¡°El pasado se nos inculca primero como ficci¨®n y despu¨¦s reaparece como una horrenda farsa¡± (Se permite su uso).
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