El veto a la prostituci¨®n en Barcelona arranca sin denuncias
Las sanciones pueden llegar a 1.500 euros y doblarse si las relaciones sexuales son en la calle Las trabajadoras sexuales se quejan de la falta de informaci¨®n sobre el cambio normativo La medida tambi¨¦n multa a los "clientes potenciales"
Las tres prostitutas, de origen subsahariano, con vaqueros y camisetas de colores vivos, se separan del ¨¢rbol que les sirve de apoyo en sus largas noches de trabajo, delante de un sex shop en la parte baja de La Rambla de Barcelona. Un grupo de turistas borrachos se acerca. Las mujeres no dudan en abordarlos y los halagan con un ¡°hola, guapos¡±. Una de ellas, m¨¢s atrevida, pone la mano en la entrepierna a uno, mientras le susurra ¡°papi¡±. Tras una peque?a charla, los visitantes deciden seguir su curso y ellas vuelven al ¨¢rbol. La noche es larga.
Esta escena, en la madrugada de ayer, se repite en la Barcelona libre de prostituci¨®n callejera que CiU y PP plasmaron en la modificaci¨®n de la Ordenanza de Civismo que entr¨® en vigor ayer. El jueves, antes de su paseo por las calles decoradas de Gr¨¤cia, el alcalde Xavier Trias (CiU) explic¨® que es consciente de que la prostituci¨®n ¡ªsuele referirse a ella como ¡°la esclavitud del siglo XXI¡±¡ª no ¡°se acabar¨¢ en cuatro d¨ªas¡±, pero que el cambio normativo era indispensable. ¡°Damos un mensaje al mundo de que Barcelona no quiere ser la ciudad de la explotaci¨®n sexual de las personas; es una idea que todo el mundo debe tener muy clara¡±.
La Guardia Urbana no report¨® ninguna incidencia ni denuncia. De hecho, el mismo Trias y la cuarta teniente de alcalde, Maite Fandos (CiU) ya hab¨ªan explicado el jueves que no se multar¨¢ hasta septiembre. Por lo pronto, seg¨²n un portavoz, los agentes de la polic¨ªa barcelonesa y los trabajadores de la Agencia para el Abordaje Integral del Trabajo Sexual se encargar¨¢n de informar sobre el cambio. Algo que, sin embargo, las prostitutas echan en falta.
Cliente potencial
¡°En los ¨²ltimos d¨ªas todo ha sido igual; a m¨ª nadie me ha explicado qu¨¦ pasar¨¢ ahora con lo del cambio¡±, aseguraba Mar¨ªa, rumana, con una lata de bebida energizante en la mano y que tambi¨¦n trabaja en la Rambla. ¡°Lo que quieren es marginarnos, que nadie nos pueda hablar. ?C¨®mo van a saber si estoy ayudando a un chico a encontrar una direcci¨®n?¡±, se mofaba una transexual latina, un poco m¨¢s enterada sobre el cambio y que mov¨ªa con efusividad su cabellera rubia. ¡°Yo estoy empadronada en este barrio, estoy afiliada a la Seguridad Social, pago mis impuestos. ?C¨®mo van a demostrar que soy prostituta?¡±, preguntaba otra. Varios coches y agentes de la Guardia Urbana que patrullaban la zona ni siquiera se detuvieron. Las chicas tampoco parec¨ªan inmutarse.
¡°La norma ahora establece que se podr¨¢ multar al ¡°cliente potencial¡±, es decir, cualquiera que ¡°solicite, demande o negocie¡± sexo de pago en la calle y se elimina el preaviso.
La modificaci¨®n de la ordenanza, que fue publicada en el Bolet¨ªn Oficial de la Provincia el pasado jueves, tambi¨¦n ratifica el importe de las multas que tendr¨¢n que pagar tanto clientes como meretrices. Para ellos van desde los 1.000 hasta los 1.500 euros ¡ªla cercan¨ªa a un centro educativo es agravante¡ª. La realizaci¨®n de actos sexuales en la calle son multados con hasta 3.000 euros.
Para las trabajadora sexuales oscilan entre los 100 y los 350 pero pueden ser cambiadas por cursos formativos que imparte la Agencia para el Abordaje Integral del Trabajo Sexual ¡ªABITS¡ª. El cambio elimina un apartado de la anterior, que establec¨ªa que la negociaci¨®n entre cliente y prostituta se puede realizar si no ri?e con ¡°los diferentes usos del espacio p¨²blico¡±.
La decisi¨®n de CiU de cambiar la normativa ¡ªmitad convicci¨®n, mitad compromiso con el Partido Popular tras el pacto de los presupuestos¡ª se ha vista envuelta en pol¨¦mica desde el principio. La oposici¨®n la tilda de ¡°est¨¦tica¡± e ¡°hip¨®crita¡± y asegura que agravar¨¢ la situaci¨®n de las mujeres que est¨¢n sometidas a las redes de trata de personas, ya que invisibiliza el fen¨®meno. Se trata de una tesis que defienden algunas ONG que trabajan con meretrices, como Genera.
Adem¨¢s, varios informes t¨¦cnicos del Ayuntamiento tambi¨¦n desaconsejaban la desici¨®n. El gobierno municipal, sin embargo, dice que la nueva ordenanza pone el foco punitivo en el cliente y protege m¨¢s a las mujeres. El presupuesto del ABITS se ha incrementado en un 67%. Y asegura que se trata solo del primer paso en una lucha integral contra la prostituci¨®n y que el siguiente objetivo son los locales de alterne.
Uno de los principales puntos de confusi¨®n respecto al nuevo texto es el de la figura de ¡°cliente potencial¡±, inclu¨ªda por CiU en ¨²ltimo momento. ¡°Se es cliente aunque no se haya cerrado el negocio¡±, defendi¨® en su d¨ªa la Regidora de Derechos Civiles y Mujer, Francina Vila (CiU). ¡°Si tengo un cond¨®n en el bolsillo, o lo tiene un chico con el que hablo, ?eso significa que yo sea prostituto?¡±, se preguntaba en la madrugada de ayer la transexual latina. Dudas que solo se podr¨¢n resolver cuando la Guardia Urbana comience a multar. A ver qu¨¦ pasa en oto?o. Me preocupa¡±, admit¨ªa otra, espa?ola, en la cercana calle de Robadors, otro de los puntos neur¨¢lgicos de la prostituci¨®n en la ciudad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.