?Arriba el tel¨®n!
Si no has crecido en Bilbao es dif¨ªcil entender esta demanda colectiva
Anoche tuve una pesadilla; explicaba a una guiri qu¨¦ es la Aste Nagusia. La guiri preguntaba qui¨¦n es Marijaia, por qu¨¦ en el cartel de este a?o parece un travesti, por qu¨¦ las terrazas est¨¢n llenas de gente que en todo el a?o no bebe ni un zurito y en estas fiestas va m¨¢s puesta que Amy Winehouse, qu¨¦ calzado hay que llevar a las txosnas para no volver a casa como un indio pies negros¡ Y ante ese interrogatorio, en un giro argumental on¨ªrico, la he plantado en medio del Arenal, con un plano (o mapamundi) de Bilbao y un pa?uelo azul, y he salido corriendo justo cuando empezaba el txupin y le ca¨ªa encima esa mezcla repugnante de huevos, harina y ese l¨ªquido inclasificable que algunos llaman champ¨¢n.
Si no has nacido o crecido en Bilbao, es dif¨ªcil entender esta demencia colectiva que llamamos Semana Grande. Que una semana tenga nueve d¨ªas, ya deber¨ªa hacernos sospechar que algo raro pasa. Pero si naces aqu¨ª, lo ves hasta l¨®gico. Desde peque?ito sabes que a las txosnas se va con katiuskas (nunca con sandalias) porque si no, parece que has llegado de coger chapapote del Prestige. ?Pero c¨®mo explicarlo a alguien de fuera? Si pienso en explicar las relaciones familiares de la ballena Baly, su marido el pulpo y sus hijos besugo y txangurro, ya empiezo a hiperventilar como una fiera. Pero los ni?os bilba¨ªnos encuentran normales esas perversiones y tejemanejes gen¨¦ticos, que hubieran aterrado hasta al doctor Mengele. Y ven razonable que a la fat¨ªdica familia se sume ahora una jirafa amiga de Baly, que a saber qu¨¦ depravaciones nos deparar¨¢.
Nuestras criaturitas son de amianto. ?Sus padres los llevan al Gargant¨²a para que los coma y los expulse por donde amargan los pepinos? ?Estupendo! ?Les ense?an el cartel de Marijaia sin censura, como si fuera normal ese espect¨¢culo? ?Fenomenal! ?Ven pasear a la luz del d¨ªa a la txupinera y a la pregonera con esas pintejas? ?Sin problema! Est¨¢n hechos a todo y no les asusta ni Mike Kennedy.
Hagamos como ellos y que sea lo que Dios y Marijaia quieran. A fin de cuentas, s¨®lo se vive una vez. ?Feliz Aste Nagusia y que la suerte os acompa?e!
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