La eterna sonrisa del Deportivo
Manuel Pablo, referencia de ¨¦xitos pasados, capitanea el regreso a Primera
El capit¨¢n del Deportivo est¨¢ m¨¢s cerca de los 40 que de los 30 y sabe lo que es estar en la cima y caerse en un instante. Es un t¨ªmido siempre presto a la sonrisa que en la caseta impone m¨¢s con el gesto que con el grito. ¡°No me gusta ser muy pesado ni estar encima¡±, aclara Manuel Pablo Garc¨ªa, en tiempos uno de los mejores laterales derechos de Europa, que reivindica su normalidad. ¡°Se puede serlo en el mundo del f¨²tbol, s¨®lo soy un t¨ªo al que le gusta competir¡±, matiza.
Quiz¨¢s la clave de su longevidad radique en ese af¨¢n por superarse. Cuando lleg¨® al Deportivo en 1998 muchos le se?alaron como carabina del Turu Flores. Tambi¨¦n pensaron lo mismo de Luis Su¨¢rez cuando se fue al Barcelona con Dagoberto Moll. ¡°Un d¨ªa, sin haber o¨ªdo nada, me dijeron que me hab¨ªan traspasado al Deportivo¡±. Manuel Pablo jubaba en el Las Palmas desde los 9 a?os, donde hab¨ªa conseguido asentarse en el primer equipo. Y de pronto, A Coru?a. ¡°Quise venir solo y al principio fue duro porque los fines de semana no iba convocado y me quedaba en el piso. Era m¨¢s cortado y m¨¢s callado que ahora¡±, recuerda. El mismo que sorprend¨ªa en los entrenamientos por su explosividad se dilu¨ªa presa de los nervios en las ruedas de prensa. ¡°Todav¨ªa hoy me cuesta¡±, reconoce.
M¨¢s cerca de los 40 a?os que de los 30, el lateral canario se ha reinventado
Pero el f¨²tbol le hizo crecer. Mediada aquella primera temporada desbanc¨® a Armando de la titularidad y se convirti¨® en indiscutible. Lleg¨® la selecci¨®n y una oferta del Real Madrid, que puso sobre la mesa de Lendoiro dos opciones: primero una de 4.000 millones de pesetas (24 millones de euros) y despu¨¦s otra de 6.000 que inclu¨ªa al meta Molina y la cesi¨®n por dos a?os del ya entonces internacional Iker Casillas. Otros hubieran presionado, pero ¨¦l solo aprieta sobre el verde. ¡°Me llam¨® el presidente, me dijoque yo era un baluarte del equipo y que compet¨ªamos contra ellos. Ya no ten¨ªa mucho m¨¢s que hablar. Era una cuesti¨®n de los clubes y las cosas no se hacen porque uno presione¡±.
Pero aquel Caf¨² de Ba?aderos, del que Lendoiro lleg¨® a decir que era m¨¢s rentable que Zidane porque siempre ofrec¨ªa rendimiento, se rompi¨®. ¡°Todav¨ªa hoy me lo recuerdan algunos, pero yo ya ni me acuerdo cu¨¢ndo fue¡±. Fue el 30 de septiembre de 2001, justo cuando estaba en la cumbre. El choque con Giovanella desat¨® una oleada de simpat¨ªa a todos los niveles, pero le dej¨® sin jugar un Mundial y le convirti¨® en un futbolista diferente. ¡°Intentaba ser el mismo, pero no consegu¨ªa alcanzar la regularidad de antes. No s¨¦ la causa, solo que lo intentaba y no llegaba¡±. Pero supo reinventarse, no para estar a un nivel superlativo, pero s¨ª para consolidarse como una pieza fiable. ¡°La intenci¨®n es la misma de siempre, ser pegajoso al defender e intentar subir, pero antes iba 20 veces arriba y muchas no ten¨ªa que ir, ahora trato de elegir mejor los momentos y los espacios. La veteran¨ªa te hace evolucionar¡±, detalla.
Acept¨® el veto de su traspaso al Madrid: ¡°Las cosas no se hacen por presi¨®n¡±
En ese trayecto de purasangre a di¨¦sel, Manuel Pablo mantiene se?as de identidad como la intensidad, pero sobre todo una gran amistad. ¡°Hemos compartido tanto...¡± Se encontr¨® con Juan Carlos Valer¨®n hace 18 a?os y lleva otros tantos con ¨¦l, dentro y fuera del campo. Inseparables. ¡°En juveniles nos entend¨ªamos muy bien, yo jugaba de carrilero y no paraba de subir y ¨¦l me buscaba. Ya era buen¨ªsimo, claro¡±. Todav¨ªa es tiempo para ver a aquella pareja que creci¨® en el eterno vivero del Las Palmas, pero tampoco queda mucho por m¨¢s que Manuel Pablo no vea el final. ¡°S¨®lo las lesiones me lo anuncian. Lo del a?o pasado con tantas dolencias musculares fue m¨¢s fastidiado que romperme la tibia y el peron¨¦, porque te dicen que est¨¢s dos semanas y ya juegas, pero siguen las molestias, una m¨¢s y no se van, otra¡ Este a?o por ahora solo me he llevado muchos golpes, pero nada muscular¡±.
Pero cuando el cuerpo diga basta, el f¨²tbol no se acabar¨¢. ¡°Quiero probar como entrenador¡±, anuncia. Y veremos un t¨¦cnico en sinton¨ªa m¨¢s con Oltra que con Lotina. ¡°Ahora nos piden m¨¢s riesgo, a veces nos quedamos uno contra uno atr¨¢s y no va a cambiar de idea en Primera. Ah¨ª lo que cuenta no es ya la calidad con los pies sino la mental, saber elegir los momentos que te dan el ¨¦xito, no equivocarte¡ Pero si por m¨ª fuera defender¨ªa a¨²n con menos. Me gustan esas propuestas arriesgadas y valientes¡±.
Igual el riesgo lo aprendi¨® en la calle. ¡°All¨ª todo era m¨¢s l¨²dico e intentabas m¨¢s cosas que sin un entrenador detr¨¢s¡±, asegura. Su padre le ten¨ªa que sacar de la cancha o de la playa para llevarlo a entrenar a Las Palmas. ¡°?ramos un grupo de 15 o 20 amigos muy unidos, siempre todos juntos. En Ba?aderos nos conocemos todos, es un pueblo chiquito que vive de la pesca y de las plataneras¡ ??ramos nosotros los de la Operaci¨®n Platano!¡±, exclama entre carcajadas. Al final, tras la corteza del profesionalismo, el f¨²tbol es diversi¨®n y amistad. Por eso Manuel Pablo nunca ha dejado de sonre¨ªr.
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