Un brindis al sol
Toros de El Pilar, encastados y nobles, para tres diestros que tuvieron una tarde muy gris
Ruiz Manuel pidi¨® permiso al presidente y se dispuso a cruzar el di¨¢metro de la plaza en un gesto evidente de brindar la muerte de su primer toro a alg¨²n amigo o partidario. Y as¨ª fue; solo que se detuvo en el tendido seis, donde el sol estaba cayendo de plano. Se levant¨® de su asiento un caballero tocado con un sombrero de paja, que no se quit¨® mientras el torero le dirig¨ªa un breve parlamento. El sofocante calor almeriense ni aconsejaba destocarse ni discursos largos. Lo cierto es que se ha roto una tradici¨®n que, qui¨¦n sabe si no estar¨¢ obligada por la crisis econ¨®mica y sus recortes. Hasta no hace mucho, cuando un matador decid¨ªa brindar un toro, enviaba al brindado una entrada de barrera de sombra y este le respond¨ªa con un presente en se?al de agradecimiento. Este martes, un tendido de sol¡ C¨®mo han cambiado los tiempos. ?Y alguien cree que el se?or del sombrero de paja quedar¨ªa con cuerpo de hacerle un regalo a Ruiz Manuel? Vamos, anda¡
?En el siguiente toro, Fandi?o tambi¨¦n brind¨® el suyo; en esta ocasi¨®n, a una se?ora aposentada en la sombra, pero no en la barrera. Y un vecino apostilla: ¡°Pero no est¨¢ claro que le haya regalado la entrada¡±. En fin, ellos sabr¨¢n. El que lo tuvo m¨¢s f¨¢cil fue David Mora que, montera en mano, se fue al centro del ruedo, y brind¨® a la concurrencia. Y, sobre el papel, fue el que mejor partido sac¨® al gesto, pues el p¨²blico le regal¨® una oreja que en los tiempos que corren no es un mal presente. En fin, que esto del toro y sus costumbres han cambiado una barbaridad. El martes, por ejemplo, hubo motivos para a?orar el pasado, pues si bien los toros de El Pilar mostraron un aspecto excesivamente anovillado y muy c¨®modo de pitones, cumplieron en los caballos y embistieron, en l¨ªneas generales con la constancia y calidad suficientes para que sus matadores alcanzaran el triunfo. Pero no fue ese el caso. Lo intentaron, claro que s¨ª, cada cual a su manera, pero ninguno de los tres consigui¨® emocionar al respetable. Menos mal que en esta plaza se detiene el festejo durante 20 minutos para dar cuenta de una op¨ªpara y bien regada merienda, lo cual hace olvidar todos los trances aburridos que en la corrida hayan sido.
Buena corrida de El Pilar, de aspecto anovillado, pero encastada y noble
Se afanaba el local Ruiz Manuel en la faena de muleta al codicioso, encastado y noble cuarto cuando los tendidos y palcos a¨²n apuraban los ¨²ltimos sorbos del chupito final y se relam¨ªan los dedos con las delicias de las confiter¨ªas. Y lo hac¨ªan con sumo gusto porque el torero no consegu¨ªa que sus paisanos cambiaran la mirada y le prestaran atenci¨®n. La verdad es que el toro repiti¨® una incansable embestida larga y templada, mientras el torero daba pases despegados y sin hondura. Mat¨® muy bien de una gran estocada y le concedieron una oreja, cuando su oponente le hab¨ªa ofrecido las dos. Tampoco estuvo fino en su bravo primero, en el del brindis al sol, tambi¨¦n noble y repetidor. Su labor fue descafeinada y embarullada; muchos pases y poca enjundia, citando siempre al hilo del pit¨®n.
Y esta fue la misma t¨®nica de sus compa?eros de terna. Tambi¨¦n a Fandi?o y Mora se les nota la modernidad de su toreo; lo hacen en l¨ªnea recta, hacia fuera siempre, y citan fuera cacho. Y, as¨ª, por m¨¢s pases que dan, la gente sigue a lo suyo, a?orando la merienda o saboreando una copa, porque lo que sucede en el ruedo no le interesa.
Manso, el ¨²nico declarado de la tarde, fue el primero de Fandi?o, que, despu¨¦s, embisti¨® con codicia y nobleza en la muleta. El diestro le hizo una faena aseada, con aceptables retazos de buen toreo, sobre todo con la mano izquierda, pero a toda su labor le falt¨® conjunto, orden y hondura. Estuvo bien, seg¨²n los c¨¢nones de la modernidad, pero dijo muy poco. He ah¨ª el problema.
Tarde gris de los toreros Ruiz Manuel, Iv¨¢n Fandi?o y David Mora
Un toro bravo en el caballo fue el quinto, que acudi¨® con prontitud al cite en las primeras tandas, y no acab¨® el torero de encontrar la distancia y el gusto para conducir la embestida. Al final, el animal cambi¨® su comportamiento, se raj¨®, busc¨® las tablas y se olvid¨® de su matador. Qued¨®, no obstante, la impresi¨®n de que, otra vez, falt¨® hondura.
Tampoco Mora estuvo a la altura de las circunstancias. Se perdi¨® en su primero en una faena larga y sopor¨ªfera, cargada de pases y m¨¢s pases insulsos, sin emoci¨®n alguna, y muy superficial. Recibi¨® al sexto con unas aceptables ver¨®nicas (tambi¨¦n lo intent¨® en el primero con menos fortuna), y lo mulete¨® con aparente escasa ilusi¨®n, sin embraguetarse nunca, con una tosca manera de interpretar el toreo muy preocupante. Mat¨® bien y se llev¨® una voltereta sin consecuencias.
EL PILAR/RUIZ MANUEL, FANDI?O, MORA
Toros de El Pilar, anovillados, bravos en general, encastados y nobles.
Ruiz Manuel: bajonazo (ovaci¨®n): estocada (oreja):
Iv¨¢n Fandi?o: dos pinchazos y dos descabellos (ovaci¨®n); bajonazo (ovaci¨®n).
David Mora: estocada trasera (oreja); estocada (ovaci¨®n).
Plaza de Almer¨ªa. 21 de agosto. Primera corrida de feria. Menos de media entrada.
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