Kirberg ya tiene su isla
El cineasta alem¨¢n rodar¨¢ en la costa de Lugo su pr¨®xima pel¨ªcula, ¡®A ausencia¡¯
Rainer Kirberg se lleva la mano al costado y pregunta, separando sin ninguna urgencia las s¨ªlabas: ¡°?Contusi¨®n? ?Es as¨ª como se dice?¡±. Le delata la media sonrisa: se ve que duele con gusto. El alem¨¢n acaba de regresar de un breve viaje a la costa de Lugo. Le acompa?aban el productor Felipe Lage y otro colaborador, el guionista Xos¨¦ Ant¨®n Cascudo. Pronto estar¨¢ de nuevo al norte de la prima de riesgo. No se va con las manos vac¨ªas, desde luego. Le ha costado un golpe en las costillas contra la lancha de Marcelino, su cicerone, un marinero local, pero ya tiene su isla. La isla que necesitaba para rodar en Galicia su pr¨®xima pel¨ªcula, una coproducci¨®n titulada A ausencia.
Nunca es f¨¢cil encontrar en el mapa un lugar imaginario, pero Kirberg (Oldenburg, Baja Sajonia, 1954) tra¨ªa los deberes hechos. Te das cuenta cada vez que abre las gruesas tapas de uno de sus cuadernos. Est¨¢n llenos de garabatos en su lengua materna y fotos del litoral gallego a ojo de sat¨¦lite. Docenas de apuntes, cruces y vectores: las dimensiones de cada islote, la distancia hasta la costa, la posici¨®n del sol, el itinerario de la sombra, el espacio vital de las mareas. Y sobre todo, el ¨¢ngulo de la mentira. El lugar exacto donde debe estar la c¨¢mara para que el espectador jam¨¢s atisbe tierra firme.
La cinta contar¨¢ la historia de una pareja: un percebeiro furtivo y su perro
La isla en la que la tempestad abandona a los protagonistas de su historia, un percebeiro furtivo llamado Aleixo y su perro Coxo, est¨¢ muy lejos de la playa. ¡°A unos 30 kil¨®metros", matiza el veterano cineasta, en activo desde los a?os setenta. El problema es que en Galicia, donde ha decidido ambientar y rodar la deriva de la pareja, no hay lugares as¨ª. Al final se ha decantado por un peque?o archipi¨¦lago que a primera vista parece de cart¨®n piedra, Os Farall¨®ns, aunque est¨¦ demasiado cerca de donde filmar¨¢ la mayor parte de las secuencias que transcurren en tierra firme: San Cibrao, en el municipio lugu¨¦s de Cervo. La distancia tendr¨¢ que invent¨¢rsela el cine.
Kirberg colecciona marinas. Le apasiona el mar, ¡°el elemento m¨¢s dif¨ªcil de pintar¡±. La fijaci¨®n tiene el mismo pasaporte que su castellano, fluido y ajeno a la vez: parte de su infancia se consumi¨® entre el Nervi¨®n y Avil¨¦s, al calor de los altos hornos en los que trabajaba su padre. A ausencia tambi¨¦n nace ah¨ª, y por eso el enredo es tan sencillo. ¡°El tratamiento est¨¦tico del mar¡±, explica, ¡°requiere un argumento muy elemental. El de mi pel¨ªcula, en el fondo, tiene miles de a?os: un hombre, Aleixo, sale de caza, al mismo tiempo que una mujer, Mari?a, da a luz¡±.
Pens¨® en rodar en la Costa Brava pero al final se decidi¨® por San Cibrao
Si esta historia ¡°sin palabras¡±, en la que dicen m¨¢s los gestos y las gaviotas que los di¨¢logos, no se rueda finalmente en la Costa Brava, como plane¨® en alg¨²n momento el director, es porque la pesca tiene una dimensi¨®n pol¨ªtica. ¡°No es lo mismo cazar merluzas que coger percebe¡±, sentencia. ¡°El percebe es uno de los mariscos m¨¢s escasos, caros y dif¨ªciles de explotar. Me interesaba esa precariedad para el personaje principal". ?Y por qu¨¦ furtivo? ¡°Porque necesito que Aleixo sea de alguna manera ajeno a su propia sociedad¡±, aclara r¨¢pidamente. ¡°Quiero que sus lazos con la comunidad sean precarios. Que exista la posibilidad de que nadie salga a buscarlo¡±.
Ya se hab¨ªa decidido por Galicia cuando coincidi¨® en Buenos Aires con Luis Mi?arro, el productor de Uncle Boonme recuerda sus vidas pasadas, cinta con la que el realizador tailand¨¦s Apichatpong Weerasethakul gan¨® la Palma de Oro en Cannes hace dos a?os. El catal¨¢n le aconsej¨® que se pusiese en contacto con una joven firma gallega que algo hab¨ªa tenido que ver con el paso de Todos v¨®s sodes capit¨¢ns y su director, ?liver Laxe, por el certamen franc¨¦s. Kirberg obedeci¨® y su proyecto ya est¨¢ en marcha. Tiene una ayuda de 322.000 euros de la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic) y otra de 30.000 del Ministerio de Cultura alem¨¢n. Zeitun Films y sus socios centroeuropeos, Juca Film, aspiran al mill¨®n de euros.
Cada vez que se acerca a Galicia, Kirberg encuentra algo que no buscaba. La primera vez se tropez¨® con A Maruxaina, la sirena que, seg¨²n la tradici¨®n de San Cibrao, extraviaba a los marineros en la tormenta. Ahora ya forma parte de la memoria sentimental de Aleixo y el recuerdo de su abuelo. Esta vez, adem¨¢s de su isla, sin la que no habr¨ªa pel¨ªcula, se lleva para Alemania un personaje que tendr¨¢ que encajar de alguna manera en el gui¨®n. Se llama O P¨¦ y es una roca de 35 metros de alto que se eleva sobre las otras dos piezas del archipi¨¦lago, A Sombriza y A Baixa. ¡°De repente, la isla tiene la capacidad de mirar al personaje¡±. Los lugares imaginarios tampoco son perfectos.
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