RTVV, despedida y cierre
"Los socialistas, que la pusieron en marcha, arrimaron el ascua a su sardina tanto como pudieron, pero lo que vendr¨ªa despu¨¦s lo reducir¨ªa a la insignificancia"
Los miembros del consejo de administraci¨®n de R¨¤dio Televisi¨® Valenciana (RTVV) del PP ratificaron en la madrugada de ayer el despido de 1.198 trabajadores del ente. Fue el ¨²ltimo tr¨¢mite para el puntillazo que el Gobierno valenciano quiere dar a una televisi¨®n auton¨®mica que ha usado hasta el paroxismo como instrumento de propaganda, agencia de colocaci¨®n, fil¨®n de negocio para camaradas y sistema de saqueo (por lo visto en la derivada del caso G¨¹rtel de los contratos de la visita del Papa). Sin embargo, ahora, desacreditada, sobredimensionada, arruinada y con la Generalitat en bancarrota, para el Consell el juguete resulta insostenible y le est¨¢ metiendo el hacha a fondo en el tronco.
Es evidente que la radio y la televisi¨®n auton¨®micas necesitan ganar agilidad para asegurar su futuro, pero no es menos cierto que su excesivo volumen es el resultado de la gesti¨®n irresponsable de los Gobiernos de Eduardo Zaplana y Francisco Camps, quienes, adem¨¢s de llevarlas al borde del precipicio durante 17 a?os, las utilizaron para su promoci¨®n personal apesebrando (a todo meter) a periodistas de la Villa y Corte de su inter¨¦s que ejerc¨ªan aqu¨ª de somat¨¦n medi¨¢tico a cambio de cacarear en Madrid lo fant¨¢sticos eran. Tambi¨¦n es cierto que los socialistas, que la pusieron en marcha, arrimaron el ascua a su sardina tanto como pudieron, pero lo que vendr¨ªa despu¨¦s lo reducir¨ªa a la insignificancia. En pocos a?os, se dobl¨® la plantilla y los gastos en producciones externas y derechos deportivos se dispararon m¨¢s all¨¢ de la capacidad del ente hasta llevarlo a la quiebra y a la deuda de 1.200 millones. Y la perversidad es que esa factura no la van a pagar quienes la han ocasionado sino los trabajadores, que son los ¨²nicos que se cre¨ªan el proyecto.
RTVV naci¨® como un instrumento esencial del autogobierno y pudo ser su m¨¢xima caja de resonancia, su ¨®rgano de difusi¨®n y maquinaria pedag¨®gica, el v¨ªnculo com¨²n de los valencianos, su poderoso veh¨ªculo cultural. Sin embargo, el uso y abuso partidista del PP ha estigmatizado para siempre su credibilidad. Esa prioridad pol¨ªtica y sus servidumbres han determinado que ni siquiera haya podido cumplir razonablemente con su precepto fundacional: promover el valenciano y desarrollar una industria audiovisual propia. Con este fracaso y su inminente desguace el autogobierno no solo pierde m¨²sculo, sino tambi¨¦n capacidad.
Aunque esto es algo que no parece importarle demasiado a Alberto Fabra, quien aqu¨ª parece actuar m¨¢s como un hombre de negro de Mariano Rajoy (que hubiese heredado de otros lo que ha hecho su partido) que como un presidente de la Generalitat comprometido con lo que representa. Ahora Fabra no solo tiene que apechugar con la escabechina y el desguace, sino tambi¨¦n con la lista de reos, con las consecuencias de a qui¨¦n le va a vender la chatarra y qu¨¦ nuevas perversiones ideol¨®gicas se van a introducir en la pantalla al amparo de esta atrocidad semip¨²blica que se plantea como el salvavidas de los n¨¢ufragos del fracaso de las TDT.
Y para empezar, huele fatal que siete trabajadores en ¡°excedencia forzosa¡± se salven del ERE por esa misma peregrina raz¨®n (entre ellos, la jefa de comunicaci¨®n de Fabra), cuando haber tenido una ¡°excedencia voluntaria¡± te pone a los pies de los caballos. Para que luego venga el locuaz Seraf¨ªn Castellano, el consejero de Gobernaci¨®n, y afirme con agropecuaria pompa que ¡°el ERE de RTVV es necesario para salir de la crisis¡±.
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