¡°El BNG deriv¨® en un partido atrapalotodo¡±
Carlos Taibo desmenuza el ¡°mito¡± de la Transici¨®n en ¡®Espa?a, un gran pa¨ªs¡¯
Cuidado con la portada del ¨²ltimo libro de Carlos Taibo, Espa?a, un gran pa¨ªs (Catarata, 2012). El t¨ªtulo es un zarpazo de iron¨ªa, y encima lo ilustra la efigie de Homer Simpson estampada en una moneda de euro, pero ah¨ª acaba la broma. Dentro escasea el humor. Es una vehemente ¡°enmienda a la totalidad¡± del proyecto espa?ol de finales del siglo XX. Un ensayo en la l¨ªnea de flotaci¨®n de los ¡°mitos¡± del posfranquismo, la Uni¨®n Europea, la OTAN y el credo del crecimiento econ¨®mico ilimitado. Conviene leer el subt¨ªtulo. Es demoledor: Transici¨®n, milagro y quiebra.
Hecho trizas el ¡°optimismo¡± y el ¡°aparente ¨¦xito econ¨®mico¡± de la integraci¨®n en la UE, argumenta el profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, ha llegado la hora de discutir qu¨¦ es lo que hab¨ªa detr¨¢s, empezando por el bipartidismo de facto: ¡°Es un escenario pol¨ªtico t¨¦trico, una farsa teatral. Si el PP hubiese ganado las elecciones en 2007, hoy gobernar¨ªa el PSOE con mayor¨ªa absoluta y unas pol¨ªticas muy similares a las del se?or Rajoy¡±.
Taibo explica, mirando a un lado y a otro, que el problema va m¨¢s all¨¢ de los dos grandes partidos. Tampoco espera demasiado de Izquierda Unida, ¡°una formaci¨®n del viejo orden que pretende ocupar el espacio socialdem¨®crata que ha dejado vac¨ªo el PSOE¡±, ni de los presuntos nacionalismos de izquierda. El BNG, por ejemplo, ¡°paga las consecuencias de haberse convertido en un partido atrapalotodo¡±. ?Un s¨ªntoma? ¡°Su apoyo nauseabundo a la alta velocidad ferroviaria¡±. El ensayista desconf¨ªa de los discursos ¡°regeneracionistas¡± y cuestiona la importaci¨®n ret¨®rica de modelos como el de Syriza, la coalici¨®n griega de izquierda. ¡°Si es posible una soluci¨®n, tendr¨¢ que partir de la base de la sociedad, de la mano de proyectos de autogesti¨®n, democracia directa, decrecimiento y desmercantilizaci¨®n, algo que no defiende ning¨²n partido, ni grande ni peque?o¡±. Y ojo, que tampoco la III Rep¨²blica vendr¨ªa a resolver nada. ¡°No confundamos los diagn¨®sticos¡±, tercia. ¡°La monarqu¨ªa es un problema grave, pero no la fuente de todos nuestros problemas¡±.
Espa?a, un gran pa¨ªs no deja t¨ªtere con cabeza en sus casi 300 p¨¢ginas. La emprende primero con la Transici¨®n, su ¡°democracia otorgada¡± y las zonas de sombra de la memoria hist¨®rica, como aquella que arromba a ¡°los olvidados de los olvidados¡±, los libertarios. Y a continuaci¨®n desmenuza la receta del ¡°milagro¡± espa?ol: seudodemocracia, atlantizaci¨®n, neoliberalismo, cultura sumisa, medios de incomunicaci¨®n, pol¨ªtica del miedo, sumisi¨®n a la l¨®gica imperial y un ¡°silencioso¡± y ¡°omnipresente¡± nacionalismo de Estado.
La quiebra la precipita la ¡°crisis sin fondo¡± del euro, ¡°una genuina estafa¡± que tiene causas y responsables, argumenta el autor, unos en primer plano y otros en la ¡°trastienda¡± de las agencias de calificaci¨®n. La etapa de ¡°corrosi¨®n terminal¡± del capitalismo, acu?a, exige una respuesta, y ninguno de los dos proyectos hegem¨®nicos de la izquierda en el siglo XX, el leninismo y la socialdemocracia, ¡°que defienden instituciones construidas desde arriba¡±, ser¨¢ capaz de darla. Cualquier alianza entre fuerzas antineoliberales y anticapitalistas devorar¨¢ a las segundas, advierte, preguntado por hipot¨¦ticas alianzas en la izquierda pol¨ªtica ante la urgencia electoral. ¡°El principal pilar de un proyecto anticapitalista tiene que ser el 15-M, que tiene mucha m¨¢s fuerza de lo que parece. Su vitalidad hay que medirla por el trabajo sordo y a menudo poco vistoso de las asambleas de barrio, no por las manifestaciones masivas. Cada vez hay m¨¢s espacios de autonom¨ªa, como cooperativas integrales, ecoaldeas, la banca social ¨¦tica... Poco importa si dentro o fuera del 15-M¡±.
Si lo urgente es deshacerse del ¡°lastre¡± de la Transici¨®n, ?para qu¨¦ iba a ser necesaria otra? ¡°La primera ha sido tan negativa que no veo de qu¨¦ manera el cambio de un numeral por otro podr¨ªa mejorar las cosas¡±, concluye Taibo. ¡°Desde luego, yo no estoy por aceptar la trama que implicar¨ªa¡±.
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