Un s¨ªmbolo de la decadencia e¨®lica
La multinacional vasca Gamesa, con tres plantas en Galicia, ha prescindido de 500 empleados en tres a?os y prepara un ERE temporal para otros 226
El viento gallego ya no es un buen negocio para Gamesa. El potencial e¨®lico de Galicia, que un d¨ªa se publicit¨® como el salvoconducto milagroso hacia una econom¨ªa pujante basada en una fuente de energ¨ªa inagotable, cotiza a la baja. La estampa de los molinos girando en lo alto de pastos escarpados y montes revalorizados por los gigantes blancos instalados en todos los rincones ventosos de la orograf¨ªa est¨¢ pr¨¢cticamente congelada porque el e¨®lico gallego sigue atascado en una monumental chapuza pol¨ªtica.
La misma semana que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) declar¨® ilegal la anulaci¨®n que la Xunta de Alberto Nu?ez Feij¨®o hizo del primer concurso e¨®lico del bipartito, Gamesa, anunci¨® un ERE (expediente de regulaci¨®n de empleo) rotatorio que afecta pr¨¢cticamente al 100% de la plantilla de su planta de As Somozas (A Coru?a). La f¨¢brica de palas y vigas de As Somozas, que se comercializa como Fiberblade, era la joya de la corona de las inversiones en Galicia de la empresa vasca, que ahora parece batirse en silenciosa retirada bajo el escudo de la crisis.
De los 244 operarios indefinidos de la planta, 226 se turnar¨¢n un mes y medio en el paro en grupos de 62 durante el pr¨®ximo semestre. Los planes de la empresa pasan por adelgazar la plantilla de inmediato y aplicar el ERE a principios de septiembre, seg¨²n fuentes sindicales. Quedar¨ªan fuera de la regulaci¨®n 18 trabajadores adscritos a los departamentos de gerencia, recursos humanos e ingenier¨ªa.
Empleos muy cotizados
La planta de Gamesa en As Somozas es un caso un tanto at¨ªpico de una multinacional en un pueblo despoblado del rural gallego (1.306 vecinos). La empresa eligi¨® esta localidad interior de A Coru?a como lanzadera para sus modelos de palas, que exporta a trav¨¦s del puerto de Ferrol, tocado por la ca¨ªda de la producci¨®n. Construy¨® dos inmensas naves en un pol¨ªgono industrial municipal surgido de la nada y lejos de casi todo que, sin embargo, funciona bien. Abaratar el precio del suelo convirti¨® As Somozas en la capital gallega del reciclaje de la mano de 67 empresas.
Cuando el viento econ¨®mico les soplaba de cara, Gamesa lleg¨® a emplear a 750 trabajadores en sus plantas de vigas y palas. La empresa tir¨® de la comarca con empleos bien remunerados incluso para los temporales (500), con un sueldo medio de 1.600 euros, y un convenio particularmente protector con las embarazadas.
Cap¨ªtulo aparte merece la pol¨ªtica de contrataci¨®n. Es un secreto a voces que entrar en Gamesa era un golpe de suerte que pasaba por el filtro de la alcald¨ªa, que gobierna interrumpidamente desde 1979 el popular Manuel Candocia, devoto de Fraga. Una sobrina del regidor, Nuria Fern¨¢ndez Candocia, es la jefa de recursos humanos para la zona norte.
Gamesa es, posiblemente, el ejemplo que mejor sintetiza el auge y ca¨ªda del e¨®lico en Galicia. La multinacional vasca ¡ªcon f¨¢bricas en EE UU, Brasil, India y China¡ª desembarc¨® en la comunidad hace 15 a?os con el pl¨¢cet del Gobierno de Manuel Fraga. El Plan E¨®lico Estrat¨¦gico del 2000 les otorg¨® 760 megavatios (MW). Abrieron plantas en Bergondo, Sig¨¹eiro y As Somozas con inversiones multimillonarias que promet¨ªan empleo estable a largo plazo. La primera est¨¢ cerrada y la de Sig¨¹eiro ha pasado por un largo ERE. El primer reparto del viento gallego que hizo el bipartito (PSdeG-BNG) les adjudic¨® 142 MW pero el concurso e¨®lico del Gobierno de Feij¨®o dej¨® a Gamesa sin los megavatios que acapararon Gas Natural Fenosa y Endesa. La compa?¨ªa aspiraba a copar un gran trozo del pastel (460 MW) y la Xunta le adjudic¨® 168 como fabricante pero ninguno como promotor de un total de 2.325 en liza. Gamesa se quej¨® amargamente del desaire y amag¨® con desinvertir en la comunidad.
Desde septiembre de 2008, Gamesa ha prescindido de medio millar de operarios eventuales y temporales en As Somozas. En noviembre del 2010, ech¨® el cierre a la planta de vigas, la m¨¢s antigua, y reagrup¨® plantilla y producci¨®n en la segunda nave. En los buenos tiempos, relata un veterano empleado, se fabricaban 43 palas semanales. Ahora s¨®lo trabajan un modelo m¨¢s antiguo, a raz¨®n de 11 palas por semana para un pedido firmado con M¨¦xico en primavera que les tendr¨¢ ocupados un a?o y medio.
Lejos quedan los 1.800 MW que la empresa instal¨® en 2006 y que se quedaron en la quinta parte (400) el a?o pasado. En 2009, el 32% de los megavatios e¨®licos instalados en Espa?a eran de Gamesa. Dos a?os despu¨¦s, el porcentaje baj¨® al 13%. As¨ª figura en los documentos que la gerencia entreg¨® al comit¨¦ para justificar el ERE. Desde la direcci¨®n de la factor¨ªa sit¨²an el expediente en un escenario de ¡°persistente crisis econ¨®mica y sectorial¡± y conf¨ªan en un repunte de las ventas a partir del 2013. ¡°La incertidumbre regulatoria en varios mercados-objetivo hacen necesarias medidas de flexibilidad temporal para mantener la planta a medio y largo plazo¡±, resumen.
Tampoco al secretario del comit¨¦ de empresa, Javier Fornos, de UGT, le ha pillado desprevenido el ERE. ¡°Sab¨ªamos que nos tocaba tarde o temprano¡±, manifest¨®. Empresa y sindicatos se re¨²nen el martes para abordar los detalles de un ERE de 180 d¨ªas que se da por seguro. Fuentes sindicales y pol¨ªticas temen que al primero le suceda un segundo que termine por liquidar la planta y ventilar todas las inversiones de Gamesa en Galicia.
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