El mirador m¨¢s mirado
La modernidad serena del edificio de invitados de la Copa del Am¨¦rica sobrevive airosa a los eventos
![El edificio Veles i Vents, de David Chipperfield y Ferm¨ªn V¨¢zquez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/V6AKMWIKRWTADYMS7NYGNFQIIA.jpg?auth=02bbd4522aded98b6f22581d0cd374a3c50b047f33cd82930c209232b060c043&width=414)
¡°Si los r¨ªos pasan, el mar permanece¡±, escrib¨ªa Max Aub de vuelta a las playas de Valencia en 1969. Cambia la forma de mirarlo o de abordarlo. Lo saben los pescadores refugiados de forma permanentemente provisional entre las bases de la Copa del Am¨¦rica que, como restos de arqueolog¨ªa n¨¢utica reciente, se ven desde Veles e Vents. Este edificio recuerda cosas que cambian. Una, que la copa tuvo lugar por primera vez en Europa tras 150 ediciones disputadas en Am¨¦rica y Ocean¨ªa. Dos, que la elecci¨®n de Valencia para la m¨¢s antigua competici¨®n n¨¢utica del planeta conllev¨® importantes inversiones p¨²blicas. Tres, que la copa marc¨® el c¨¦nit de los eventos organizados por la ciudad.
El mismo nombre del edificio, Veles e Vents, tomado del poema de Ausi¨¤s March, parece jugar con la idea de eventos (e-vents). ¡°Estos acontecimientos son catalizadores de transformaciones m¨¢s importantes que el evento mismo, en este caso la transformaci¨®n de esa parte de la ciudad, de la cual el edificio quer¨ªa ser un s¨ªmbolo¡±, recapitula cinco a?os despu¨¦s Ferm¨ªn V¨¢zquez, colaborador de David Chipperfield en la creaci¨®n del Veles e Vents. ¡°Es un elemento m¨¢s de una recuperaci¨®n de espacios industriales o productivos para volcarse al mar. Y es sobre todo un edificio desde el que se mira al mar¡±, enfatiza el arquitecto catal¨¢n, uno de cuyos ¨²ltimos proyectos es la transformaci¨®n del frente portuario de Porto Alegre.
Los viandantes de la zona portuaria valenciana suelen ascender al primer piso del edificio por las escaleras o la rampa, que act¨²a como un aut¨¦ntico reclamo. El tr¨¢nsito es especialmente agradable por el suelo de madera, como si uno fuera a embarcarse de un momento a otro. Pero se queda con las ganas, viendo pasar delante de s¨ª, desde la terraza, un imponente yate de lujo, ¡°?con helic¨®ptero dentro!¡±, exclama una. ¡°?Mira, cu¨¢nta tripulaci¨®n, parece que preparan una supercena!¡±, advierte otro. ¡°?D¨®nde est¨¢n los comensales?¡± ¡°?Es de Australia?¡± ¡°Espera, que lo miro en el m¨®vil¡±, dice el segundo, mientras la embarcaci¨®n sale a mar abierto por el canal principal.
Ah¨ª se acaba la ascensi¨®n y el alcance de la visi¨®n, porque el segundo y tercer piso permanecen inaccesibles. Veles e Vents cumpli¨® su misi¨®n como edificio de invitados en su d¨ªa, pero ahora, m¨¢s all¨¢ de la primera terraza, no hay se?ales de vida, aunque s¨ª de polvo. Se ha convertido en el mirador m¨¢s mirado y admirado de la fachada mar¨ªtima.
![Vista desde la parte inferior del edificio Veles e Vents.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/KVDEQ6GLUGQADABMYACCVMMPHE.jpg?auth=33e02838403c058922b07bdd67dc225058421f9d00c192fbb69eca13c2f3fc2e&width=414)
En este edificio pensado para mirar al mar de t¨² a t¨², a resguardo del sol, ¡°el horizonte es una especie de acompa?amiento de estas losas horizontales que vuelan unas encima de otras, con grandes vac¨ªos¡±, explica V¨¢zquez. Para acentuar ese aspecto, hicieron el edificio algo m¨¢s voluminoso de lo previsto. ¡°No todas las terrazas estaban incluidas en el programa original, pero nos pareci¨® que merec¨ªa la pena, tanto para reforzar el concepto como para dar una mayor presencia al edificio¡±.
Desde ah¨ª se recorre con la vista la zona de carga de contenedores, con gr¨²as gigantes; la estaci¨®n de embarque de pasajeros; las bases de los equipos de la Copa que siguen ah¨ª; la d¨¢rsena deportiva; la silueta del distrito mar¨ªtimo; los restaurantes con hotelito de la playa de las Arenas y, en fin, el espig¨®n que marca la separaci¨®n de la playa, donde sobresale como otro mirador el ¨²ltimo de los nuevos bares instalados a partir de la misma explanada que es extensi¨®n natural del primer piso de Veles e Vents.
En este edificio pensado
Para V¨¢zquez ha quedado ¡°como un edificio potente pero contenido, que ayudar¨¢ a que toda transformaci¨®n futura lo tenga como referente, al menos en la voluntad de calidad en todo lo que se haga¡±.
La zona es lugar de copeo nocturno o de paseo diurno, a pie, en bici o patines, de tr¨¢nsito y de excursiones mar¨ªtimas, pero transmite cierta languidez. Este a?o, por ejemplo, ha desaparecido el cine de verano entre las bases de las regatas. Con todo, se ha convertido en un referente en el frente litoral que conecta a trav¨¦s del Paseo Mar¨ªtimo con las playas vecinas.
Esas que miraban Sorolla y Blasco Ib¨¢?ez cuando ¨¦ste encontraba a menudo ¡°un pintor joven que laboraba a pleno sol¡± y ¡°teniendo enfrente el mismo modelo¡± que ¨¦l usaba. Esas playas persisten entre los atractivos de la ciudad, vinculadas a un barrio de pescadores, El Cabanyal, que merece una visita a pesar del creciente deterioro.
Pistas
Para llegar. En coche se accede directamente desde la avenida del Puerto. Hay un aparcamiento subterr¨¢neo debajo del edificio Veles e Vents de 800 plazas. Se puede llegar en tranv¨ªa, metro o autob¨²s, por varias l¨ªneas. Ver www.emtvalencia.es y www.metrovalencia.com.
Para navegar. La firma Mundo Marino ofrece excursiones a vela desde el embarcadero situado junto a Veles e Vents (www.mundomarino.es y 963816066).
Para ba?arse. La Marina Real enlaza directamente con las playas de El Cabanyal (Las Arenas) y la de La Malvarrosa, contectadas tambi¨¦n por el Paseo Mar¨ªtimo.
Para degustar. En la d¨¢rsena, en la zona Veles e Vents, junto al puente del canal y en el paseo elevado hay locales de copas, tapeo y comidas, incluido el heredero de Casa Guillermo, otrora "el rey de la anchoa". Junto a la d¨¢rsena, en la playa de las Arenas, hay varios restaurantes "de toda la vida", como La Pepica, fundado en 1898 y por donde lleg¨® a pasar Hemingway. Vale la pena una escapada al Cabanyal-Canyamelar y acercarse a tomar un vermut con tapeo a Casa Monta?a (Jos¨¦ Benlliure, 69) o un bocadillo a La Pascuala (Eugenia Vi?es, 177)
Para informarse. Toda la informaci¨®n relativa al espacio que abarca la Marina Real Juan Carlos I en http://www.marinarealjuancarlosi.com.
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