El olivar de monta?a ha perdido desde 1980 m¨¢s suelo f¨¦rtil que en dos siglos
La erosi¨®n por los herbicidas y el manejo intensivo amenaza la sostenibilidad
El olivar de pendiente andaluz tiene cada vez un futuro m¨¢s comprometido. Y no solo por ser el de menor competitividad por sus bajas producciones. Tampoco ha sido capaz de atajar un mal end¨¦mico que le viene persiguiendo desde hace al menos dos siglos y medio: su elevada tasa de erosi¨®n. La p¨¦rdida de suelo f¨¦rtil en el olivar de monta?a ya se daba en Andaluc¨ªa hace 250 a?os, pero en los ¨²ltimos a?os se ha acelerado de manera preocupante. Tanto es as¨ª que un estudio cient¨ªfico ha constatado que desde 1980 el olivar de pendiente ha perdido m¨¢s suelo que en los dos siglos anteriores.
Un estudio del Instituto de Agricultura Sostenible y la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha revelado que el olivar m¨¢s monta?oso ha perdido entre 29 y 47 toneladas por hect¨¢rea y a?o. Una p¨¦rdida causada principalmente por la erosi¨®n derivada del uso de herbicidas y el manejo intensivo del suelo.
¡°Los procesos erosivos en los suelos de los olivares son los m¨¢s altos de la historia justo en el momento en el que este cultivo ocupa el 83% de la superficie cultivada¡±, advierte el profesor de la UPO Manuel Gonz¨¢lez de Molina, director de la investigaci¨®n que ha tomado como referencia olivares de las zonas de pendientes de Montefr¨ªo (Granada) hace 250 a?os. Desde entonces, los autores del estudio calculan una p¨¦rdida del 29% al 40% del suelo f¨¦rtil, una estimaci¨®n extrapolable al resto de los olivares de monta?a, que en Ja¨¦n suponen m¨¢s de un tercio de la superficie ole¨ªcola.
La investigaci¨®n constituye un estudio pionero en olivar pues nunca antes se hab¨ªa analizado este proceso de erosi¨®n en un periodo temporal tan amplio desde esta doble perspectiva, ambiental e hist¨®rica. Y uno de los resultados m¨¢s relevantes es que, ya en los siglos XVIII y XIX, el manejo del olivar, basado en laboreo con animales, estaba lejos de considerarse sostenible. Los agricultores perd¨ªan suelo f¨¦rtil a una velocidad elevada: entre 13 y 31 toneladas por hect¨¢rea y a?o, un proceso insostenible al superar la tasa de formaci¨®n de suelo. Esta intensidad de la erosi¨®n aument¨® extraordinariamente a partir de los a?os 80 con la intensificaci¨®n del cultivo, debido a la mecanizaci¨®n de las labores y al manejo con suelo desnudo en las calles del olivar.
Un estudio de la UPO cifra las p¨¦rdidas entre 29 y 47 toneladas por hect¨¢rea y a?o
En cualquier caso, se observan patrones con una variaci¨®n hist¨®rica considerable. El periodo de mayores p¨¦rdidas se dio entre 1980 y 2010, debido a la falta de cubiertas vegetales por el uso de herbicidas y un manejo cada vez m¨¢s intensivo. En cambio, entre 1935 y 1970 present¨® un menor ¨ªndice de erosi¨®n debido al uso del suelo para el cultivo de cereales ante la demanda de producci¨®n durante el franquismo.
¡°Los incentivos generados por un nuevo marco institucional y la nueva tecnolog¨ªa puesta al servicio de los agricultores para aumentar sus rendimientos est¨¢n detr¨¢s de las altas tasas de p¨¦rdida de suelo de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas¡±, sostiene el profesor Gonz¨¢lez de Molina, autor del estudio junto a los investigadores del Instituto de Agricultura Sostenible Jos¨¦ Alfonso G¨®mez Calero y Tom Vanwalleghem.
Los investigadores creen que la integraci¨®n espa?ola en la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) favoreci¨® la expansi¨®n del cultivo del olivo mediante la percepci¨®n de importantes subsidios cuya entidad depend¨ªa del nivel de producci¨®n alcanzado, estimulando de paso la intensidad del cultivo. Adem¨¢s, la total liberalizaci¨®n del sector ole¨ªcola y la mayor demanda de aceite de oliva en otros pa¨ªses abrieron nuevas oportunidades comerciales para los productores. Y a todo eso hay que a?adir la mecanizaci¨®n del olivar. En Montefr¨ªo, la maquinaria agr¨ªcola era inexistente a mediados del siglo XX, en 1982 ya hab¨ªa 10 m¨¢quinas por hect¨¢rea cultivada y en 1999, m¨¢s de 39 . ¡°El uso de maquinaria con mayor capacidad tractora y de herbicidas elevaron considerablemente las tasas de erosi¨®n¡±, indica Gonz¨¢lez de Molina.
Hoy, la gran intensidad de las labores del suelo en el que se aplican tratamientos qu¨ªmicos y maquinaria agr¨ªcola, y se elimina toda la cubierta vegetal, ha hecho que los rendimientos de aceituna sean hasta de 10 veces superiores (2.500 kilos por hect¨¢rea) pero todo ha sido a cambio de que las p¨¦rdidas de suelo se han triplicado en este periodo.
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