¡®Catedrales laicas¡¯ para superar la crisis
Los ¡®cellers¡¯ modernistas, objeto de una exposici¨®n en Caixaf¨°rum
Coinciden en Barcelona dos exposiciones que permiten comprobar que es posible superar situaciones de crisis m¨¢s adversas que las actuales. Es una de las lecciones que nos proporciona la historia. En el Museo de Historia de Barcelona (Muhba) -abierta hasta diciembre- se muestra c¨®mo la industria textil de las indianas convirti¨® Barcelona en puntera al exportar tejidos a Europa y Am¨¦rica, pocos a?os despu¨¦s del gran desastre de 1714 que arras¨® parte de la ciudad. En Caixaf¨°rum, por su parte, la exposici¨®n Cellers, cooperativisme + modernisme,expone c¨®mo las bodegas cooperativas surgidas a comienzos del siglo XX en Catalu?a permitieron superar una ¨¦poca convulsa en el mundo del vino, afectado por un cambio de modelo social y productivo.
Estas catedrales del vino son la representaci¨®n arquitect¨®nica de un fen¨®meno que cambi¨® la fisonom¨ªa de una treintena de localidades catalanas ¡ªsobre todo de las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barber¨¤, el Priorat y la Terra Alta¡ª gracias a la uni¨®n de los campesinos que se hipotecaron para tirar adelante proyectos colectivos y as¨ª superar la adversidad y que, dejando de lado la lucha de clases, no dudaron en buscar la colaboraci¨®n con los propietarios de los terrenos. Todos reivindicaron que el mundo del vino, afectado gravemente por la filoxera ¡ªque hab¨ªa aniquilado muchas de las cepas (385.000 hect¨¢reas en 20 a?os desde 1893)¡ª no estaba muerto, sino que tomaba m¨¢s fuerza que nunca, convirtiendo a Catalu?a en la bodega de media Europa.
Todo en los ¡®cellers¡¯ ayuda al proceso de producci¨®n de vino. No hay nada gratuito
Mediante fotograf¨ªas, infograf¨ªas, audiovisuales, maquetas y entrevistas a muchas de las personas que vivieron y participaron de esta revoluci¨®n rural, se puede conocer el mundo rural catal¨¢n de hace unas d¨¦cadas y conocer un rico patrimonio disperso, que por estar lejos de las grandes ciudades, no siempre es f¨¢cil de visitar.
La mayor¨ªa de estas construcciones fueron creadas entre 1918 y 1922 por el arquitecto de Valls C¨¨sar Martinell, pero tambi¨¦n por Pere Dom¨¨nech i Roura y Claudi Duran. Los tres adaptaron la forma de construir modernista a las necesidades de producci¨®n vitivin¨ªcola, trabajando de cerca con los campesinos, realizando edificios a medida basados en el proceso de producci¨®n del vino. Desde entonces, los cellers identificaban a las localidades tanto como sus iglesias.
La exposici¨®n explica ¡ªde forma muy did¨¢ctica¡ª como en estos edificios no hay nada gratuito ni superfluo y que se construyeron sin apenas ostentaci¨®n ¡ªalgo que los aleja de las ricas decoraciones de las viviendas que se constru¨ªan por entonces en la ciudad para la burgues¨ªa¡ª, con materiales como la piedra, el ladrillo, la madera, la cer¨¢mica, la teja y el estuco.
Los edificios, que de entrada parecen iguales en cuando a las soluciones adoptadas en sus fachadas y en los altos arcos que elevan las naves centrales para ayudar a la circulaci¨®n del aire, se descubren con caracter¨ªsticas ¨²nicas, tras adaptarse al terreno, a la climatolog¨ªa y a los recursos econ¨®micos de cada una de las cooperativas.
En 2009 la Generalitat de Catalu?a y La Caixa firmaron un convenio de colaboraci¨®n para rehabilitar ocho de estas construcciones en el que la obra social de la entidad invierte 3,6 millones de euros. Siete de estos edificios llevan la firma de Martinell (declarados en 2002 Bienes Culturales de Inter¨¦s Nacional). El octavo es de Dom¨¨nech i Roura, hijo de Llu¨ªs Dom¨¦nech i Montaner. La exposici¨®n, abierta hasta el 14 de octubre, tambi¨¦n es fruto de este convenio.
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