Ciudadano fotoperiodista
El Proxecta de Vilagarc¨ªa expone im¨¢genes de conflictos b¨¦licos in¨¦ditas en Espa?a

Latas vac¨ªas de bebidas energ¨¦ticas en Vilagarc¨ªa podr¨ªan delatar, entre otras cosas, el m¨¦todo del soriano Diego L¨®pez Calv¨ªn. Doce de sus solarigraf¨ªas se exponen hasta el domingo en el puerto de Vilaxo¨¢n, al aire libre, uno de los reclamos centrales del Festival Proxecta de Vilagarc¨ªa. La t¨¦cnica, desarrollada por Calv¨ªn y los polacos Slavo Decyk y Pawel Kula desde 2000 ¡ªle llamaron Proyecto Solaris¡ª, mezcla el mismo negativo sobre papel que empleaba Fox Talbot en el siglo XIX con los acabados digitales de ahora mismo. De entrada, basta con pegar un papel fotogr¨¢fico normal en el interior de una lata con un agujero fin¨ªsimo para que penetre la luz solar. Una exposici¨®n de seis meses, de solsticio a solsticio, acaba generando l¨ªneas de luz oblicuas, de colorido e intensidad variable, sobre el paisaje filmadoa trav¨¦s del peque?o dep¨®sito de hojalata. Ya hay solarigraf¨ªas en cien pa¨ªses; las primeras gallegas saldr¨¢n del positivado de las latas escondidas durante el verano.
¡°No todo el mundo visita una sala para ver una colecci¨®n de fotograf¨ªas tiradas con latas de refresco¡±, recuerdan los fotoperiodistas Miguel Riopa y Jos¨¦ Luiz Oubi?a, organizadores del Proxecta desde el principio, hace cinco a?os. ¡°El d¨ªa que inauguramos el festival pasaban por all¨ª varias pescantinas en su furgoneta, camino de la lonja, y fueron parando el coche en cada uno de los paneles, antes de preguntarle al autor qu¨¦ era aquello¡±. De eso trata el Proxecta, de sacar la fotograf¨ªa a la calle e intentar que las im¨¢genes act¨²en, por s¨ª mismas, en los lugares de tr¨¢nsito.
La fiesta empez¨® el 19 de agosto, D¨ªa Mundial de la Fotograf¨ªa, con las proyecciones en el centro de Vilagarc¨ªa de los gallegos Carlos Folgoso, Jorge Lens, Manuel Valc¨¢rcel y Rebeca Saray; los portugueses Orlando y Luis Vasconcelos, adem¨¢s del caraque?o Jos¨¦ Luis Abalo ¡ªsu ¨²ltimo libro retrata a los profesionales de la lucha libre en Sudam¨¦rica¡ª, el madrile?o Alberto Lessman, Samuel Aranda ¡ªPremio World Press Photo 2012¡ª o el asturiano Ricardo Moreno, especialista en retrato cl¨¢sico y responsable del proyecto Huellas del amor infiel, una idea fotogr¨¢fica que se acerca a la intimidad real de las prostitutas. Entre los espacios fijos, adem¨¢s del puerto de Vilaxo¨¢n, en la sala municipal Rivas Briones exponen los colegas portugueses de Esta?ao Imagem Mora, compendio de los mejores trabajos del fotoperiodismo portugu¨¦s.
La presencia lusa ¡ªel d¨ªa de las proyecciones se pas¨® un resumen de Reuters-Portugal con las im¨¢genes tangibles de la nueva pobreza impulsada por el capitalismo financiero¡ª tiene pase de excepci¨®n en el Auditorio vilagarciano. All¨ª se re¨²ne el trabajo realizado en Afganist¨¢n por el lisboeta Jo?o Silva, de The New York Times. Algo in¨¦dito en territorio espa?ol hasta ahora, tras su paso por el Visa pour l? Image de Perpignan, Lisboa y Oporto. 47 fotograf¨ªas limpias, crudas e informativas del periodismo de conflicto, con todas sus preguntas m¨¢s o menos inc¨®lumes. El mismo Jo?o Silva del c¨¦lebre Bang Bang Club, como as¨ª decidieron llamarse a s¨ª mismos, durante el apartheid en Sud¨¢frica, ¨¦l, Greg Marinovich, Ken Oosterbroek y el fallecido ¡ªse mat¨® a los 33 a?os¡ª Kevin Carter, cuya famosa instant¨¢nea de la hambruna en Sud¨¢n, con un ni?o cabeceando y un buitre detr¨¢s, recuper¨® para la moralidad oficial el viejo debate sobre las fronteras del periodismo de intervenci¨®n. En el auditorio arousano se incluyen tambi¨¦n las fotos que sigui¨® tomando Silva tras pisar una mina antipersona en 2010, y que su peri¨®dico extrajo de la tarjeta de la c¨¢mara.
Riopa y Oubi?a hablan tambi¨¦n como fotorreporteros. De c¨®mo sobrevivieron algunos reporteros gr¨¢ficos a la digitalizaci¨®n, desde la muerte del carrete a finales de los noventa hasta el gratuito periodismo ciudadano que hoy promueven las empresas de comunicaci¨®n. ¡°Entre el ataque del periodismo ciudadano y las posibilidades t¨¦cnicas de cualquiera para ense?ar una foto en las redes sociales, parece que la instantaneidad es m¨¢s importante que la elaboraci¨®n... Es ah¨ª donde el fotoperiodista tiene que diferenciarse de los informadores anecd¨®ticos. Y eso se puede hacer con un simple iphone¡±. Lo resumi¨® Emilio Morenatti, uno de los fotorreporteros ilustres que acudieron a la llamada del Proxecta: ¡°No fotograf¨ªo en busca de un impacto, sino para contar algo¡±.
El pasado martes, en horario de exposici¨®n, no hab¨ªa nadie para abrir la puerta en uno de los espacios fijos del Proxecta. Menos anecd¨®tica es la rebaja a un tercio ¡ªhoy son 6.500 euros entre ayuntamiento, diputaci¨®n, Portos de Galicia y Gadis¡ª del presupuesto del festival desde 2010. Riopa y Oubi?a no quieren lamentarse: ¡°El apoyo m¨¢s importante que tenemos y lo que nos anima para repetir es el de los propios fot¨®grafos, colegas y aficionados. Tenemos visitas desde toda Galicia y desde Portugal, y eso es algo que algunas de las instituciones que nos apoyan no acaban de tener claro para impulsar lo que podr¨ªa ser un festival de referencia¡±.
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