Antonio Gades y su ¡®Carmen¡¯

La Compa?¨ªa Antonio Gades est¨¢ en los Teatros del Canal hasta el 22 de septiembre con Carmen (1984), primera colaboraci¨®n del genio de Elda con Carlos Saura y pieza clave de la danza teatral espa?ola. Si se quiere entender el ballet moderno espa?ol y al propio Gades, hay que ver esta pieza no una, sino varias veces. Los que supimos de su estreno y los m¨¢s j¨®venes tambi¨¦n encontrar¨¢n el referente, un trazo severo que no soporta la imitaci¨®n, y puede ser buen¨ªsima influencia. Merece?Carmen una visitaci¨®n; es siempre un placer acercarse a su lectura y a su est¨¦tica, a su estilo y a su ideario; aprendemos algo que no est¨¢ en ning¨²n libro.

Gades mismo, un obseso perfeccionista, cre¨ªa en las bondades y merecimientos del concepto de repertorio, como la ¨²nica baza a jugar para estabilizar el g¨¦nero. Luch¨® por ello toda su vida y especialmente cuando fund¨® y dirigi¨® el Ballet Nacional. Hoy, a casi 30 a?os de su estreno,?Carmen rezuma vigencia y calidades que la compa?¨ªa debe vigilar de sostener en la idoneidad que pide su autor¨ªa. Es un deber, una moral esencial que va pareja a la necesidad de la conservaci¨®n: ese sentido de repertorio activo y justificaci¨®n primera del conjunto.

Analizando?Carmen encontramos las claves formales del sistema Gades de concebir el producto esc¨¦nico, la necesidad de proyectar una dramaturgia cre¨ªble y s¨®lida que respalde la integraci¨®n de los elementos vern¨¢culos con nuevos aciertos modernos; no desecha la iron¨ªa y busca un equilibrio magistral entre leyenda y paso; entre argumento y tipo.

La compa?¨ªa se mantiene en su discreto nivel de siempre, y hay una cierta maduraci¨®n en el torero de Jairo Rodr¨ªguez, que lo interioriza con nervio y resulta el m¨¢s logrado. Cuidadoso y exacto, Dominique You mima las luces originales y crea el ambiente adecuado.