Gestos hacia una nueva Carmen
La Compa?¨ªa Antonio Gades convoca una audici¨®n para encontrar protag¨®nicos de su repertorio Lo lucir¨¢ en diciembre con una docena de funciones en el Palacio de Congresos de Par¨ªs
Antes, por tradici¨®n, los grandes n¨²meros que se fijaban con imperdibles a la ropa de los aspirantes en una audici¨®n de danza o ballet eran un rect¨¢ngulo de tela. Ahora son una fotocopia de papel reciclado: es el aire de los tiempos, el mismo que lleva a la vez esperanza y desaliento en un verdadero ej¨¦rcito de trabajadores de la danza, artistas bailarines que est¨¢n buscando trabajo desesperadamente. A las recientes audiciones del Ballet Nacional de Espa?a (BNE) se presentaron 214 artistas para puestos de cuerpo de baile, solistas y primeros bailarines; a la de la Compa?¨ªa Nacional de Danza (CND), m¨¢s de 350 para nueve plazas.
Proporcionalmente, esta audici¨®n de la Compa?¨ªa Antonio Gades para buscar una nueva Carmen, una nueva Laurencia y una nueva Novia de Bodas de sangre est¨¢ en las mismas proporciones num¨¦ricas. Las dos artistas que en esta compa?¨ªa privada hac¨ªan estos complejos roles protag¨®nicos precisamente han entrado en las filas del BNE.
Se presentaron 51 aspirantes y, tras la primera ronda, quedaron 12 para la segunda. La larga y agotadora jornada de m¨¢s de cinco horas acab¨® pasadas las tres de la tarde. Entonces se les comunic¨® a las c¨¢rmenes potenciales que en breve se pondr¨ªan en contacto con ellas para hablar del veredicto. El trabajo se estratific¨® en grupos de ocho bailarinas.
El jurado estaba compuesto por la actriz y presidenta de la Fundaci¨®n Gades, Mar¨ªa Esteve, hija del gran artista de Elda; su viuda, Eugenia Eiriz; la bailarina Stella Arauzo, el director t¨¦cnico y dise?ador de luces Dominique You, y los artistas de danza espa?ola Enrique Pantoja y Antonio Solera. La mayor¨ªa de ellos trabaj¨® durante a?os junto a Antonio Gades y conoc¨ªan perfectamente su sistema de trabajo, sus exigencias y sus gustos esc¨¦nicos. En cierto sentido, eso privilegiaba a la mesa, donde esas visiones particulares, cada una en su medida, pod¨ªan contener algo de la del autor desaparecido.
Tras el masivo calentamiento de rigor de las aspirantes, fueron hilvanados una serie de frases y ejercicios tipo relacionados con las coreograf¨ªas can¨®nicas de Gades. La mayor¨ªa de las muchachas, entre las que se intu¨ªa enseguida ganas, presencia, apostura y calidad de baile, se presentaron aderezadas con el cl¨¢sico mo?o bajo, maillots rojos o negros, y faldas de trabajo a juego; tambi¨¦n hab¨ªa alguna prenda gris y una llamativa falda de topos ¨®pticos blanquinegros. Tambi¨¦n hab¨ªa muchos nervios y un tono de camarader¨ªa muy presente.
Ya es poco usual en danza una audici¨®n para un protag¨®nico, algo que s¨ª es pan de cada d¨ªa en el teatro musical o el cine. El ballet, por su parte, necesita de otro poso, otro ritmo de adquisici¨®n del donaire y la fuerza del car¨¢cter que se busca, am¨¦n de la t¨¦cnica y una mec¨¢nica selectiva m¨¢s particular.
En declaraciones de Mar¨ªa Esteve, la audici¨®n se aprovechaba para encontrar una nueva Carmen, pero tambi¨¦n esa Laurencia de Fuenteovejuna o la seductora Novia de Bodas de sangre. La compa?¨ªa necesita prepararlas, pues se presentar¨¢ en diciembre en el gigantesco Palacio de Congresos de Par¨ªs con 12 funciones, emulando los legendarios ¨¦xitos del pasado all¨ª mismo.
En la segunda parte de la audici¨®n, el grupo seleccionado de 12 pas¨® a ejecutar lo marcado por las profesoras, un paso a dos con el protagonista masculino. La mesa parec¨ªa dudar, y eso dio paso a una segunda etapa m¨¢s individualizada, donde se pretend¨ªa ir m¨¢s all¨¢ de los pasos de baile mismos, a la interiorizaci¨®n y la respuesta actoral, eso que completa el espectro de una bailarina. Tambi¨¦n hicieron un muy significativo d¨²o de Bodas de sangre sobre la m¨²sica de Emilio de Diego. Aplausos de cortes¨ªa y a esperar. Hasta hoy, el tribunal sigue dilucidando.
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