Novela, almuerzo y copas
La cadena de librer¨ªas La Central inaugura sede el mi¨¦rcoles en Callao: 1.200 metros en una casa del XIX
Septiembre de 2012. La crisis azota sin compasi¨®n a los peque?os, medianos y grandes comercios de la capital. Una oleada de cierres ha tumbado decenas de librer¨ªas durante el ¨²ltimo a?o. La facturaci¨®n de libros ha ca¨ªdo un 4,8%. El sector editorial atraviesa un bache y, pese a ello, la cadena independiente barcelonesa La Central est¨¢ a punto de hacerse un hueco en pleno centro de Madrid. Su llegada no es cautelosa. El espacio escogido, junto a la plaza de Callao, es un edificio de 1.200 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas y un s¨®tano, levantado a finales del siglo XIX. Cercada por La Casa del Libro, la Fnac y El Corte Ingl¨¦s, en las manzanas colindantes, su fuerte no ser¨¢n los soportes digitales ni tampoco los best sellers. ¡°?Si venderemos soportes para libros electr¨®nicos? No somos una tienda de electrodom¨¦sticos¡±, zanja Mart¨ªn L¨®pez, director de contenidos de la nueva superficie, que abrir¨¢ sus puertas el d¨ªa 12 en la calle Postigo de San Mart¨ªn, con Mario Vargas Llosa y Alessandro Baricco como padrinos literarios.
Faltan unos pocos d¨ªas para la inauguraci¨®n, y los estantes todav¨ªa lucen vac¨ªos. Est¨¢n por llegar los cerca de 80.000 vol¨²menes correspondientes a unos 56.000 t¨ªtulos multiling¨¹es. Ese es su fuerte: el 35% de los fondos proviene de editoriales francesas, inglesas, alemanas, italianas, portuguesas, estadounidenses e hispanoamericanas. La Central nac¨ªa en 1995 en Barcelona cuando los libreros Antonio Ram¨ªrez, Marta Ramoneda y Mar¨ªa Isabel Guirao se juntaron en busca de libros raros, dif¨ªciles de encontrar, y de publicaciones extranjeras. Su idea era escoger desde una perspectiva cultural, dejando de lado lo m¨¢s vendido. Un a?o despu¨¦s, abr¨ªan su primera tienda en la c¨¦ntrica calle Mallorca. Durante m¨¢s de 15 a?os, sus selecciones calaron, y se sucedieron otras seis aperturas, cuatro en Barcelona y dos en Madrid. A la gesti¨®n de las librer¨ªas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa, desde 2005, y de la Fundaci¨®n Mapfre, en 2008, se sumar¨¢ la de Callao el pr¨®ximo mi¨¦rcoles.
¡°?Qu¨¦ nos diferencia de la Fnac? Nos da igual lo que nos diga el comercial. Nuestras recomendaciones nunca coinciden¡±, matiza L¨®pez. Entre sus imprescindibles, El hombre sin atributos, del escritor austriaco Robert Musil. ¡°Es uno de los libros esenciales de la literatura centroeuropea, y ese es nuestro cometido, ofrecer al lector una visi¨®n de las principales publicaciones europeas¡±. Mientras localizar un ken follet puede requerir de una visita a los almacenes, las mesas de La Central contienen las primeras novelas del italiano Alessandro Lavagnino sin traducir al espa?ol. Tras la acogida de Un granizado de caf¨¦ con nata, se presentan sus obras completas. ¡°Esa es nuestra filosof¨ªa; no queremos que los autores queden relegados a un solo t¨ªtulo¡±, apunta el director de contenidos.
Adem¨¢s de disponer de las ¨²ltimas novelas de escritores norteamericanos como Paul Auster en versi¨®n original, ya que la traducci¨®n al castellano se demora unos meses, se pueden ojear todas sus obras precedentes. Hay ediciones de bolsillo y otras como las de la Library of America, con t¨ªtulos de Arthur Miller o John Dos Passos, ¡°cl¨¢sicos que todo americano deber¨ªa tener¡±, comenta L¨®pez. Otra de sus rutinas es el seguimiento diario de las novedades que surgen en otros pa¨ªses europeos, ensayos o novelas que pueden resultar interesantes para el lector espa?ol. ¡°Somos una de las librer¨ªas que m¨¢s literatura portuguesa oferta¡±, explica.
Un paseo por la librer¨ªa permite descubrir en la segunda planta una antigua capilla que el propietario del inmueble hizo construir para su uso privado. Todav¨ªa decorada con los frescos originales de alegor¨ªas religiosas, se destinar¨¢ a la exposici¨®n de libros de literatura infantil. En la tercera planta, una sala acristalada con vistas a la c¨²pula de la capilla est¨¢ reservada para talleres de escritura creativa, de lectura de poes¨ªa inglesa y clubs de novela francesa. ¡°La intenci¨®n del arquitecto restaurador, Miguel Sal, es respetar los espacios y permitir al usuario contemplar un palacete del siglo XIX en pleno centro de Madrid¡±, explica L¨®pez. En la cripta, cuyas paredes de ladrillo se han conservado, se instalar¨¢ una barra y un escenario para m¨²sica en vivo. Un bar de copas que permanecer¨¢ abierto hasta las dos de la madrugada de jueves a domingo. Ser¨¢ el gran complejo de cultura y ocio que La Central pone en marcha desde su uni¨®n con el conglomerado editorial italiano Feltrinelli, que posee 104 librer¨ªas.
A las secciones de Filosof¨ªa, Historia, Ciencias Sociales, Antropolog¨ªa, Estudios Cl¨¢sicos, Arte y Narrativa se sumar¨¢ un restaurante que, ubicado en la planta cero, recibir¨¢ a los potenciales clientes con un gran cipr¨¦s. ¡°Era el s¨ªmbolo de bienvenida para los romanos¡±, aclara el responsable. Un men¨² elaborado con productos aut¨®ctonos y ecol¨®gicos ser¨¢ la f¨®rmula escogida. ¡°En Espa?a lo org¨¢nico suele presentarse de forma sosa y aburrida. Nuestra idea es poner sobre la mesa platos incre¨ªbles al modo de Londres o Nueva York¡±, cuenta Chlo¨¦ Sepulchre, encargada del restaurante. Una quiche de temporada o una pizza de higos con queso de cabra acompa?adas de un buen tempranillo ser¨¢n las apuestas, por un precio medio de entre 7 y 15 euros.
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