Olvido, olvida
¡°Las grandes exclusivas de hoy envolver¨¢n el pescado de ma?ana¡±. Esta frase es de Walter Lippmann, un intelectual estadounidense que gan¨® dos Pulitzer. Por lo visto, la repet¨ªa mucho para curar de arrogancia a sus compa?eros periodistas. Qu¨¦ gran frase. Aunque ya nadie envuelve el pescado con papel de peri¨®dico, curiosamente es en estos tiempos, m¨¢s de medio siglo despu¨¦s, cuando la frase ha cobrado sentido pleno.
Me daba pena escuchar a Olvido Hormigos el otro d¨ªa, explic¨¢ndose en la radio con un hilillo de voz. Tiene bemoles el asunto. Una concejala graba un video er¨®tico sola en su casa para consumo ¨ªntimo, alguien le traiciona, lo distribuye y lo cuelga en Internet y de repente el pa¨ªs enloquece. Oh, cielos, una concejala que se masturba. La ¨²nica concejala del mundo que se masturba, supongo, porque es recibida con gritos de ¡°zorra¡± y ¡°guarra¡± a las puertas del pleno municipal, en medio de una marea ins¨®lita de gente y c¨¢maras. Las redes sociales echan humo y, por supuesto, los foros m¨¢s conservadores se ceban con ella. Una vez m¨¢s, este pa¨ªs en el que nos ha tocado vivir hace gala de una hipocres¨ªa de campeonato. Mientras, Olvido Hormigos est¨¢ a punto de dimitir pero, afortunadamente, recula. Su partido la apoya y un amplio sector de la poblaci¨®n, tambi¨¦n.
Si yo hubiera tenido oportunidad de hablar con ella, le hubiera dicho: ¡°Olvido, hija, olvida. No sufras. Las grandes exclusivas de hoy envolver¨¢n el pescado de ma?ana. La semana que viene ya nadie hablar¨¢ de esto y t¨² conservar¨¢s tu trabajo¡±. Pobre Olvido. A¨²n no se ha enterado de c¨®mo funciona su profesi¨®n y ha preferido enfrentarse al esc¨¢ndalo. Hace ya tiempo que la frase que Lippmann acotaba al terreno period¨ªstico es tambi¨¦n una m¨¢xima bien explotada en el ¨¢mbito pol¨ªtico. Dimitir es de idiotas. Lo que hay que hacer es esperar a que pase el temporal, porque el tiempo es el mejor aliado de un pol¨ªtico listo. La gente se olvida enseguida de todo. S¨®lo hay que silbar mirando para otro lado o sonre¨ªr ense?ando bien todos los dientes, al estilo Camps. Si un esc¨¢ndalo -uno de verdad, no uno er¨®tico- salpica a tu partido, esc¨®ndete en una madriguera a esperar que se olvide y no des explicaciones. La gente no merece explicaciones porque es est¨²pida, y los est¨²pidos no merecen que se les explique lo que no van a entender. Tan est¨²pidos son que puedes incluso insultarles, gritarles "que se jodan" delante de un mont¨®n de c¨¢maras, porque ellos lo olvidar¨¢n enseguida y tu conservar¨¢s tu trabajo. Puedes robarles su dinero, millones de euros, y esconderlos en el extrajero. Tampoco pasar¨¢ nada si est¨¢s imputado por tr¨¢fico de influencias, cochecho y delito fiscal, porque podr¨¢s seguir siendo presidente de una comunidad aut¨®noma. S¨®lo es cuesti¨®n de esperar. Esperar a que olviden. Esperar al pescado de ma?ana y sonre¨ªr.
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