Mas lanza el ¨®rdago del Estado catal¨¢n

El Gobierno catal¨¢n inaugur¨® este mi¨¦rcoles una nueva etapa y asumi¨® la reivindicaci¨®n independentista de la multitudinaria manifestaci¨®n del martes, con motivo de la celebraci¨®n de la Diada.? El presidente de la Generalitat, Artur Mas,lanz¨® un mensaje institucional inequ¨ªvoco: ha llegado el momento de dotar a Catalu?a de ¡°estructuras de Estado¡±. Mas consider¨® truncada la esperanza de que Espa?a sea un Estado m¨¢s ¡°amable y respetuoso¡± con las aspiraciones del nacionalismo catal¨¢n. ¡°El camino no da m¨¢s de s¨ª. Espa?a ya hizo su transici¨®n y ahora nos toca a a nosotros¡±, proclam¨® Mas relegando expresamente el pacto fiscal. ¡°Nada ser¨¢ f¨¢cil, pero todo es posible si hay voluntad, grandes mayor¨ªas y capacidad de resistir¡±, recalc¨®.

En una solemne declaraci¨®n en la galer¨ªa g¨®tica del Palau de la Generalitat, Mas intent¨® restar ¡°dramatismo¡± al ¨®rdago que le estaba lanzando al Gobierno de Rajoy, alegando que es un proceso ¡°normal¡± de una naci¨®n que tiene anhelo de libertad y que quiere progresar con un Estado propio. Pero la realidad es que hace un mes ni habr¨ªa imaginado tener que pronunciar un discurso de ese calado. En la misma galer¨ªa, el 9 de agosto, antes de empezar las vacaciones, Mas solo anim¨® a reivindicar en esta Diada el pacto fiscal, aprobado en julio en el Parlament con los votos de Converg¨¨ncia i Uni¨®, Esquerra e Iniciativa. Pero la abrumadora respuesta de la ciudadan¨ªa ¡ªestimulada desde su propio Ejecutivo¡ª le ha desbordado por completo. Mas omiti¨® en su declaraci¨®n institucional el pacto fiscal que abordar¨¢ con el presidente Mariano Rajoy dentro de una semana en La Moncloa.

En la v¨ªspera de la Diada, Mas centr¨® su discurso en la conquista de la hacienda propia, si bien ya avis¨® que la ¡°plenitud nacional¡± estaba m¨¢s cerca que nunca. Luego, horas antes de la manifestaci¨®n, lanz¨® en ingl¨¦s el ultim¨¢tum de que sin la financiaci¨®n se abr¨ªa la puerta a la independencia, y este mi¨¦rcoles subi¨® un nuevo pelda?o soberanista en favor del Estado propio. El? secretario general del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, le invit¨® a despejar el dilema: si quiere el di¨¢logo para quedarse o para pedir el divorcio. Fue un mensaje parecido al que le envi¨® la presidenta del Partido Popular en Catalu?a, Alicia S¨¢nchez-Camacho, eclipsada en este nuevo escenario, que avis¨® a Mas de que ¡°se ha acabado jugar a dos bandas¡±. Siempre en el terreno de la ambig¨¹edad, Mas no lo vio incompatible: sostuvo que el pacto fiscal, que calific¨® de urgente, solo es una etapa y recalc¨® que la ¨²nica duda es que si no lo consigue puede ¡°acelerar el proceso¡± [de la independencia]. Eso s¨ª: tampoco aclar¨® si incluir¨ªa ese horizonte en su programa electoral al alegar que ¨¦l siempre habla de transici¨®n nacional.

El momento es tan extraordinariamente complejo que el propio presidente catal¨¢n reconoci¨® que hay muchas preguntas que en este momento no tienen respuesta, aunque desliz¨® que ni Espa?a ni la Uni¨®n Europea lo pondr¨¢n f¨¢cil. La posible hoja de ruta es impredecible porque el Gobierno catal¨¢n no est¨¢ para ninguna alegr¨ªa: su tesorer¨ªa est¨¢ asfixiada y pendiente de que el Ministerio de Hacienda le transfiera 5.023 millones de euros para hacer frente a sus obligaciones financieras. Con 62 diputados de 135 (la mayor¨ªa son 68), el Ejecutivo catal¨¢n vislumbra problemas para aprobar sus presupuestos.

Hasta ahora, el PP catal¨¢n ha sido el garante de Mas al permitirle aprobar dos a?os las cuentas. Pero ahora mismo, a no ser que Rajoy ordene lo contrario, se inclina por retirarle el apoyo. Y en el lado opuesto, Esquerra, que se ha postulado como socio, avisa de que o se convoca ya el refer¨¦ndum o no votar¨¢ a favor. En esta tesitura, otra hip¨®tesis es que el Gobierno prorrogue los presupuestos y convoque, de forma anticipada, las elecciones para capitalizar el ¨¦xito de la movilizaci¨®n del 11 de septiembre. ¡°Todo el mundo tiene en la cabeza que puede haber un adelanto electoral¡±, confes¨® Mas. El escenario no se empezar¨¢ a despejar hasta la entrevista del pr¨®ximo d¨ªa 20 en La Moncloa, aunque el presidente catal¨¢n subray¨® que la manifestaci¨®n no cambia mucho el guion: ¡°Le dir¨¦ [a Rajoy] que no me escuche solo a m¨ª, a CiU o a los partidos. Que escuche a la gente y hasta ahora lo ha hecho poco sin enfadarse a las primeras de cambio¡±. ¡°Y que busque soluciones, si es que las tiene¡±. Tras esa cita, el Parlament celebrar¨¢ el debate de pol¨ªtica general que dibujar¨¢ el paisaje.

La marcha independentista ha superado al Gobierno, pero tambi¨¦n a los partidos. El conflicto est¨¢ servido dentro de la federaci¨®n de Converg¨¨ncia y Uni¨®. Los democristianos nunca han sido secesionistas y se han visto superados por los planes de sus socios. El dilema que plante¨® Rubalcaba lo podr¨ªa suscribir el propio Josep Antoni Duran Lleida. Cuando el l¨ªder de Uni¨® argument¨® que no quer¨ªa manifestarse ¡ªal final lo hizo¡ª, tach¨® de ¡°antag¨®nico¡± exigir a la par el pacto fiscal y la independencia. ¡°Es una estrategia err¨®nea: una cosa es para quedarse en Espa?a y otra para irse¡±. No tiene una situaci¨®n mejor el PSC, que ha ido dando tumbos para tachar primero la manifestaci¨®n de ¡°excluyente¡± y reconocer luego la explosi¨®n soberanista. O la situaci¨®n de Esquerra: ha reivindicado toda su historia la secesi¨®n y no ha tenido protagonismo en el proceso. La manifestaci¨®n, a juicio de Mas, destil¨® un mensaje cargado de ¡°ilusi¨®n y civismo¡±: ¡°No era gente enfadada, hostil o maleducada. No iban en contra de nadie¡±.