La avanzadilla ferrolana de Gordillo

Llevarse de un supermercado unos cuantos kilos de lentejas, pasta y arroz valorados en 25,37 euros para donarlos a la Cocina Econ¨®mica de Ferrol les ha sentado en el banquillo de los acusados. Seis desempleados de la comarca ferrolana se enfrentan este viernes a un juicio de faltas por hurto que deriva de una acci¨®n simb¨®lica orquestada en junio por la CIG y con la que pretend¨ªan llamar la atenci¨®n sobre la precariedad a la que se enfrentan a diario miles de personas sin trabajo en la comunidad, que en agosto sumaba 257.267 parados.

Antes de que el alcalde de Marinaleda y l¨ªder sindical andaluz, Juan Manuel S¨¢nchez Gordillo (IU), protagonizara el asalto a un Mercadona de ?cija (Sevilla) para surtir de alimentos a un comedor social sin pasar por caja, seis parados ferrolanos ¡ªcinco hombres y una mujer¡ª ya hab¨ªan hecho lo propio en un establecimiento de la cadena DIA de Ferrol.

Son Carlos, Marola, Ant¨®n, Miguel Anxo, Heri e Xos¨¦. El m¨¢s joven tiene 28 a?os y el m¨¢s veterano ha cumplido los 55 a?os. Engordan las listas del Inem desde hace m¨¢s o menos tiempo (de seis meses a tres a?os) y proceden de sectores tan dispares como construcci¨®n, sanidad, metal o educaci¨®n. Cada uno arrastra sus circunstancias personales y sus cargas familiares, pero todos estuvieron de acuerdo en tomar parte en una acci¨®n que consideran ¡°solidaria¡± y que buscaba agitar las conciencias.

Los seis entraron en Maxi DIA de la plaza de Espa?a, junto a la delegaci¨®n local de la Xunta, el pasado 6 de junio con la intenci¨®n de llevarse una peque?a cantidad de art¨ªculos no perecederos que planeaban donar al comedor ben¨¦fico de la ciudad. La acci¨®n era parte de una serie de actos dise?ados por la Asamblea de Desempregad@s de Ferrol, que la CIG coordina desde la pasada primavera con asambleas abiertas en calles y barrios y otras movilizaciones que les han llevado, por ejemplo, a ocupar una de las oficinas del Inem en la ciudad para centrar el foco social en la problem¨¢tica de un colectivo cada vez m¨¢s numeroso y desprotegido ¡°que se va aproximando a la exclusi¨®n social¡±, explica Xes¨²s Pintos, uno de los dos secretarios comarcales del sindicato en la ciudad.

Cuando idearon su asalto al Maxi DIA, estaban en cuesti¨®n los 426 euros del subsidio familiar que el Gobierno acab¨® por prorrogar, contextualiza V¨ªctor Mart¨ªnez, coordinador de la Asamblea.

Carlos G., uno de los seis imputados, explica que entraron en el s¨²per a mediod¨ªa mientras otros 30 compa?eros del sindicato les esperaban fuera tras una pancarta repartiendo panfletos entre los vecinos. Cogieron de los estantes varios paquetes ¡°de art¨ªculos de primera necesidad¡± (legumbres, pasta, galletas o az¨²car) y se colocaron en la l¨ªnea de cajas donde explicaron a la cajera en qu¨¦ consist¨ªa su protesta. Sin dinero en efectivo, le entregaron como pago una cartilla del paro ficticia. Aunque simb¨®lica, la acci¨®n no gust¨® nada a la gerencia del supermercado que avis¨® a la polic¨ªa nacional. En cuesti¨®n de minutos, precisa Carlos, se presentaron dos patrullas para identificarlos mientras la encargada del DIA formalizaba la denuncia en comisar¨ªa.

A pesar de que la cuant¨ªa del hurto fue m¨ªnima (apenas toca a 4,20 euros entre los seis acusados) la denuncia del supermercado fue admitida a tr¨¢mite, se lamenta la CIG, y el juicio se fij¨® para las 12.30 de hoy en la sala de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Ferrol. ¡°Esto no es robar. Robar es lo que hacen los bancos¡±, replica Pintos, muy dispuesto a seguir realizando acciones que visibilicen la pobreza. ¡°Es una cr¨ªtica a las grandes ¨¢reas comerciales, que prefieren tirar a la basura los productos antes que donarlas a quien los necesita¡±, concluye. ¡°Los seis tuvieron un gesto decente y solidario. Lo inmoral es que los procesen¡±, defiende la CIG.

El sindicato se concentrar¨¢ desde las 11.30 en la puerta del juzgado para solidarizarse con los seis desempleados que ser¨¢n procesados por un hurto que no llega a 30 euros. Algunos de los alimentos terminaron por llegar a los fogones de la Cocina Econ¨®mica, que comunic¨® a la polic¨ªa que ya no pod¨ªan devolver unos productos que ya se hab¨ªan empleado en los men¨²s.