El espejo

Los expertos atribuyen al aborrecimiento de la pol¨ªtica y de los partidos el ascenso de pol¨ªticos ocasionales como Rafael G¨®mez, joyero y constructor, jefe de Uni¨®n Cordobesa (Ucor), segundo partido en el Ayuntamiento de C¨®rdoba despu¨¦s de las elecciones de marzo de 2011, con cinco concejales, por encima de los cuatro de IU y los cuatro del PSOE, y por debajo de los 16 del absolutamente mayoritario PP. ¡°No soy pol¨ªtico, no me interesa la pol¨ªtica¡±, dice Rafael G¨®mez, pero yo lo veo como una encarnaci¨®n exagerada de los principales t¨®picos pol¨ªticos de los ¨²ltimos tiempos, repetidos fervorosamente en Andaluc¨ªa por los pol¨ªticos profesionales durante los a?os de esplendor.

Manda Rafael G¨®mez de manera espectacular, como si obedeciera a nuestros l¨ªderes y sus inagotables elogios del liderazgo, combinando paternalismo y exhibici¨®n de dinero, dos armas gemelas, la autoridad agresiva y el popularismo caritativo. Vio en el sector inmobiliario el eje de la econom¨ªa del pa¨ªs, y sab¨ªa que la construcci¨®n es una rama del negocio bancario. Consider¨® esencial el control del sistema financiero. No estoy hablando de ning¨²n pol¨ªtico de la Junta en la ¨²ltima d¨¦cada, sino de Rafael G¨®mez. Tuvo como socio a una caja de ahorros, Cajasur, cuando la dominaba el cabildo de la catedral de C¨®rdoba.

Entendi¨® la Administraci¨®n p¨²blica como una extensi¨®n del sector inmobiliario. Fue amigo de la antigua alcaldesa de C¨®rdoba, Rosa Aguilar (IU), y hoy, desde la leal oposici¨®n, es seguidor devoto del PP. Seg¨²n el fiscal del caso Malaya, trat¨® con la Gerencia de Urbanismo de Marbella en tiempos de Roca para legalizar unas obras sin licencia en el paseo mar¨ªtimo marbell¨ª. Cajasur acab¨® poni¨¦ndole una querella por el dinero perdido en supuestas gestiones para que el Ayuntamiento de Manilva aumentara la edificabilidad de unos solares, de 4.200 a 39.000 metros. Se habla de cantidades de 600.000 a un mill¨®n de euros. Son cuestiones de pol¨ªtica municipal.

Pero, si alguna vez Rafael G¨®mez esquiv¨® las normas, fue para servir al pueblo. Siguiendo los designios de la econom¨ªa contempor¨¢nea, contribuy¨® a transformar la econom¨ªa en f¨¢brica de casas y suelo urbanizable, y, sin licencia municipal, donde hubo una cooperativa lechera levant¨® tres naves industriales de 40.000 metros cuadrados con la idea de abrir un superhipermercado de productos de China. La historia del fundador de Uni¨®n Cordobesa es un resumen de la historia econ¨®mico-pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os. Su programa pol¨ªtico parece basado en la loa a los emprendedores de nuestros gobernantes: G¨®mez entiende la pol¨ªtica como una empresa, exactamente como una empresa inmobiliaria, y en su campa?a electoral promet¨ªa construir casas baratas, dar trabajo en la construcci¨®n, y sueldos con los que comprar esas casas baratas.

El cabeza de Ucor podr¨ªa pasar por el prototipo del perfecto pol¨ªtico andaluz del a?o 2000 y de su patriotismo deportivo y ferial, amigo de la Semana Santa y del folclore. Fue due?o de un equipo de f¨²tbol y de un parque de atracciones. En busca de un palacio a la altura de su grandeza, he o¨ªdo que vive en una r¨¦plica de la Casa Blanca de Washington. Yo no la he visto. He o¨ªdo que regala a las plazas de los pueblos estatuas de San Rafael con su cara, como otros tienen un canal televisivo y una radio para la glorificaci¨®n de la propia cara y la propia voz.

Su Uni¨®n Cordobesa se ha quebrado por un incidente que parece una deformaci¨®n par¨®dica de la oscura financiaci¨®n y contabilidad de los partidos: la evaporaci¨®n de 100.000 euros recibidos del Ayuntamiento y la Diputaci¨®n para los gastos de funcionamiento del grupo. Y, como imitando y celebrando el tradicional esp¨ªritu de clan partidista, los miembros de Ucor firmaron una cl¨¢usula delirante de fidelidad al jefe: 100 millones de euros se compromet¨ªan a pagar en caso de traici¨®n.