Del desahucio al derecho de realojo

El derecho a una ¡°vivienda digna y adecuada¡± que consagra la Constituci¨®n en su art¨ªculo 47 se ha quedado en un mero pronunciamiento sin mayor desarrollo. Frente a la universalidad de la sanidad, la educaci¨®n, la justicia o el derecho a una renta b¨¢sica, entre otras prestaciones sociales consolidadas, aunque afectadas por la crisis, no existe una regulaci¨®n de la vivienda habitual que defienda a sus propietarios frente a momentos cr¨ªticas como impagos hipotecarios, o situaciones sociales extremas. Euskadi suma ya entre uno y dos desahucios de viviendas habituales de los casi ocho diarios que sufren sus ciudadanos.

Partidos, sindicatos, asociaciones y los Colegios de Abogados, adem¨¢s del Gobierno vasco, est¨¢n tomando posici¨®n en torno a este drama y poniendo en marcha mecanismos para paliarlo. Para el magistrado de la Audiencia de Vitoria Edmundo Rodr¨ªguez Ach¨²tegui hay que avanzar desde la actual situaci¨®n hasta una legislaci¨®n que proteja a los ciudadanos ante el desahucio de su vivienda habitual.

Carmena: ¡°Los bancos no pueden ser espectadores de desgarro social¡±

Rodr¨ªguez Ach¨²tegui plante¨® la pasada semana obligar por ley a los bancos a conceder moratorias a los parados que no puedan hacer frente a las cuotas de su hipoteca mientras dure su situaci¨®n de desempleo. Pr¨¢cticamente ha logrado la adhesi¨®n de todos los agentes pol¨ªticos y sociales, aunque con matices, en plena precampa?a para las auton¨®micas del 21 de octubre.

Incluso el propio Rodr¨ªguez Ach¨²tegui considera su propuesta, revolucionaria en el contexto de la actual ley Hipotecaria, como un tr¨¢nsito hacia la estaci¨®n final que cambiar¨ªa radicalmente la forma de tratar el problema: regular el realojo como un derecho.

Especialistas en Derecho ven bases para modificar la actual legislaci¨®n

La exvocal de Consejo General del Poder Judicial Manuela Carmena lo explica en su blog Reinventemos la Justicia. Proponer una regulaci¨®n espec¨ªfica de la vivienda habitual que convierta en especial el procedimiento de desahucio para esos pisos y quede limitado a que haya alternativas de realojo para la persona o familia desahuciada. Carmena propone implicar a las entidades financieras en la reforma. ¡°Su responsabilidad en esta crisis es demasiado importante para que puedan ser espectadores pasivos del desgarro social que produce la perdida de las viviendas habituales¡±, indica.

El argumento es utilizado tambi¨¦n por Rodr¨ªguez Ach¨²tegui: ¡°Los ciudadanos han rescatado a Bankia y al sistema financiero, luego pueden pedir al Gobierno que regule el rescate de los bancos a los ciudadanos m¨¢s necesitados¡±.

Tengo deudas para ocho a?os tras entregar el piso¡±, narra una afectada

No es un fen¨®meno nuevo, pero en cuatro a?os el drama que representan los desahucios de la vivienda habitual se ha encaramado a los primeros puestos de la lista de los problemas que est¨¢ generando la crisis. En 2012, adem¨¢s, est¨¢ cambiando el perfil del afectado. De los inmigrantes y mujeres separadas que lo sufrieron en 2008-2009, se ha pasado a los desempleados hasta 2011 y ¨²ltimamente les est¨¢ tocando el turno a los peque?os empresarios y aut¨®nomos que tuvieron que ofrecer garant¨ªas personales para acceder al cr¨¦dito, y ya no disponen de reservas ni de otras propiedades para cumplir sus obligaciones bancarias.

¡°A medida que ha avanzado la crisis est¨¢ cambiando el tipo de personas que se quedan sin su vivienda habitual¡±, asegura la portavoz de Stop Desahucios, Marta Uriarte. ¡°Ahora el nivel econ¨®mico es m¨¢s alto y, tal y como va la crisis, cada vez resultan afectadas personas que nunca hubieran cre¨ªdo que les iba a llegar¡±, avisa.

La actualizaci¨®n legal siempre va por detr¨¢s de las demandas sociales, y m¨¢s todav¨ªa cuando la legislaci¨®n hipotecaria favorece de forma clara a las entidades financieras. Adem¨¢s de regular los plazos y condiciones para expulsar de su vivienda a quien no hace frente a los pagos mensuales, sin entrar a valorar si es su vivienda habitual y si no tiene a donde ir, fija el importe de la tasaci¨®n con la que se compr¨® el piso como la deuda correspondiente ¡ªm¨¢s los intereses¡ª a la que el propietario tendr¨¢ que hacer frente al ser desahuciado, sin considerar la depreciaci¨®n del inmueble, o que la entidad se lo vaya a quedar por el 60% del valor de la misma tasaci¨®n.

?¡°Existen fundamentos normativos para incorporar a toda la legislaci¨®n del suelo e hipotecaria la protecci¨®n de la vivienda habitual, y de sus propietarios m¨¢s desfavorecidos como parados o deudores honestos, como para avanzar en el realojo como derecho¡±, sostiene la profesora de Derecho Mercantil de la UPV Elena Lei?ena.

Todos ellos y numerosas asociaciones y sindicatos basan sus aportaciones en que no es justo que paguen esta crisis los m¨¢s desfavorecidos, entre otras razones porque existe un principio de corresponsabilidad que afecta de lleno a las entidades financieras. Con algunas pr¨¢cticas que han aplicado a lo largo de los a?os, como las pol¨¦micas cl¨¢usulas suelo, o el abuso de la concesi¨®n del cr¨¦dito sin mirar la afecci¨®n que provocaba en la renta disponible, ¡°o algunos intereses de demora que rozan la usura¡± explica Lei?ena, ¡°las entidades tienen responsabilidad en la situaci¨®n creada en algunos casos de sobreendeudamiento¡±.

El impulso judicial y de los Colegios de Abogados para lograr una nueva regulaci¨®n legislativa que proteja todos estos casos ¡°quiz¨¢s est¨¦ m¨¢s cerca que nunca, pero sigue igual de lejos para nosotros¡± asegura Amaia G., desahuciada en una localidad vizca¨ªna.

Perdi¨® el piso porque su excompa?ero no hac¨ªa frente al pago de la mitad de la hipoteca. ¡°Tengo deudas pendientes para ocho a?os m¨¢s despu¨¦s de haber entregado el piso¡± a una entidad de ahorro, narra. ¡°Las entidades financieras act¨²an de acuerdo con la ley, no hay ning¨²n il¨ªcito, pero en estos casos el concepto de la justicia est¨¢ a a?os luz de la legalidad¡±, concluye Rodr¨ªguez Achutegui.