Palma, calle okupada
La Semana de la Movilidad despeja de coches el tramo pr¨®ximo a Fuencarral
Partida de pimp¨®n en medio de la calle de la Palma. Suena extravagante, pero todo viandante que se acerque al cruce de la v¨ªa madrile?a con Fuencarral se encontrar¨¢ con una mesa y dos raquetas disponibles para pasar el rato. ?Por qu¨¦ se puede aparcar un coche en la calle y no jugar al pimp¨®n o hacer un pic-nic o sentarse? Con esta pregunta quedaba inaugurada la Semana Europea de la Movilidad (del 16 al 22 de septiembre) en la capital. Para celebrarlo ha elegido como emblema Palma, avenida m¨ªtica de la movida, eje cultural entre Conde Duque y el Museo Municipal, sede del moderneo actual y una de las calles con m¨¢s diversidad de usos de la ciudad con tiendas, galer¨ªas de arte, patrimonio o cafeter¨ªas.
El experimento ha llenado el espacio de gente charlando y ni?os jugando
En la avenida, normalmente, transitada por coches, se han eliminado 11 plazas de aparcamiento y en su lugar se han instalado alfombras verdes y jardineras que la han cambiado radicalmente; en lugar de tr¨¢nsito rodado, se ha llenado de gente sentada en bancos, grupos charlando de pie y ni?os jugando. Los conductores dudaban si pod¨ªan cruzarla o no. "Podr¨ªa ser as¨ª siempre", proclamaban algunos vecinos. Pero no solo se cede espacio para la habitabilidad. Durante toda la semana, comerciantes y asociaciones culturales han okupado los adoquines con sof¨¢s, tableros de ajedrez, bancos y taburetes y han organizado un diverso programa de actividades.
"Al principio, la gente se ha sorprendido, pero enseguida han tomado la calle como propia", resume las primeras reacciones del p¨²blico Nacho Padilla, socio de Viernes, empresa de proyectos de innovaci¨®n social ubicada en la v¨ªa y responsable del cartel de la acci¨®n, llamada La Palma a tus pies. El proyecto ha sido low cost total; no ha habido obras sino aprovechamiento del mobiliario urbano municipal, lo que ha permitido que con 2.000 euros y tres meses de reflexi¨®n se haya realizado un cambio radical a la calle. "Es temporal [la semipeatonalizaci¨®n acaba el 22 de septiembre], pero puede ser un laboratorio de ideas para acciones futuras", asegura Padilla.
Muchos de los vecinos quieren que la transmutaci¨®n sea permanente. Normal. De los seis metros que tiene la avenida, a los peatones les queda 1,3 en dos escuetas aceras. La higiene, las aceras y la peatonalizaci¨®n son de las reclamaciones hist¨®ricas de las asociaciones vecinales. La delimitaci¨®n de zona de prioridad residencial, donde no se puede circular a m¨¢s de 20 kil¨®metros por hora, es permanente; los cortes al tr¨¢fico, en el cruce con Fuencarral y con la calle del Norte, no. "Me gustar¨ªa que esto no se quede en una acci¨®n puntual, sino que se hiciera permanente o se estableciera una cierta periodicidad. Si no implica ning¨²n cambio, se tratar¨¢ de una mera acci¨®n promocional", matiza Esther Lorenzo, bi¨®loga especializada en psicolog¨ªa ambiental y codirectora del espacio sociopl¨¢stico La Pieza, situado hasta mayo pasado en la misma calle.
El primer d¨ªa hubo quejas, pero muchos vecinos piden que el cambio permanezca
Aunque el primer d¨ªa del experimento ha provocado piropos generalizados, algunos no pod¨ªan evitar quejarse. "?Ahora d¨®nde aparco?", preguntaba una residente. Pero en general la sensaci¨®n era de alegr¨ªa. "Esto s¨ª que es una calle de verdad", exclamaba Nacho Noriega sentado en uno de los sof¨¢s que ha instalado la pizzer¨ªa Ay Mi Madre! "Dan ganas de quedarse aqu¨ª", resum¨ªa con una porci¨®n de cuatro quesos en la mano. "Cuando se hacen este tipo de intervenciones siempre hay gente preocupada, pero luego la realidad se impone y la gente valora el espacio p¨²blico que, de repente, puede utilizar", concluye Lorenzo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.