¡®Independentzia¡¯ y ¡®kataklismo¡¯
Martin Garitano, diputado general de Gipuzkoa, lo tiene muy claro. Como, en su opini¨®n, carecemos de competencias para hacer frente a la crisis, ¡°la ¨²nica v¨ªa para lograr un nuevo modelo socioecon¨®mico es la independencia¡±. Plis-plas y no se hable m¨¢s, que dir¨ªa ¨¦l, y cu¨¢n largo me lo fi¨¢is, que dir¨ªa don Juan. Pero es que Martin Garitano no tiene ninguna prisa ya que ¡°el camino para la transformaci¨®n de Gipuzkoa es largo¡±, si bien ¨¦l est¨¢ convencido de que lo conseguiremos.
Conviene no equivocarse en el alcance de sus palabras, ni mezclar lo que para ¨¦l significan con lo que puedan significar para los dem¨¢s. No es la crisis lo que aqu¨ª se pretende superar, es otra cosa, y Garitano, con el desd¨¦n caracter¨ªstico del iluminado, deja que la oposici¨®n se entretenga con la crisis mientras ¨¦l le hace un corte de mangas. Los problemas puntuales, por graves que sean, no parecen preocuparle demasiado, los parchea, los sortea, aunque para ello se vea obligado a modificar algunos objetivos previos, como en el caso de los peajes. No, su proyecto es de m¨¢s largo alcance, pues es fundamentalmente ideol¨®gico. La independencia nos la presenta como el remedio a todos los males, pero a¨²n no nos ha aclarado cu¨¢les son los males de los que pretende liberarnos ni cu¨¢les los bienes que nos aportar¨ªa. Si la oposici¨®n no entiende lo que Garitano dice y hace, es porque hablan dos lenguajes distintos, y la impresi¨®n general de ese di¨¢logo de sordos es bastante penosa.
Garitano asegura que la llegada de Bildu al Gobierno foral no ha supuesto ning¨²n cataclismo. No vamos a tener que solicitar rescate alguno y las calles se limpian, pero en t¨¦rminos democr¨¢ticos es un desastre. Una parodia, una charada. El desprecio de un Ejecutivo en minor¨ªa a las Juntas cuestiona el valor de ¨¦stas y el de nuestras instituciones, y la charada se eleva a la dimensi¨®n de la burla cuando el partido que gobierna, Bildu, reprueba en Juntas, y ante el estupor de la oposici¨®n, una decisi¨®n asumida por el Ejecutivo, todo en aras de la demagogia y del electoralismo m¨¢s infame. La mano derecha no sabe, al parecer, lo que hace la izquierda; s¨®lo coincidir¨¢n y se pondr¨¢n de acuerdo, ?oh!, con la independencia.
?De verdad cree Bildu que la independencia puede resolver los problemas que ahora mismo nos acucian? ?Cu¨¢l, la de Euskadi, la de Euskal Herria? ?A qu¨¦ calendas nos env¨ªa esa soluci¨®n? No, la independencia, por mucha premura que se aparente, por muchas proclamas y declaraciones que se hayan de aprobar a todos los niveles institucionales, no es sino el se?uelo que marca el camino hacia un objetivo regresivo y autoritario. Es la larga marcha, pues Euskal Herria ¡ªque no Euskadi¡ª est¨¢ lejos, lo bastante lejos como para que el proyecto so?ado, sin mutilaciones territoriales ni ideol¨®gicas, se haga realidad. Zamora no se gan¨® en una hora. La Euskal Herria independiente de Bildu tampoco. Aunque para lograrlo, el cataclismo lo arrolle todo.
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