El hombre de la pandereta
El folclorista Eliseo Parra presenta hoy su nuevo trabajo, 'Contradici¨®n, en la sala Galileo, pero sigue dando clases en la Escalera de Jacob y haciendo conciertos en el Caf¨¦ Central cada vez que tiene material nuevo
Algo ha cambiado en la ciudad ce?uda. Ah, cierto: en Madrid est¨¢ Eliseo Parra (Sard¨®n del Duero, 1949) y por donde pasa deja un rastro de optimismo, energ¨ªa, buen rollo. Lleva una guitarra pero le basta con desenfundar la pandereta para producir el milagro de la m¨²sica intergeneracional. El s¨¢bado 29, en la Sala Galileo Galilei, presenta su disco Contradici¨®n. Con una sola c, advierte el autor: ¡°Me permite varios juegos de palabras pero esencialmente significa con tradici¨®n, con ra¨ªces¡±.
Todos los conciertos de Eliseo son una celebraci¨®n de la tradici¨®n, del olvidado folclor del mosaico espa?ol. As¨ª que cuesta reconocer al baterista del grupo Mi Generaci¨®n, que sac¨® un elep¨¦ en 1971, ahora cotizado en el ¨¢mbito de los coleccionistas. ¡°?Pero soy el mismo!¡±, exclama. ¡°Un m¨²sico que cambi¨® al escuchar a los Beatles o Crosby, Stills & Nash. Una ruptura que cuesta imaginar con la moda del eclecticismo: yo ven¨ªa de cantar a Marif¨¦ de Triana ?y a mucha honra! Pas¨¦ de Quintero, Le¨®n y Quiroga a Lennon y McCartney. Luego, evolucion¨¦ hac¨ªa el jazz-rock con Blay Tritono y termin¨¦ acompa?ando a cantautores tipo Mar¨ªa del Mar Bonet y Ovidi Montllor, aparte de hacer salsa y m¨²sica de verbenas¡±.
En alg¨²n momento reconoci¨® sus limitaciones: ¡°Comprend¨ª que nunca ser¨ªa un Billy Cobham en la bater¨ªa¡±. Y la revelaci¨®n: entr¨® al folclor por el flamenco: ¡°Los de la m¨²sica layetana ¨ªbamos a ver al Camar¨®n de un modo hasta religioso. Claro, luego estudias sus cantes y descubres que hay mucha tradici¨®n popular. Lo siguiente fue plantear si hab¨ªa algo equivalente en otras regiones de Espa?a. Y encontr¨¦ un tesoro. Pod¨ªas pasarte toda una vida explorando una sola provincia¡±. Aparte de profundizar en la obra de Agapito Marazuela y otros investigadores, Parra tambi¨¦n hizo trabajo de campo. ¡°Fue una experiencia espectacular. Iba con Jos¨¦ Manuel Fraile, llam¨¢bamos a la puerta de una casa en cualquier pueblo y enseguida te dirig¨ªan hacia el vecino que se sab¨ªa m¨¢s ¡°canciones antiguas¡±. Este te explicaba todo lo que rodeaba a ese cancionero, con lo que aquello adquir¨ªa sentido. Me emocionaba que pudiese ser un campesino analfabeto pero asum¨ªa que lo que cantaba era valioso, que conven¨ªa preservarlo. Sab¨ªan tambi¨¦n valorar la interpretaci¨®n personal, algo que quiz¨¢s se va perdiendo con tantos triunfitos. Y te colocaban enseguida en tu lugar: escuchabas a un herrero y pensabas ¡°?Pero si es mejor cantante que todos nosotros!¡±.
Aunque Eliseo participa en proyectos colectivos, como el multitudinario grupo de percusi¨®n y canto Coetus, cree que hay un d¨¦ficit de solistas en su campo. ¡°Abundan los grupos buenos, pero somos pocos los cantantes capaces de llevar el peso de un recital. Me identifico con Manuel Luna y, ¨²ltimamente, con Carles D¨¦nia¡±. Reconoce que las perspectivas profesionales tambi¨¦n son inciertas: ¡°Hace como 10 a?os que no canto en TVE. Ojo, tampoco estoy pidiendo que nos hagan una campa?a institucional. Recuerdo cuando sali¨® Hevia y parec¨ªa que hab¨ªa un boom de la gaita, daban miedo algunos discos que sonaban. Casi es mejor pasar desapercibido: yo denunciaba que la SGAE no nos hac¨ªa ni caso y, visto lo que all¨ª se coc¨ªa, pues mejor que mandaran a aquellos grupitos a hacer el rid¨ªculo al extranjero. Adem¨¢s, cuidado con las cosas que se ponen de moda: generalmente, degeneran. Compara a los primeros Ketama con esa ola de lolailismo que sufrimos¡±.
Eliseo impact¨® en 1998 con su disco Tribus hispanas, una formulaci¨®n que, reconoce, no fue suya: ¡°Se le ocurri¨® a Juan Alberto Arteche, que ten¨ªa el estudio donde grab¨¦¡±. No hay detr¨¢s un pensamiento pol¨ªtico federalista, explica. ¡°Me he pasado buena parte de mi vida profesional en Barcelona y nunca me he sentido charnego. Cuando vi lo de la ¨²ltima Diada, mi primer sentimiento fue de asombro, vamos, de deleite: una multitud que se juntaba para algo que no fuera la celebraci¨®n de un triunfo del Bar?a. Yo creo en la convivencia: tres de mis seis m¨²sicos son catalanes y llevamos muchos, muchos a?os juntos¡±.
Actualmente, Parra reside en un pueblo de Gredos. All¨ª fotografi¨® la portada de Contradici¨®n (Karonte): una se?ora ¡ªLa Sari¡ª ataviada con traje regional, que toca la guitarra el¨¦ctrica al lado de una hermosa planta de marihuana. ¡°En realidad, si pudiera, me instalar¨ªa en Galicia, donde hay un nivelazo entre los m¨²sicos y se vive muy bien. Pero eso me quitar¨ªa placeres como las clases que doy en La Escalera de Jacob, en Lavapi¨¦s. Tampoco podr¨ªa prescindir del Caf¨¦ Central, donde actuamos cuando hay que preparar material nuevo. Lo que hacemos tiene funciones terap¨¦uticas. No solo para el p¨²blico, tambi¨¦n para los del escenario. Hay algo m¨¢gico en mantenernos unidos tanto tiempo. Es el grado de comunicaci¨®n entre nosotros pero tambi¨¦n el placer casi obsceno de reinventar un repertorio ancestral con modos de jazz, rock o blues. Gozamos, eh¡±.
Eliseo Parra. Hoy en la Sala Galileo Galilei (Galileo, 100). 15-18 euros.
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