Aires de libertad
Un ejemplo de que se puede ser asquerosamente rico y a la vez admirablemente bueno es el de los actores de Hollywood. Hacen declaraciones sobre esos temas que inquietan a las mentes avanzadas: el exceso de poblaci¨®n humana, la temperatura de los mares, el estr¨¦s de los pollos en las granjas av¨ªcolas. Me gustan esos tipos porque, como dec¨ªa de los misioneros mi t¨ªa Mar¨ªa Luisa, ¡°me edifican¡±. Hay gente que espera a los actores en el Kursaal para conseguir alg¨²n aut¨®grafo, yo los espero para recibir una lecci¨®n moral, para que me edifiquen.
Recuerdo la visita de Meryl Streep, hace unos a?os. Jur¨® que si en las pr¨®ximas elecciones ganaba el republicano McCain ella se ir¨ªa de los Estados Unidos. Es lo que dicen los actores yanquis cada vez que hay elecciones. Afortunadamente para alguien, McCain no gan¨®. Por eso Sunset Boulevard y Beverly Hills siguen pujantes: las mansiones, las joyer¨ªas, las limusinas, los zool¨®gicos privados¡ todo a punto gracias a un ej¨¦rcito de sirvientes bajitos que hablan en espa?ol. Por cierto, Meryl Streep asegur¨®, al anticipar su inminente fuga, que San Sebasti¨¢n ser¨ªa un magn¨ªfico lugar para vivir. En mi opini¨®n, hasta el mismo infierno ser¨ªa un buen lugar con tal de estar a salvo de la ultraderecha neoliberal americana, pero Donostia, sin duda, es el m¨¢s hermoso. Aunque Meryl encuentre ah¨ª un nuevo impuesto para los ricos, seguro que no importa: el impuesto solo busca hacernos m¨¢s felices.
Este a?o, en Donostia, Susan Sarandon se ha descolgado con una reflexi¨®n no menos simp¨¢tica: ¡°Los americanos no est¨¢n bien informados: ven canales televisivos, propiedad de magnates, donde se puede decir cualquier barbaridad. Las emisiones no est¨¢n reguladas¡±. Lo cual, es un modo eufem¨ªstico de decir: ¡°Mis compatriotas son est¨²pidos, no se enteran de nada y por eso alguien deber¨ªa controlar la informaci¨®n que pueden recibir¡±. Qu¨¦ tranquilidad inspira siempre esa gente que est¨¢ a la izquierda de la ultraderecha.
Si cae derrotado Obama, imagino el revuelo en California. En pocos d¨ªas el Hotel Mar¨ªa Cristina convertido en campamento de refugiados, donde la sed y el hambre de los exiliados podr¨¢ aplacarse a base de daiquiris y de audaces creaciones de los grandes cocineros guipuzcoanos. Quiz¨¢s hasta la Diputaci¨®n cruza los dedos, a ver si ganan los ultras del Partido Republicano, con esa pareja formada por un ultramorm¨®n y un ultracat¨®lico: Hego Euskal Herria toda atestada de millonarios progresistas y las arcas guipuzcoanas atestadas de d¨®lares fresquitos. L¨¢stima que, cuando vengan, apenas les alcance el timorato impuesto para ricos que prepara Martin Garitano. Hace poco habr¨ªan conocido un impuesto mucho m¨¢s progresivo, que llegaba por carta y era revolucionario.
Una expectativa cegadora: si gana Romney, te cruzar¨¢s con Meryl, con Susan o con Oliver en la pr¨®xima reuni¨®n de la comunidad. S¨ª, dalo por hecho.
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