Las tribus de las dos ruedas
?Le dicen algo conceptos como ¡®fixero¡¯, ¡®cycle chic¡¯ o ¡®cesta fruta¡¯? Pues son algunas de las subespecies en que se divide el compacto pero heterog¨¦neo mundo de los pedales Ma?ana puede probar a identificarlos en la Fiesta de la Bicicleta
Los problemas de aparcamiento llevaron a Mar¨ªa a cambiar el coche por la bicicleta. El precio del metrob¨²s anim¨® a Chiqui. Y la b¨²squeda de la felicidad lo que incit¨® a Pedro. Todos ellos se mueven a pedales por Madrid pero cada uno en un modelo de bici diferente. Aunque el colectivo de las dos ruedas parece compacto y homog¨¦neo, cada uno pedalea a su ritmo y con diferente montura. La tribu ciclista est¨¢ atomizada en subgrupos cuyo rasgo de distinci¨®n es la bicicleta que utilizan.
Este fin de semana es un buen momento para aprender a identificar a alguna de estas tribus de las dos ruedas. Como colof¨®n de la Semana Europea de la Movilidad, ma?ana se celebra la Fiesta de la Bicicleta, que cerrar¨¢ varias calles de la ciudad al tr¨¢fico entre las 8.00 y las 14.00. Hoy hay un ensayo general con coches y, adem¨¢s, tiene lugar Once Avenidas: una carrera estrat¨¦gica, organizada por Ciclos Noviciado, centrada en la movilidad, en la que lo importante es pensar el recorrido y no solo pedalear. Una especie de gymkana de las dos ruedas que puede servir como pasarela para admirar a los variados ciclistas de la capital.
La influencia estadounidense ha hecho que los fixeros sean una de las tribus m¨¢s reconocibles del ambiente urbano actual. Un paseo por Malasa?a evidencia que el barrio est¨¢ lleno de estas bicicletas de pi?¨®n fijo, austeras, ligeras y con un solo freno. ¡°La bici me aporta felicidad¡±, explica Pedro Bravo. Este periodista, escritor, autor del libro La opci¨®n B, considera que ¡°la fixie es una bici como otra cualquiera¡±. ¡°Es cierto que hay mucho hipster [moderno] que la lleva, pero no es exclusivo de ellos¡±, opina se?alando sus vaqueros que, observa, no son de pitillo.
Aunque en ocasiones la est¨¦tica les une, en general, los grupos ciclistas se diferencian por el veloc¨ªpedo que poseen. ¡°La bici es un objeto personal que puede llegar a formar parte de la presentaci¨®n p¨²blica de una persona: compra un modelo peculiar, la tunea, se viste pensando en el veh¨ªculo. La bicicleta nos habla de su usuario, es una pieza de su presentaci¨®n p¨²blica¡±, explica el psic¨®logo Baltasar Fern¨¢ndez, profesor de Psicolog¨ªa Social en la Universidad de Almer¨ªa.
No es lo mismo pedalear en una el¨¦ctrica que recorrer la ciudad en una plegable o una mountain bike. ¡°En el caso de la de pi?¨®n fijo, vas montado todo el tiempo. Exige una concentraci¨®n bastante alta¡±, explica Bravo. Gala San Miguel, dise?adora gr¨¢fica de 36 a?os, no podr¨ªa con las fixies. Trabaja en Creatura, un estudio en Nuevos Ministerios, la city madrile?a, y cada d¨ªa pedalea arreglad¨ªsima por la Castellana. ¡°No voy nunca en ch¨¢ndal, ?por qu¨¦ voy a usarlo cuando voy en bici¡±, se pregunta desde un modelo holand¨¦s que conjunta perfectamente con su indumentaria. Es lo que se conoce como una cycle chic: no renuncia al estilo para pedalear. Esta tendencia, que arranc¨® con el blog dan¨¦s Copenhagen Cycle Chic, se ha extendido por todo el mundo y ha llegado a las portada de Vogue o Harper¡¯s Bazaar. ¡°Todo empez¨® de forma casual, haciendo fotos a gente arreglada que iba en bici por mi ciudad¡±, aclara Milael Colville-Andersen, creador de la bit¨¢cora. ¡°Quer¨ªa transmitir la idea de que no es necesario ning¨²n tipo de indumentaria especial para moverse en bicicleta. Somos ciudadanos que la usamos como medio de transporte, no ciclistas¡±, sentencia.
El ciclismo en Espa?a ha estado siempre asociado al deporte y a una manera de moverse m¨¢s l¨²dica que pr¨¢ctica. Desde hace poco, t¨ªmidamente, se ha abierto camino como estrategia de movilidad. De esos or¨ªgenes deportivos, surgen los llamados lycra. Recorren la ciudad con mallas, casco, botell¨ªn de agua y dem¨¢s complementos, y suelen moverse en mountain bike. Cuando utilizan la bici exclusivamente los fines de semana, algunos los denominan globeros.
Gustavo Rend¨®n, de 32 a?os, no viste de lycra. Pedalea con el uniforme de la empresa de limpieza en la que trabaja. ¡°Es un medio de transporte muy r¨¢pido y con el que ahorro¡±, explica. Lleva usando su MTB un lustro. Desde que dej¨® Ecuador y aterriz¨® en Espa?a. ¡°Cuando escuch¨¦ lo del tarifazo del transporte p¨²blico, me reafirm¨¦. A pesar del tr¨¢fico, de los coches y del escaso respeto, es el mejor veh¨ªculo para moverse por la ciudad¡±.
Un abono transporte de la zona A cuesta 52,20 euros al mes; lo que implica 626,4 euros al a?o. ¡°Con ese dinero, puedes renovar tu bici el¨¦ctrica cada dos a?os¡±, apunta Hector Mu?oz, de 32 a?os, trabajador de In Bicycle We Trust (Antonio Acu?a, 12). Desde la tienda de bicis ha visto como los ebikers, eCiclistas o el¨¦ctricos, crecen en Madrid. ¡°La el¨¦ctrica es muy ¨²til para un ejecutivo cuarent¨®n que quiere llegar impecable al trabajo; para gente mayor; para alguien que ha tenido una lesi¨®n o para una persona que desea disfrutar del recorrido urbano sin agobios¡±, cuenta. El peque?o motor asiste al pedaleo. Cuestan entre 1.500 y 2.500 euros y en Centroeuropa es un sector en auge. ¡°En los ebikers prima la movilidad frente al deporte, es para desplazarse por la ciudad¡±, concluye Mu?oz.
¡°Me pas¨¦ a la bicicleta porque en el centro es imposible aparcar¡±, dice Mar¨ªa Su¨¢rez echando un vistazo a su espalda, donde va Amber, su hija de tres a?os, sentada en una sillita. Su¨¢rez, interiorista de 36 a?os, releg¨® el coche al garaje. ¡°Lo uso una vez a la semana o para viajar¡±, aclara. El resto de d¨ªas se mueve a pedales con la ni?a, la compra o un proyecto de trabajo. El periodista Carlos Gagaro ni siquiera tiene coche. ¡°Lo bueno de usar una plegable es que la puedes meter en todos los sitios¡±, cuenta. Con ella tambi¨¦n pasea a sus perros Terry y Mat¨ªas, que le siguen all¨¢ por donde pedalea. Como Su¨¢rez, Gagaro es un ciclista urbano por antonomasia. ¡°Tanto las bicicletas h¨ªbridas [una mezcla entre carretera y monta?a] como las plegables fueron dise?adas para su uso en ciudad, y su peso y dimensiones son perfectas para ello¡±, afirma Gagaro.
La BMX de Guelo es muy peque?a. El nombre real de este acr¨®bata de los pedales es Miguel Monz¨®n, tiene 23 a?os y trabaja en la tienda Action Wheels (San Vicente Ferrer, 23). Su ¨¢gil veloc¨ªpedo azul no es solo un medio de transporte, es su medio de vida. Cada d¨ªa la usa para moverse. Cada tarde baila con ella en la Plaza de Col¨®n. ¡°Un amigo me ense?¨® a ir en bici cuando ten¨ªa 13 a?os y resulta que el modelo que ten¨ªa era una BMX¡±, recuerda. Ahora es octavo del mundo en la categor¨ªa de freestyle de BMX y viaja continuamente para dar exhibiciones. ¡°Est¨¦ticamente me gusta y es muy manejable¡±, dice. Cuesta entre 400 y 1.200 euros y pocas chicas se animan con ellas.
Solo un 30% de los tres millones de ciclistas urbanos espa?oles son mujeres, seg¨²n el Bar¨®metro de la Bicicleta de 2011. Teresa Gonz¨¢lez, Chiqui para los amigos, es una fan¨¢tica. ¡°He tenido tres bicicletas: una de monta?a, una vacilona tuneada y la que uso ahora: una Orbea de los setenta¡±, cuenta. La fiebre por lo vintage le lleg¨® a esta productora de televisi¨®n ¡°porque es la bici m¨¢s ligera que encontr¨¦¡±, aclara. Los cuadros con d¨¦cadas, los sillines del siglo pasado y los timbres a la antigua usanza despiertan el inter¨¦s de coleccionistas bicicleteros. Con sus tesoros con ruedas, los vintage revolucionan la est¨¦tica de las aceras contempor¨¢neas traslad¨¢ndolas a un punto entre finales del siglo XIX y mediados del XX.
De otra ¨¦poca tambi¨¦n parecen algunos chopperos. ¡°Esto surgi¨® en California en los setenta. Cuando los estadounidenses tuneaban sus coches y motos, los latinos, a falta de veh¨ªculo a motor, acicalaban sus bicicletas¡±, resume Iv¨¢n P¨¦rez, propietario de Chopper Monster (Corredera Alta de San Pablo, 21). La cada vez m¨¢s extendida moda de los manillares, el sill¨ªn largo y los reposapi¨¦s representa la cara m¨¢s pulp de los pedales. ¡°La primera bici chopper fue una Raleigh inspirada en Easy rider¡±, cuenta con orgullo montado sobre una de ellas de 1976. Una vez al a?o organiza una concentraci¨®n con maquillaje, chupas de cuero y mucha actitud. Est¨¦tica concreta, cultura underground y minoritaria. Parecido a una tribu urbana, aunque el psic¨®logo Fern¨¢ndez no considera a los usuarios de bici como tal. ¡°Los ciclistas asumen la bici como un elemento identificativo, es decir, se presentan ante los dem¨¢s con ella. Cuando son cuestionados o interrogados, construyen un argumentario com¨²n¡±, matiza el psic¨®logo.
La velocidad es el ¨²nico argumento que entiende Jorge Luis Hinojosa. La crisis le dej¨® sin su trabajo de administrativo y hace ocho meses comenz¨® a repartir a pedales. Es bicimensajero en A Pi?¨®n Fijo y forma parte de ese interesante grupo idolatrado y odiado con ra¨ªces neoyorquinas. ¡°Los bicimensajeros parecen rudos, porque est¨¢n todo el d¨ªa en medio del tr¨¢fico, pero luego somos un colectivo muy afable¡±, bromea. Estos personajes, idealizados por Hollywood en la pel¨ªcula Sin frenos, son quiz¨¢ la primera tribu urbana a pedales. Alternan el pi?¨®n fijo con las bicicletas de cargo en las que reparten incluso alimentos. Hay otros que, aunque llevan cesta, no reparten nada. Los cesta fruta son una rara especie del mundo de las bicis, cuya pasi¨®n consiste en a?adir la t¨ªpica caja de pl¨¢stico a su veh¨ªculo. Ah¨ª portan hortalizas del huerto urbano, libros o a su mascota. Son herederos de los hippies y seguidores de corrientes filos¨®ficas sostenibles, afamadas en los noventa. Peu, que trabaja en Viernes, una empresa de proyectos de innovaci¨®n social, tiene una de estas. ¡°En realidad, no importa la variedad, ni el modelo de bici que uses, ni siquiera las razones que te lleven a ello. Lo relevante es que est¨¢s movi¨¦ndote de otra manera mucho mejor para ti y para la ciudad en la que vives¡±, concluye.
La Fiesta de la Bicicleta
E Los conductores que quieran utilizar el coche para desplazarse ma?ana por el centro de la ciudad lo van a tener realmente complicado. La 34? edici¨®n de la Fiesta de la Bicicleta, en la que se prev¨¦ la participaci¨®n de unos 20.000 aficionados, va a suponer el corte de un inmenso itinerario de 22 kil¨®metros por la almendra central de la capital. La salida se dar¨¢ a las nueve de la ma?ana desde la avenida de Men¨¦ndez Pelayo, esquina a la calle de Ibiza. El recorrido continuar¨¢ por Pr¨ªncipe de Vergara, la plaza del Per¨², la avenida de P¨ªo XII, Ca¨ªdos de la Divisi¨®n Azul, Mateo Inurria, la plaza de Castilla, el paseo de la Castellana, G¨¦nova, la plaza de Alonso Mart¨ªnez, Sagasta, la glorieta de Bilbao, Carranza, la glorieta de Ruiz Jim¨¦nez, Alberto Aguilera, la plaza de Espa?a, Gran V¨ªa, Alcal¨¢, la plaza de C¨¢novas del Castillo, el paseo del Prado, Cibeles, Puerta de Alcal¨¢, y la calle de Alcal¨¢. La meta estar¨¢ situada en Men¨¦ndez Pelayo. El tr¨¢fico se ir¨¢ reabriendo conforme pasen los cilcistas, por lo que desde el Ayuntamiento se ha pedido que los madrile?os y visitantes de la ciudad utilicen v¨ªas como la M-30 y la M-40, adem¨¢s de otros itinerarios alternativos. Otra opci¨®n es el transporte p¨²blico, en especial el metro. Diversas l¨ªneas de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) se ver¨¢n afectadas tambi¨¦n por los diversos cortes de tr¨¢fico. La presente edici¨®n est¨¢ dedicada al deportista paral¨ªmpico Jos¨¦ Enrique Porto, que ha conseguido dos medallas en los Juegos de Londres.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.