De las rejas a los fogones

Mounir Mourabeti ha aprendido a cocinar pudin de manzana y lentejas, entre otros platos, pero destaca estos dos. A sus 21 a?os, este marroqu¨ª de T¨¢nger, que con 16 a?os dej¨® su casa para buscar un futuro mejor, ha pasado un a?o y nueve meses en las c¨¢rceles de Martutene y Zaragoza por un asunto de drogas. ¡°Cuando est¨¢s encerrado te da tiempo a pensar mucho y ver lo que has hecho mal. Primero refrescas la memoria, me desintoxiqu¨¦ del hach¨ªs, las pastillas y el alcohol y empec¨¦ a intentar ver las cosas de otra manera¡±, se sincera este joven que la mayor parte de la condena la pas¨® sin que sus padres lo supieran. ¡°Solo mi madre al final se enter¨®. Llamaba desde la c¨¢rcel cuando pod¨ªa y le dec¨ªa; ¡®todo bien, todo bien¡±, cuenta.

Junto con otros trece internos de Martutene, algunos como ¨¦l acogidos al tercer grado, otros con la condena a punto de cumplir, Mourabeti acaba de recoger el diploma que le acredita como cocinero con conocimientos b¨¢sicos de cocina tras 400 horas de curso. Se le ve contento, satisfecho de haber probado algo diferente. ¡°Llevaba todo este tiempo sin hacer nada en la c¨¢rcel y me ven¨ªa bien todo¡±, explica minutos despu¨¦s de recoger el t¨ªtulo.

El programa Reincorpora de la Obra Social La Caixa en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n Erroak-Sartu ha permitido que este chico forme parte de un proyecto que combina la formaci¨®n y el servicio solidario, en este caso en comedores sociales. Un planteamiento que funciona en muchas c¨¢rceles y que suma intencionalidad pedag¨®gica y utilidad social. Este a?o se desarrollar¨¢n en colaboraci¨®n con el Ministerio del Interior 88 acciones de este tipo en prisiones de toda Espa?a. ¡°Una forma de que aprendan un oficio [este a?o ha sido cocina, pero el a?o pasado reparaban bicicletas], y que revierta en la sociedad porque acaban teniendo contacto con varias instituciones sociales¡±, explica la educadora social Ana Irisarri.

Mourabeti empez¨® el curso en abril y lo finaliz¨® en julio. La monitora Mati Irulegi les ha ense?ado a ¡°cocinar lo b¨¢sico¡±, pero adem¨¢s el programa inclu¨ªa una serie de pr¨¢cticas durante el verano y colaboraciones en organismos sociales. La primera fase del proyecto ha concluido y ahora empieza la segunda parte con la reinserci¨®n laboral como frente de batalla. El coordinador de Instituciones Penitenciarias de Gipuzkoa, Carlos Lanza, destaca la importancia de que trascienda en la sociedad otra imagen de la vida en el interior de las c¨¢rceles. ¡°Es un reto ambicioso, enriquecedor y dif¨ªcil pero es importante que estas personas puedan cambiar de vida e integrarse en la sociedad donde no se les estigmatice¡±, opina.

Mourabeti cumple el tercer grado, duerme en Loiola-Etxea, una asociaci¨®n para la integraci¨®n social en San Sebasti¨¢n y cada dos semanas tiene que fichar en la c¨¢rcel. Este joven musulm¨¢n llev¨® a cabo sus pr¨¢cticas como cocinero de un grupo de estudiantes de 16 y 17 a?os durante una etapa del Camino de Santiago. ¡°Fue una experiencia muy buena y nueva para m¨ª. Durante diez d¨ªas cocinaba para ellos. Me levantaba pronto les preparaba el desayuno y cog¨ªa la furgoneta para cuando llegasen al siguiente punto estuviera la comida preparada¡±, recuerda.

De momento, Mourabeti disfruta de sus dos diplomas; el de peregrino y el de cocinero. No sabe cu¨¢l ser¨¢ su futuro pero quiere estudiar. ¡°Los siete meses que pas¨¦ en la c¨¢rcel de Zaragoza fueron cuando m¨¢s claro lo vi. Aquello fue duro, una prisi¨®n mucho m¨¢s grande que la de Martutene y donde me sent¨ª m¨¢s desamparado. Ten¨ªa que tomar otro camino en mi vida porque estaba perdiendo mi juventud en la c¨¢rcel sin trabajo y sin novia¡±, dice.

El tiempo entre rejas le ha permitido darse cuenta que a¨²n hay posibilidades de cambio. ¡°Puedo estudiar, hacer otras cosas, incluso superar a la gente que me acompa?aba en la calle¡±, se?ala el menor de cuatro hermanos que no quiere regresar a su pa¨ªs.