Un desfile en palacio
Homenaje del museo Cerralbo a la moda, en el que los dise?adores espa?oles son los protagonistas
Un baile. Un palacio del siglo XIX y el arte y la moda como invitados estrellas. En el sal¨®n, de blanco y con cola, una de las invitadas parece querer avanzar sin llegar nunca a dar un paso. Parece una princesa encantada a quien su hada madrina le ha permitido ir al baile. A la entrada, dos elegantes damas vestidas de negro presiden la estancia. Encajes, bordados y lentejuelas son las verdaderas due?as y se?oras del sal¨®n. En realidad, esas bellas mujeres que invaden el palacio listas para empezar la fiesta no son m¨¢s que maniqu¨ªs vestidas con las galas de los mejores dise?adores que ha dado Espa?a en los ¨²ltimos 25 a?os: Balenciaga, Adolfo Dom¨ªnguez, David Delf¨ªn o Manolo Blahnik. Y el sal¨®n es solo parte de la ¨²ltima exposici¨®n temporal presentada por el museo Cerralbo el pasado 25 de octubre y que permanecer¨¢ abierta hasta el 13 de enero de 2013.
En La moda es sue?o, 25 a?os de talento espa?ol se exhiben m¨¢s de 70 maniqu¨ªs con las creaciones m¨¢s relevantes de la moda espa?ola de los ¨²ltimos 25 a?os. Y m¨¢s de 50 dise?adores espa?oles han sido los encargados de vestirlos. ¡°Con esta exposici¨®n pretend¨ªamos rejuvenecer la instituci¨®n¡±, explica Lurdes Vaquero, directora del museo Cerralbo, mientras paseaba por las estancias del palacio. ¡°Queremos acercarnos al arte contempor¨¢neo y la moda forma ya parte de ¨¦l¡±, asegura. Y lo cierto es que se ha convertido en una de las industrias culturales m¨¢s influyentes en Espa?a. ¡°Tenemos creadores magn¨ªficos, antes y ahora, y quer¨ªamos hacerles un homenaje y, adem¨¢s, reforzar la marca Espa?a¡±, puntualiza Vaquero.
El recorrido no es cronol¨®gico, m¨¢s bien se ha pensado como un montaje en el que los dise?os se adaptan y se fusionan a las distintas salas. Por ejemplo, una creaci¨®n de Agatha Ruiz de la Prada combina a la perfecci¨®n con su estancia. Podr¨ªa ser un coj¨ªn m¨¢s de alguno de los divanes. O el conjunto rosa de c¨®ctel de Lydia Delgado, que parece estar hecho para el gabinete femenino del palacio, donde las damas se reun¨ªan para discutir temas considerados de mujeres.
En el dormitorio donde muri¨® el Marqu¨¦s de Cerralbo han expuesto una serie de batas e incluso una pieza de lencer¨ªa de encaje. ¡°Yo no estaba muy convencida con esta sala. El marqu¨¦s era muy religioso y conservador, pero al final, me inclin¨¦ por hacerlo porque los dise?os eran sobrios, casi de hombre¡±, revela Vaquero observando las creaciones de Meye Maier y Sybilla, una de sus dise?adoras favoritas. ¡°Es eterna. Se ha convertido en un cl¨¢sico¡±, opina.
Contin¨²a el recorrido por ba?os y salas, escaleras y comedores, pero sin duda la armer¨ªa es la que la que m¨¢s impresiona. En ella, los dise?os de Paco Rabanne, David Delf¨ªn, Jos¨¦ Mir¨® y Maya Hansen est¨¢n custodiados por armaduras, espadas y lanzas. ¡°Los cors¨¦s son las nuevas corazas de las mujeres¡±, bromea la directora.
Sorprende que muchos de los maniqu¨ªs van vestidos de negro. ¡°Es s¨ªmbolo de elegancia¡±, explica Vaquero. ¡°En el siglo XVI, cuando la moda espa?ola era lo m¨¢s, se usaba mayoritariamente el negro. El tinte era dif¨ªcil de conseguir y, por tanto, m¨¢s caro. Un s¨ªmbolo de esplendor en la ¨¦poca del imperio del sol¡±, sentencia la directora para a?adir a continuaci¨®n: ¡°Es ah¨ª donde la moda espa?ola deber¨ªa volver. Al esplendor¡±.
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