¡°En Espa?a sigue habiendo una base caciquil muy grande¡±
El ganador del ¨²ltimo Premio Planeta reflexiona sobre Espa?a, la corrupci¨®n y la novela negra
![Javier Rivas](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F4c3732f3-a3c2-40ba-8d41-32c4c65cf182.jpg?auth=fc7932ef3e2535924410076b662064a1d24c2b06f67be9580cd68a5da86201d1&width=100&height=100&smart=true)
![Lorenzo Silva posa con el Premio Planeta en la gala de entrega del galard¨®n el pasado 15 de octubre.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/CHAYTWWFAPVWD2ITUEF6IGUW44.jpg?auth=4196f68358d5962ec20210679566b1329377025ba5e58176a4e5eccd1b51070c&width=414)
Parece que Bevilacqua y Chamorro se est¨¢n acostumbrando a los premios. Con El lejano pa¨ªs de los estanques, la novela en que naci¨® esta pareja de investigadores de la Guardia Civil, su creador, Lorenzo Silva (Madrid, 1966), gan¨® el Ojo Cr¨ªtico en 1998. Elev¨® el list¨®n con el Nadal de 2000 para su segunda aventura, El alquimista impaciente. Y ahora ha mejorado y completado la mano con el Planeta que acaba de recibir la s¨¦ptima y por ahora ¨²ltima entrega de la serie, La marca del meridiano, que Silva ha presentado esta semana en Bilbao.
Casi tres lustros m¨¢s viejos, m¨¢s sabios y m¨¢s encallecidos, el brigada y la sargento se enfrentan ahora a una trama de corrupci¨®n que remueve el pasado de Bevilacqua.
Pregunta. El Planeta viene siempre con pol¨¦mica detr¨¢s por su forma de concesi¨®n.
Respuesta. Pol¨¦mica no tanto por su forma de concesi¨®n, que tengo la sensaci¨®n de que la gente no conoce muy bien, sino fundamentalmente porque son 601.000 euros, una cantidad que no se invierte normalmente en cultura en este pa¨ªs. Todo el mundo ve muy normal que se gaste ese dinero, incluso dinero publico, en un estadio de futbol y 10 veces m¨¢s, pero no tenemos la costumbre de que una empresa privada lo invierta en un producto cultural. Tengo la sensaci¨®n de que ahora mismo el Planeta est¨¢ planteado de una manera muy profesional, absolutamente impecable. A m¨ª me han prometido premios en el pasado premios por libros que no exist¨ªan y nunca acept¨¦ ese trato, que me parece absurdo para un escritor.
P. ?Espa?a es m¨¢s corrupta desde que Bevilacqua y Chamorro iniciaron sus aventuras?
R. Creo que Espa?a siempre ha sido bastante corrupta por algo que no ha cambiado en los ¨²ltimos 200 a?os: con todos los partidos que se han sucedido, todos los reg¨ªmenes diversos y a veces contrarios, en Espa?a sigue habiendo una base caciquil muy grande. Funciona mucho ese poder de alguien que opera sobre un territorio y genera una red de favores, tanto puestos de trabajo como concesiones o aprovechamientos ileg¨ªtimos de los bienes p¨²blicos. Eso estructura la sociedad, incluso las formas de poder. Unas veces son democr¨¢ticas y otras autoritarias, pero esa base caciquil no ha terminado nunca de desaparecer de Espa?a. Hablo de corrupci¨®n policial, y la polic¨ªa espa?ola no es especialmente corrupta, como una cierta met¨¢fora de esos servidores p¨²blicos que, apareciendo ante sus conciudadanos como valedores del bien com¨²n, acaban sirviendo a intereses particulares no pocas veces espurios y no pocas veces delictivos.
Tengo la sensaci¨®n de que el Planeta est¨¢ planteado ahora muy profesionalmente
P. ?Eso ha contribuido ya no solo al descr¨¦dito de los pol¨ªticos, sino del propio sistema democr¨¢tico? R. Incluso a algo tan grave como la erosi¨®n de la estructura econ¨®mica del pa¨ªs. En un pa¨ªs donde mucha gente asume que una manera de obtener medro personal es malbaratar, malversar y desviar la riqueza p¨²blica, qu¨¦ incentivo hay para emprender, para buscar a partir del trabajo o de la iniciativa empresarial la riqueza personal, si hay una v¨ªa segura metiendo la mano en la cartera de los ciudadanos.
P. En un momento de la novela, Bevilacqua dice que su trabajo es vigilar que el tinglado social no se venga definitivamente abajo.
R. El tinglado est¨¢ asentado en buena medida sobre la creencia de que hay el n¨²mero suficiente de personas que cumplen con su deber, que se comportan con dignidad y que hacen su trabajo. Si rompemos esa creencia entonces se produce la desbandada, el p¨¢nico. Y hemos estado en alg¨²n momento en los ¨²ltimos a?os bastante cerca de eso.
P. En estos a?os ha habido un progresivo deslizamiento hacia el cinismo o el descreimiento tanto en Bevilacqua como en Chamorro.
Espa?a es un pa¨ªs muy rezagado en la novela negra
R. No tanto. Bevilacqua siempre ha sido ir¨®nico, c¨¢ustico. A medida que va cumpliendo a?os lo que no hace es contemporizar. Es poco amigo de eufemismos. Pero hay siempre una raya que no cruza y que no quiero dejarle cruzar: llega hasta el borde del precipicio, pero nunca se tira al abismo que le convertir¨ªa en un c¨ªnico. Tienen m¨¢s motivos que nunca, porque tienen mucha m¨¢s informaci¨®n que nunca, para descreer del sistema, pero tambi¨¦n un prurito especial de decir nosotros no; vamos a estar ah¨ª incluso aunque todo lo dem¨¢s de desmorone y no nos vamos a desmoronar.
P. ?C¨®mo ve el actual boom en Espa?a de la novela negra?
R. Es un boom raro, porque tiene una parte internacional y otra aut¨®ctona. La internacional es un fen¨®meno c¨ªclico: hay una inmediatez entre los momentos de esplendor del g¨¦nero negro y las crisis del sistema. Pero en Espa?a hay un fen¨®meno particular. Es un pa¨ªs muy rezagado en este g¨¦nero, porque buena parte de los ¨²ltimos 150 a?os, el periodo que abarca la novela negra contempor¨¢nea, ha tenido reg¨ªmenes autoritarios o que dificultaban enormemente la mirada cr¨ªtica sobre la sociedad, traducida en obras publicadas. En los a?os setenta y ochenta hubo un florecimiento de la novela negra muy vinculada a testimoniar la Transici¨®n. Entrados ya en la calma chicha de los noventa, se perdi¨® esa necesidad y se dej¨® morir el g¨¦nero. Eso lo puso absolutamente patas arriba un se?or sueco que se muri¨® con 50 a?os y con sus tres libros in¨¦ditos, y cuando los tradujeron al espa?ol consigui¨® vender no s¨¦ si seis millones de ejemplares. Un fen¨®meno tan arrollador en el panorama espa?ol provoc¨® pr¨¢cticamente una revoluci¨®n entre los editores. Y todos se pusieron a buscar muestras de ese g¨¦nero que dos a?os antes casi todos despreciaban editorialmente. En eso estamos ahora. Espero que pase este momento febril y entremos pronto en una fase de normalizaci¨®n.
P. ?Tambi¨¦n es un instrumento de an¨¢lisis social quiz¨¢ porque faltan otros?
Ning¨²n cuerpo policial lleva tanto tiempo resolviendo cr¨ªmenes como la Guardia Civil
R. Quiz¨¢ porque otros que tienen su capacidad y muchas ventajas, porque son m¨¢s inmediatos, tienen una desventaja a la hora de ver lo que subyace detr¨¢s de una historia criminal. El g¨¦nero negro tiene muchas capas que, por ejemplo, un peri¨®dico no tiene.
P. Le ha dado la vuelta al t¨®pico de la pareja de investigadores y la ha llevado a un cuerpo militar, algo poco com¨²n en el g¨¦nero.
R. Llegu¨¦ aqu¨ª porque hace 17 a?os me entr¨® el af¨¢n de decir: me gusta la novela policiaca y hay que hacer m¨¢s novela espa?ola aut¨®ctona. Se me ocurri¨® un crimen y no ten¨ªa ni investigadores. Y pensando qui¨¦n lo resolver¨ªa, de repente me dije: si hay un asesinato en una cala de Mallorca [donde transcurre la trama de El lejano pa¨ªs de los estanques], los primeros que se plantan son los guardias. La Guardia Civil lleva 160 a?os investigando cr¨ªmenes en Espa?a. No hay ning¨²n cuerpo policial que lleve tanto tiempo investigando y resolviendo cr¨ªmenes y, sin embargo, nunca hab¨ªan salido en la literatura. Y adem¨¢s es terreno virgen; nadie me est¨¢ disputando este territorio, pues me lo quedo.
P. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa que investigar¨¢n ahora Bevilacqua y Chamorro?
R. Casi no lo puedo decir, porque ser¨¢ la pr¨®xima novela. Tiene que ver tambi¨¦n con la corrupci¨®n, pero con otra. Me interesa mucho saber c¨®mo un pa¨ªs que ha estado tantos a?os esperando tener un r¨¦gimen democr¨¢tico y de libertades, un Estado de derecho, cuando lo ha tenido ha confiado una y otra vez en personas que lo han traicionado, que lo han utilizado como la gamuza de sus intereses personales. Me parece uno de los peores fracasos colectivos. Me llaman la atenci¨®n esos itinerarios de quienes en alg¨²n momento creyeron de buena fe en la lucha por la democracia, la justicia, el Estado de derecho, y tras unos a?os hicieron unas amistades peligrosas y acabaron convirti¨¦ndose en enemigos del pueblo, como dir¨ªa Ibsen. Quiero hacer alguna trama criminal que tenga que ver con eso. No quiero; la tengo en la cabeza perfectamente dibujada.
P. ?Ha planificado ya el final de la serie?
R. No. Entre otras cosas por algo que me suena como una boutade cuando lo digo, aunque tiene su lado tr¨¢gico. Ning¨²n espa?ol de mi edad, Bevilacqua es un poco mayor y Chamorro algo m¨¢s joven, puede estar ahora mismo seguro de que llegar¨¢ conocer el estado denominado jubilaci¨®n. Cuando preveo mi futuro no cuento con una pensi¨®n, sinceramente, y desde hace muchos a?os. Antes pensaba que a los 58 les echaran, pero un guardia civil puede estar ahora activo hasta los 65. No s¨¦ cu¨¢ndo va acabar su historia y no lo quiero saber. Cuando empec¨¦ la serie hablaba en un pa¨ªs opulento y encantado de haberse conocido. No pod¨ªa sospechar que solo tres novelas m¨¢s tarde iba a hablar de un pa¨ªs postrado, deprimido y que es el hazmerre¨ªr del continente. Y tampoco puedo ni quiero saber lo que Bevilacqua y Chamorro pueden hacer dentro de 10 o 15 a?os. Lo descubrir¨¦.
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