Su reino no es de este mundo
"Har¨ªan falta r¨ªos de tinta para hacer justicia a exhibiciones como la de Patti Smith"
Har¨ªan falta r¨ªos de tinta para hacer justicia a exhibiciones como la de Patti Smith el s¨¢bado en Valencia, por mucho que las repita all¨¢ por donde pisa. Firme reverencia para una de las ¨²ltimas sacerdotisas rock, capaz de convertir lo aparentemente rutinario en una excepcional ceremonia de profunda espiritualidad laica. Tan contagiosa desde una vertiente musical que exuda siempre torrencial veracidad como desde una ¨®ptica socialmente comprometida con su entorno, que no pierde de vista el pretendido urbanicidio de nuestro Cabanyal, el brutal recorte de prestaciones que cercena nuestra condici¨®n ciudadana bajo la desvergonzada estafa en que estamos inmersos o la en¨¦sima masacre en territorios de Gaza.
Haciendo de la necesidad virtud (cambio de recinto poco m¨¢s de 24 horas antes), pocas veces se la podr¨¢ ver en un ambiente tan recogido y cercano, mucho m¨¢s cerca de la exclusiva atm¨®sfera de un club nocturno que en las amplias llanuras de un festival al uso o las frecuentes reverberaciones de los pabellones cerrados. Con tales premisas, nadie debi¨® echar de menos (pese al exceso de pulcritud en su arranque) mayores dosis de electricidad en una noche presidida por la guitarras ac¨²sticas y la intensidad creciente de un cancionero, con los fieles de su balanza equilibrados entre producci¨®n reciente (el ¨¢lbum Banga) y cl¨¢sicos insoslayables, sobre el que nos aventuraremos a localizar tres puntos ¨¢lgidos. Los tres, tan apabullantes que obligan a preguntarse cu¨¢ntas veces, en los casi veinte a?os de historia de este recinto (y bajo cinco denominaciones distintas), se ha vivido algo semejante, con tantos puntos de fricci¨®n con la historia que se escribe en may¨²sculas: la hipnotizante majestuosidad de Dancing Barefoot, la enrabietada entrega de Pissing in a River y el desbocado vendaval de Gloria, capaz de llevarse por delante todo lo que pille. Que nadie lo dude: a sus 65 a?os, el reino de de Patti Smith, regido por una fuerza interior de origen ignoto, sigue sin ser de este mundo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.