El machismo pone puertas al campo
La mujer es discriminada y desplazada de la campa?a de recogida de aceituna
Hasta no hace mucho tiempo, para trabajar como jornalera en la campa?a de recogida de la aceituna hab¨ªa que ir acompa?ada de un hombre. Los empresarios pretend¨ªan as¨ª compensar la nunca demostrada desigualdad f¨ªsica entre sexos en los tajos. Esa barrera ya se hab¨ªa dado por superada, pero este a?o ha irrumpido una discriminaci¨®n a¨²n mayor para las mujeres: como el trabajo es escaso por la ca¨ªda de la cosecha, el poco que hay es para los hombres y las aceituneras tienen poco menos que imposible encontrar un jornal a no ser que lo hagan en fincas familiares.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en Villargordo, una peque?a localidad jiennense con m¨¢s de 900 desempleados (el 37% de su poblaci¨®n activa) y donde las mujeres sol¨ªan acudir en masa a la aceituna. Este a?o m¨¢s de la mitad no lo har¨¢. ¡°Nos dicen que con los hombres se apa?an y que no hay trabajo para nosotras¡±, asegura la jornalera Eva Serrano. Ella al menos tiene la suerte de que su marido s¨ª trabaja, pero otras muchas sufren por partida doble el paro en sus hogares. El Ayuntamiento ha tenido que abrir un comedor social para garantizar una comida diaria a los m¨¢s peque?os.
Una jungla laboral con salarios a la baja
El campo se ha convertido en una especie de jungla laboral. La falta de empleo por las inclemencias clim¨¢ticas est¨¢ sirviendo a muchos empresarios para justificar el pago de salarios muy por debajo de lo estipulado, incluso incumpliendo convenios colectivos ya firmados. Es lo que ocurre, por ejemplo, en el convenio del sector del aceite y sus derivados, que vincula a los empleados de m¨¢s de 300 almazaras orujeras. Para este a?o deb¨ªa revisarse con arreglo al IPC interanual nacional de septiembre (3,4%), m¨¢s un punto, es decir, una subida del 4,4%. Sin embargo, los empresarios se amparan en la crisis para incumplir lo firmado. ¡°La subida es inasumible porque las circunstancias no son las mismas y ha habido un aumento de costes¡±, sostiene el presidente de la Asociaci¨®n Provincial de Almazaras de Ja¨¦n (APAJ), Manuel Alfonso Torres.
Tambi¨¦n en el convenio del campo de Ja¨¦n ¡ªque sirve de referencia para el resto de Andaluc¨ªa¡ª, y que vincula a m¨¢s de 100.000 trabajadores, los sindicatos han constatado ya graves incumplimientos. El convenio se ha revisado este a?o con una subida del 2%, pero UGT sostiene que en muchos tajos se est¨¢n pagando salarios por debajo del 40%. Y por si fuera poco, tambi¨¦n los trabajadores eventuales agrarios van a sufrir en sus carnes las consecuencias de la eliminaci¨®n de la paga extra de Navidad a los empleados p¨²blicos. En concreto, a los trabajadores del Programa de Fomento de Empleo Agrario (Profea, antiguo PER) se les est¨¢ descontando seis euros por d¨ªa, lo que supone unos 90 euros para una campa?a de apenas 15 d¨ªas.
Mientras tanto, la Inspecci¨®n de Trabajo y Seguridad Social ha iniciado los controles en la campa?a de la aceituna para comprobar el cumplimiento de la normativa laboral en el sector. Las actuaciones van dirigidas en varias direcciones. Por un lado, se intentar¨¢n corregir posibles casos de abuso en materia de jornada o salarios por debajo de convenio. Tambi¨¦n se buscar¨¢n posibles situaciones de empleo sumergido, como la contrataci¨®n de trabajadores extranjeros sin autorizaci¨®n para trabajar en Espa?a, la simultaneidad del trabajo con el cobro de prestaciones o el incumplimiento de las obligaciones de alta y cotizaci¨®n en la Seguridad Social.
Los inspectores tambi¨¦n vigilar¨¢n el cumplimiento de la Ley de Prevenci¨®n de Riesgos Laborales como la utilizaci¨®n de equipos de trabajo seguros o el uso de elementos de protecci¨®n individual y colectiva. Los sindicatos vienen denunciando la escasez de medios de la Inspecci¨®n en la agricultura.
La campa?a de recolecci¨®n de la aceituna, la que m¨¢s empleo suele dar en el campo andaluz, se ha generalizado esta semana en pr¨¢cticamente todas las zonas productoras de la comunidad. Va a ser la peor cosecha desde 1995. La producci¨®n ha ca¨ªdo por encima del 75% en Ja¨¦n, la provincia olivarera por excelencia, por culpa de la sequ¨ªa del ¨²ltimo a?o. Los sindicatos estiman que se perder¨¢n m¨¢s de nueve millones de jornales, la mitad de ellos en Ja¨¦n. Esta situaci¨®n ha agudizado las tensiones laborales en el campo. Y, como era previsible, adem¨¢s de los inmigrantes, reducidos este a?o a la m¨ªnima expresi¨®n, las mayores v¨ªctimas son las mujeres.
La recogida de la aceituna ha sido donde la mayor¨ªa de las jornaleras encontraba las 35 peonadas necesarias para optar al subsidio agrario. Y m¨¢s este a?o al fallar tambi¨¦n la vendimia y la recolecci¨®n del esp¨¢rrago. Por tanto, si no hay trabajo tampoco habr¨¢ subsidio. Lo cuenta Inma, una jornalera de J¨®dar (Ja¨¦n). ¡°No solo me han echado del tajo al que acud¨ªa cada a?o sino que me ser¨¢ imposible alcanzar las 35 peonadas, es una doble discriminaci¨®n¡±, cuenta. M¨¢s problemas a¨²n tendr¨¢ una paisana suya, Susana Collado, que al ser menor de 25 a?os y no tener hijos, debe acreditar 53 jornales. ¡°Y encima el paro se me ha acabado esta semana¡±, se lamenta.
La discriminaci¨®n de la mujer en el campo no es algo balad¨ª. El 55% de los 468.000 afiliados al R¨¦gimen Agrario en Andaluc¨ªa son mujeres, al igual que son mayor¨ªa las que cobran el subsidio agrario (92.000 frente a 51.000 hombres a finales de septiembre). ¡°Esa discriminaci¨®n es una vuelta de tuerca m¨¢s hacia actitudes arcaicas e impropias del siglo en el que estamos¡±, se lamenta Antonio Marcos, secretario de la Federaci¨®n Agroalimentaria de UGT en Ja¨¦n. El sindicato quiere denunciar ante la Inspecci¨®n de Trabajo a las empresas que discriminan.
Los empresarios, por su parte, niegan la mayor. ¡°Hoy el campo se ha mecanizado mucho y la mano de obra se ha especializado, y son los hombres los que m¨¢s se han profesionalizado¡±, justific¨® en su d¨ªa Luis Carlos Valero, gerente de la patronal agraria Asaja en Ja¨¦n. Pero la realidad dice que tuvieron que pasar muchos a?os para que la patronal equiparara el salario de hombres y mujeres en los olivares. Y todav¨ªa hoy existe una discriminaci¨®n encubierta a la hora de pagar, ya que los hombres se benefician de las nuevas categor¨ªas creadas en el convenio del campo. ¡°Al hombre se le paga por llevar la vara mec¨¢nica o la vibradora a pesar de que es una tarea que tambi¨¦n realizamos las mujeres¡±, comenta Juana Castro, una aceitunera de Arbuniel. Ella s¨ª ha encontrado trabajo en el olivar, pero gracias a que iba con su marido.
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