El ascenso del escudero

Aunque a veces su discurso pol¨ªtico pudiera dar a entender lo contrario, la trayectoria profesional de Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) se agota en las instituciones. Fue secretario de Ayuntamiento en A Ca?iza, Cervantes y Cambados hasta que su antecesor en el PP y tambi¨¦n conselleiro de Xustiza, Jes¨²s Palmou, lo nombr¨® primero jefe de gabinete en 1996 y despu¨¦s director general de Administraci¨®n Local. A diferencia de lo que se?alan algunas cr¨®nicas, fue el propio Palmou, que lo descubri¨® en Nuevas Generaciones, quien lo puso en contacto con Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que no lo conoc¨ªa, semanas antes de la sucesi¨®n de Fraga, para que fuera su n¨²mero dosen la nueva era del PP gallego. El propio Rueda ha agradecido p¨²blicamente en alguna ocasi¨®n a su mentor esas oportunidades.

Desde enero de 2006 ya vol¨® en solitario. La oposici¨®n le acusa de manejarse en las alcantarillas de la pol¨ªtica y de estar detr¨¢s de la campa?a sucia de 2009. Quienes conocen los entresijos del PP matizan esta idea y sugieren que en el reparto de papeles le ha tocado ejercer de malo. Ambicioso y concienzudo en el trabajo, recibe el premio de ser vicepresidente y la coordinaci¨®n de las distintas conseller¨ªas que ya vino ejerciendo en la sombra durante la legislatura pasada. Su labor no diferir¨¢ gran cosa de la realizada en los ¨²ltimos cuatro a?os, habida cuenta del car¨¢cter personalista que Feij¨®o imprime a sus Gobiernos. Queda en el aire si el nombramiento acompa?a la penitencia de tener que dar la cara por el Gobierno cuando vengan mal dadas. En el PP son mayor¨ªa los que dan por hecho que el ascenso en la Xunta agilizar¨¢ su defenestraci¨®n en el partido con el abandono de la secretar¨ªa general en el congreso de enero. Hay incluso quien pretende ver en su designaci¨®n un gesto sucesorio. Es la lectura de quienes siempre han visto a Feij¨®o con la maleta camino de Madrid.