Una reposici¨®n inteligente
El tiempo no pasa por 'El Juramento' de Emilio Sagi y la soluci¨®n esc¨¦nica-teatral se mantiene con la misma frescura que cuando se estren¨® en 2000
Las reposiciones de espect¨¢culos avalados por el ¨¦xito, si se hacen con inteligencia y no se abusa de ellas, son una soluci¨®n m¨¢s que digna para complementar las programaciones art¨ªsticas en tiempos de crisis. La producci¨®n de Emilio Sagi para El juramento, con vestuario del fallecido dise?ador Jes¨²s del Pozo, se estren¨® en 2000. El tiempo no pasa por ella y la soluci¨®n esc¨¦nica-teatral se mantiene con la misma frescura que cuando se mostr¨® por primera vez.
El sentido del humor es paralelo a la fantas¨ªa visual. La fluida direcci¨®n de actores se desarrolla en un espacio escenogr¨¢fico sugerente de Gerardo Trotti, con el valor a?adido de un vestuario rebosante de imaginaci¨®n. Es un acierto esta recuperaci¨®n. Transmite una sensaci¨®n incuestionable del trabajo bien hecho y es una demostraci¨®n palpable de optimizaci¨®n de recursos. Hoy entra en su ¨²ltima semana de representaciones. Vale la pena acercarse por el teatro de La Zarzuela.
Necesitan las reposiciones esc¨¦nicas unas prestaciones musicales en consonancia con sus m¨¦ritos art¨ªsticos. El juramento cumple sobradamente estas exigencias irrenunciables, tanto en el reparto vocal como en la direcci¨®n musical de Miguel ?ngel G¨®mez Mart¨ªnez, ajustada y segura como en ¨¦l es habitual.
El reparto vocal var¨ªa seg¨²n las funciones. El que a m¨ª me correspondi¨® es magn¨ªfico. Incisiva y pizpireta Sabina Puertolas, intencionada y gracios¨ªsima Mar¨ªa Rey-Joly, elegante y solvente Gabriel Berm¨²dez, impecable teatralmente Luis Alvarez, y m¨¢s que solventes en su totalidad Javier Gal¨¢n, David Men¨¦ndez o Alexandre Guerrero. As¨ª da gusto, pues el espectador se despreocupa en gran medida de la realizaci¨®n y se centra fundamentalmente en la obra.
N¨²meros tan finamente ir¨®nicos como el del coro de la murmuraci¨®n no pasan desapercibidos para el p¨²blico, y tanto las diferentes romanzas individuales como las escenas de conjunto se muestran con precisi¨®n a la par que con gran naturalidad. La representaci¨®n funciona como un mecanismo de relojer¨ªa. El p¨²blico se divierte y la zarzuela de Gaztambide se revaloriza. ?Una sonrisa para la crisis? Pues s¨ª, pero no lo digamos muy alto por si acaso.
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