Di¨¢logos que arrebatan

Ella es portuguesa, ¨¦l es brasile?o. La pianista Mar¨ªa Joao Pires y el violonchelista Antonio Meneses hablan la misma lengua. Dialogan sin palabras, con afectividad desde la m¨²sica. Entre ellos se produce algo as¨ª como lo que el cineasta portugu¨¦s Manoel de Oliveira llama en una de sus pel¨ªculas ¡°amor de perdi?ao¡±. Es un amor que arrebata y contagia a la audiencia. El concierto fue de una hermosura ¨ªntima. En la Sonata Arpeggione, de Schubert; en la Opus 38, de Brahms; en la Romanza sin palabras, de Mendelssohn; en una musicalmente deliciosa Pastoral, de Bach, que regalaron como primera propina.

Los grandes int¨¦rpretes sienten de cuando en cuando la necesidad de tocar juntos. Si entre ellos existe la complicidad que ayer demostraron Pires y Meneses, sucede lo que sucedi¨®: una velada en el m¨¢s puro esp¨ªritu de la m¨²sica de c¨¢mara. Una demostraci¨®n de m¨²sica sosegada, de conversaci¨®n art¨ªstica m¨¢s all¨¢ de lo evidente. Pires, en solitario, abord¨® con sensibilidad los Tres Intermezzi, opus 117, de Brahms. Sin un ¨¢pice de virtuosismo, buscando en todo momento las esencias m¨¢s ocultas de la m¨²sica. Era la misma actitud que desplegaba en los di¨¢logos con el violonchelista.

Meneses se inclin¨® por el lado m¨¢s cantabile de su instrumento en el fraseo. Cantaba el violonchelo, acompa?aba el piano. Pieza a pieza la sensaci¨®n de una belleza cercana se impon¨ªa. Una atm¨®sfera de familiaridad acab¨® por llenar la sala. Qu¨¦ bonito Schubert, qu¨¦ vital Mendelssohn, qu¨¦ interiorizado Brahms, qu¨¦ luminoso Bach. Es curioso. Con su actitud de sencillez compartida, los int¨¦rpretes transmit¨ªan continuamente una sensaci¨®n de verdad. No les hac¨ªa falta el exhibicionismo. Su planteamiento iba en otra direcci¨®n. Y de esa manera fueron conquistando a un p¨²blico cada vez m¨¢s entregado. De Pires sacaba a flote su lado m¨¢s pedag¨®gico y solidario, de Meneses la pasi¨®n mel¨®dica de su tierra. Fue un concierto de los que arrebatan, de ¡°perdi?ao¡±.