Los fracasos de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo
En ¡®Todas a la una¡¯, Ester Bellver encarna prosas y poemas del fil¨®sofo zamorano
Sobre los cuadernos extendidos por el escenario, un clavel rojo. Ya estaba all¨ª en las funciones de Todas a la una que Ester Bellver interpret¨® en vida de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo, simbolizando tal vez su figura, pero ahora que falleci¨®, la flor lo evoca con mayor fuerza: casi dir¨ªase que en ella est¨¢ ¨¦l. Bellver llevaba a?os intentando montar una de las tragedias del fil¨®sofo poeta, tan sin ¨¦xito que al final opt¨® por concebir un proyecto a menor escala: el caso era ponerle voz cada noche a la palabra de quien fue su maestro, dentro y fuera del Teatro de La Abad¨ªa.
¡°Y tampoco tienen por qu¨¦ ser de uno los recuerdos que a uno le reviven; no: tambi¨¦n a veces lo que uno oye contar a otro, lo reconoce como verdadero, y le penetra, y se apropia de aquel recuerdo ajeno como si hubiera sido ¨¦l mismo quien viviera el trance recordado¡±, comienza diciendo Garc¨ªa Calvo por boca de Bellver. Y, efectivamente, reconocemos como propia, aunque no la hayamos vivido, esa historia del hombre que cruza el oc¨¦ano para darle el ¨²ltimo adi¨®s a una amante suya de anta?o, extra¨ªda de Registro de recuerdos, contada con tan certera delicadeza por autor y actriz. Tambi¨¦n nos resulta inquietantemente familiar el subtexto de Tres hojas sueltas, relato de una ni?a destronada por su hermana peque?a.
Todas a una
Sobre textos de Agust¨ªn Garc¨ªa Calvo. Interpretaci¨®n y direcci¨®n: Ester Bellver. Luz: Juan G¨®mez Cornejo. Sala Tri¨¢ngulo. Los jueves, hasta el 20 de diciembre.
Tan elocuentes como ambos relatos, las canciones a capella, a las que Bellver ha puesto m¨²sica de ra¨ªz popular, sin ret¨®ricas, gui¨¢ndose por su buen o¨ªdo para la tradici¨®n oral; y el dulcemente macabro Romance del muerto bienamado, en el que se acompa?a al pandero. En su interpretaci¨®n del poema ¡°Yertas est¨¢n todav¨ªa / las varas de los chopos en fila¡¡±, la actriz opta por acompasar texto con gesto, cuando mejor resultar¨ªa dicho sin pesta?ear: el menor movimiento estorba aqu¨ª a la palabra.
En Todas a la una, no hay hilo conductor, sino un delicado juego de ecos: cada fragmento resuena en el que sigue, acaso demasiado sutilmente. Es la actitud de la actriz, la cualidad de su interpretaci¨®n, la exactitud en la intenci¨®n de los personajes, brevemente esbozados o mostrados con distanciamiento, lo que da empaque y continuidad al espect¨¢culo. Garc¨ªa Calvo no quiso perd¨¦rselo: reci¨¦n salido del hospital, se qued¨® en Madrid para verlo, el 21 de octubre pasado, y subi¨® al escenario generosamente, para recitar un poema: ¡°Enorgull¨¦cete de tu fracaso / que sugiere lo limpio de la empresa¡±. De esa su ¨²ltima aparici¨®n en p¨²blico, dan fe un v¨ªdeo, y ese clavel, dos veces encarnado ahora.
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