17 rosas vuelven a casa con dignidad
Entierro con honores para el grupo de mujeres de Guillena asesinadas en 1937 Cientos de familiares, vecinos y autoridades homenajean a las represaliadas
Las 17 rosas de Guillena fueron encarceladas, vejadas, rapadas y paseadas por su pueblo para escarnio p¨²blico. Luego, los falangistas las acarrearon en un cami¨®n, como animales, y se las llevaron al vecino municipio de Gerena, tambi¨¦n en la provincia de Sevilla. All¨ª, estas 17 mujeres de entre 24 y 70 a?os fueron asesinadas en noviembre de 1937 y arrojadas a una fosa com¨²n del cementerio.
Cuentan que de aquel cami¨®n que viajaba hacia la infamia solo sal¨ªan llantos y gritos de miedo. Este s¨¢bado, 75 a?os despu¨¦s, el silencio casi absoluto solo lo han roto las campanas tocando a muerto. Las 17 rosas de Guillena han regresado a su pueblo y cientos de familiares y vecinos las han acompa?ado hasta el camposanto. "Verdad, justicia y reparaci¨®n", se lee en la placa que han colocado a la entrada del pante¨®n en el que las mujeres descansan juntas desde hoy.
El camino de vuelta de Gerena a Guillena lo han hecho 75 a?os despu¨¦s como hero¨ªnas y con la dignidad recuperada. En dos coches f¨²nebres han viajado 17 cajas de madera, 17 rosas y 17 peque?os cartelitos con el nombre de cada una. Manuela, Rosario, Natividad, Granada, Trinidad, Ramona, Ana Mar¨ªa, Josefa... La Polic¨ªa Local y una caravana formada por decenas de autom¨®viles con algunas banderas tricolores las han escoltado durante todo el trayecto. Al funeral laico que se ha celebrado en el cementerio de Guillena han asistido los alcaldes de los dos municipios, el presidente del Parlamento andaluz,?Manuel Gracia,? y el de la Diputaci¨®n de Sevilla, Fernando Rodr¨ªguez Villalobos.
Tambi¨¦n ha estado all¨ª, sentado en una silla de anea, Jos¨¦ Dom¨ªnguez N¨²?ez, uno de los protagonistas de esta historia. Gracias a este hombre, que presenci¨® encaramado a un olivo el asesinato de las mujeres a manos de falangistas y guardias civiles cuando solo era un ni?o, se pudo localizar la fosa del cementerio de Gerena en la que todas estaban enterradas.
"Se han cerrado 17 heridas del pasado", ha resumido Mar¨ªa Jos¨¦ Dom¨ªnguez, presidenta de la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica 19 Mujeres de Guillena. Porque las 17 eran, al principio, 19. Pero dos de las detenidas fueron indultadas y se salvaron de la muerte.
Lo que un¨ªa a este grupo de mujeres eran sus parejas y familiares, que o bien estaban en el frente con el bando republicano o bien hab¨ªan huido a la sierra como maquis. Para Luc¨ªa S¨®cam ¡ªcuya t¨ªa abuela, Granada Hidalgo Garz¨®n, fue una de las asesinadas¡ª este era el ¨²nico "nexo" entre aquellas mujeres. Ese y que los falangistas quer¨ªan sacarles el paradero de sus familiares. En el libro Las v¨ªctimas de la represi¨®n militar en la provincia de Sevilla (1996-1963) Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa M¨¢rquez denomina a estas acciones "operaciones de limpieza". Se trataba, seg¨²n este historiador, de "matanzas de mujeres exclusivamente para cortar de ra¨ªz las ayudas que los huidos en las sierras estaban recibiendo de los pueblos". Garc¨ªa M¨¢rquez tiene documentadas matanzas como la de Gerena de 1937 en otros municipios sevillanos como El Real de la Jara, El Ronquillo o Guillena.
Cada una de las represaliadas ten¨ªa su peque?a historia. En el caso de Granada Hidalgo Garz¨®n, cuya madre tambi¨¦n forma parte de las 17 asesinadas en Gerena, sab¨ªa leer. "Era un peligro p¨²blico", ironiza su sobrina nieta, "le¨ªa la prensa republicana".
S¨®cam tambi¨¦n est¨¢ dentro de la asociaci¨®n 19 Mujeres de Guillena. Han tardado m¨¢s de una d¨¦cada en conseguir localizar, desenterrar, identificar y volver a enterrar dignamente a sus familiares y vecinas. Y la principal angustia que sent¨ªan era el paso del tiempo, que ha ido borrando a los descendientes directos de las represaliadas. "A¨²n quedan cinco hijos vivos que llevaban 75 a?os esperando", seg¨²n S¨®cam.
Es el caso de Antonia Macedo, que tambi¨¦n ha asistido al homenaje a las 17 rosas. Tiene 79 a?os y la dejaron hu¨¦rfana de madre a los cuatro. De ella le queda una foto y unos bonitos ojos azules que ayer estaban cubiertos de l¨¢grimas. "Lo que yo he pasado sin mi madre", contaba a las puertas del Ayuntamiento de Gerena, donde han estado custodiados los restos de las 17 mujeres desde febrero de este a?o, cuando se concluy¨® la exhumaci¨®n.
"Mataron a mi madre porque iban en busca de mi padre, que estaba en el frente". Antonia ten¨ªa otra hermana, que muri¨® poco tiempo despu¨¦s. "Adem¨¢s, mi madre estaba embarazada".
La represi¨®n franquista tambi¨¦n se ceb¨® con las mujeres. "Quer¨ªan sembrar miedo, y bien sembrado lo dejaron". Seg¨²n S¨®cam, los hu¨¦rfanos que quedaron sufrieron "vejaciones" durante el resto de la dictadura.
El historiador Garc¨ªa M¨¢rquez tiene recopilados en la provincia de Sevilla m¨¢s de 500 expedientes de mujeres asesinadas solo en aplicaci¨®n de los bandos de guerra. "M¨¢s que 13, 17 o 25 rosas, hay una aut¨¦ntica rosaleda de muerte", se?ala este investigador en su libro. El aceite de ricino y el escarnio p¨²blico eran las recetas que m¨¢s empleaban los falangistas contra las represaliadas. "Estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabr¨¢n lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen". El general Gonzalo Queipo de Llano, el m¨¢ximo responsable de la represi¨®n en Sevilla, arengaba as¨ª a sus tropas contra las mujeres a trav¨¦s de sus charlas radiof¨®nicas al inicio del alzamiento.
Pero, transcurridos 75 a?os, Antonia Macedo ya no quiere venganza contra los que le quitaron a su madre aquel mes de noviembre de 1937. "No soy vengativa". Sin embargo, conoce a los que la asesinaron o ayudaron a hacerlo. "Son del pueblo, y est¨¢n todos muertos ya".
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