Enemigos de 1714 en el comedor de casa

?Las posturas m¨¢s irreconciliables pueden acabar encontr¨¢ndose. Aunque sea a trav¨¦s del arte. El Ayuntamiento de Barcelona ha presentado tres pinturas del XVIII que acaba de adquirir, cargadas de simbolismo para una ciudad cada vez m¨¢s volcada con la celebraci¨®n del tricentenario de la derrota de 1714. Se trata de los retratos al ¨®leo del emperador Carlos VI de Austria (1685-1740) y de su mujer, la bella Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenb¨¹ttel (1691-1750), as¨ª como el de Jaime de Guzm¨¢n-D¨¢valos y Sp¨ªnola, marqu¨¦s de la Mina (1690-1767). Estos personajes representan a los dos bandos que se enfrentaron durante a?os en la Guerra de Sucesi¨®n a la corona espa?ola, que acab¨® con parte de la ciudad arrasada y sometida y miles de barceloneses exiliados. Por una parte, los emperadores y archiduques, m¨¢ximos representantes del bando austricista, muy ligados a Barcelona, sobre todo tras establecer su corte en 1705 y contraer matrimonio, tres a?os m¨¢s tarde, en Santa Maria del Mar. Por otro lado, el de un militar de Felipe V, uno de los primeros gobernadores borb¨®nicos de Catalu?a, cargo que ejerci¨® con mano dura durante 25 a?os.

?Lo sorprendente del caso es es que las tres obras han sido adquiridas a la misma familia, los Al¨°s-Moner, descendientes del erudito y experto en Llull y Arnau de Vilanova, Ramon d'Al¨°s-Moner, que las han tenido varios siglos conviviendo y compartiendo un mismo espacio, uno al lado de los otros: primero en la mas¨ªa familiar del Guinard¨® y luego en el sal¨®n-comedor del piso familiar de la barcelonesa Rambla de Catalunya.

Seg¨²n N¨²ria Rivero, responsable de proyectos de Patrimonio del Instituto de Cultura de Barcelona, la existencia de las tres pinturas lleg¨® a conocimiento del consistorio de forma casual, en noviembre de 2011, tras ser ofrecidos otros objetos de la vivienda familiar que iba a ser desmontada. ¡°Las quer¨ªamos adquirir por su importancia hist¨®rica. Adem¨¢s, sus due?os demostraron gran inter¨¦s para que pasaran a manos de la ciudad, abandonando su intenci¨®n de subastarlas¡±.

A la espera de su restauraci¨®n, se sabe que las pinturas del emperador y su esposa son an¨®nimas, de la escuela centroeuropea y fueron pintadas entre 1725 y 1735, cuando los dos gobernantes hab¨ªan cumplido ya los cuarenta a?os. La importancia, seg¨²n Jaume Ciurana, concejal de Cultura del ayuntamiento, no es tanto su valor art¨ªstico como que son muy pocas las im¨¢genes que se han conservado de ellos en Catalu?a. Apenas un par: las del Palau Mercader de Cornell¨¤ y la del Palau Episcopal de Vic (en ¨¦sta solo el archiduque). ¡°Si hubo m¨¢s, viajaron al exilio con los derrotados de 1714 o se destruyeron por temor a represalias¡±.

Las telas, de excepci¨®n en

Gran desconocida, la archiduquesa fue nombrada por su marido, tras marchar ¨¦ste a Francfort a tomar posesi¨®n de la corona de emperador del Sacro Imperio Romano Germ¨¢nico entre 1711 y 1713, gobernadora general de Catalu?a, reinando durante los peores a?os del conflicto contra los borbones. Cuando march¨® Isabel a Italia, en el marco de la evacuaci¨®n de las tropas, dej¨® escrito: ¡°No amar¨¦ nunca ninguna naci¨®n como amo a los catalanes, as¨ª ser¨¢ para siempre¡±.

La tercera obra tiene mayor tama?o e importancia art¨ªstica, ya que lleva la firma de uno de los pintores destacados del XVIII catal¨¢n: Manuel Tramulles, que retrat¨® al militar con todas sus galas, pero resaltando su aspecto rudo, inquietante y castigado por la edad. Adem¨¢s, hasta que apareci¨® en el piso del Eixample, esta pintura se daba por desaparecida.

El marqu¨¦s de la Mina fue un militar borb¨®nico que, pese a su control de la ciudad sometida, impuls¨® el arte y la cultura y se preocup¨® de embellecerla con nuevos edificios. Fue quien promovi¨® la construcci¨®n del nuevo barrio de la Barceloneta para alojar a los expulsados de la Ribera para construir la Ciutadella militar, tras encargarlo al ingeniero Juan Mart¨ªn Cerme?o. Tramulles lo recoge en su pintura. Como si fuera un paisaje, realiza la primera representaci¨®n del nuevo barrio, con cuatro bloques de casas que daban a la fachada del muelle mar¨ªtimo y la iglesia de Sant Miquel del Port donde fue enterrado el propio marqu¨¦s en un mausoleo.

El Ayuntamiento ha adquirido las tres obras por 12.660 euros, cifra que Ciurana califica de ¡°insignificante¡± dado su valor hist¨®rico. ¡°Las piezas permitir¨¢n explicar con materiales originales un periodo y unos protagonistas esenciales de la historia catalana del XVIII¡±, afirma. En cuanto a la coincidencia de las tres obras, tan opuestas, bajo un mismo techo, Ciurana solo acierta a aventurar que "las ramas familiares tienen coincidencias extra?as y acaban uni¨¦ndose, por opuestas que sean¡±.

El azar har¨¢ que las obras sigan juntas, ya que formar¨¢n parte de la colecci¨®n y se expondr¨¢n de forma permanente en el nuevo Born Centre Cultural que abrir¨¢ sus puertas el 11 de septiembre de 2013. Un inesperado reencuentro entre esos personajes y los hechos que protagonizaron.