Las tarifas reabren la guerra del agua
Los regantes del Guadalquivir se enfrentan por los precios que marca el plan hidrol¨®gico La Junta y las organizaciones critican que no prime el ahorro
La aprobaci¨®n del plan hidrol¨®gico del Guadalquivir por parte del Consejo Nacional del Agua no ha hecho m¨¢s que reabrir la guerra por el agua entre los agricultores, que acaparan el 92% de los usos en toda la cuenca. Los regantes se sienten agraviados por un r¨¦gimen tarifario que prima por igual a quien m¨¢s agua ahorra que al resto, o que no pone l¨ªmites al consumo de las grandes zonas regables. Como ha criticado el consejero de Agricultura, Luis Planas, no es entendible que en una cuenca con un d¨¦ficit h¨ªdrico de un tercio de su volumen no se primen las medidas de ahorro y no se establezcan l¨ªmites indicativos al consumo.
El nuevo plan del Guadalquivir poco o nada tiene que ver con el documento consensuado hace tres a?os por los agentes sociales andaluces. ¡°Se ha roto el consenso y se ha aprobado un plan por la puerta de atr¨¢s, retrocediendo de forma importante en la pol¨ªtica de ahorro del agua¡±, sostiene Agust¨ªn Rodr¨ªguez, secretario general de UPA en Andaluc¨ªa, una de las organizaciones que vot¨® en contra del plan en el Consejo Nacional del Agua y que ha presentado un voto particular por su desacuerdo con las medidas implantadas.
El plan deja en el aire la regularizaci¨®n de regad¨ªos en Do?ana
En s¨ªntesis, la UPA no entiende que se revisen al alza las dotaciones de las grandes zonas regables hist¨®ricas, con consumos por encima de los 6.000 metros c¨²bicos por hect¨¢rea, y no se prime a cultivos, como es el caso del olivar, con un consumo inferior a los 1.500 metros c¨²bicos por hect¨¢rea.
Los consumos m¨¢ximos para las grandes comunidades de regantes (de m¨¢s de 2.500 hect¨¢reas) era una propuesta de la Junta que el Ministerio de Agricultura elimin¨® del plan hidrol¨®gico. Feragua, la principal organizaci¨®n de regantes andaluza, aplaude su supresi¨®n. ¡°El establecimiento de dotaciones m¨¢ximas para las grandes comunidades no puede decirse que tenga siquiera una justificaci¨®n social¡±, indica su presidenta, Margarita Bustamante, para quien el consumo por cultivos es similar en una superficie de regad¨ªo, con independencia del tama?o de la comunidad. Y desde la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir se recuerda que el 65% de la superficie considerada como grandes zonas regables est¨¢ dividida en comuneros con parcelas de menos de 10 hect¨¢reas por propietario de media.
Pero Areda, la asociaci¨®n m¨¢s representativa en el alto Guadalquivir y que tambi¨¦n prepara un voto particular contra la aprobaci¨®n del plan hidrol¨®gico, no opina lo mismo. ¡°El canon de riego para el olivar es similar al de cultivos con un consumo mucho mayor, como cereales, algod¨®n, arroz o fresa¡±, indica el presidente, Marcelo Morales, que lamenta que con el plan aprobado no se impulsen las medidas de ahorro.
El plan hidrol¨®gico mantiene tambi¨¦n el cobro por hect¨¢rea, y no por volumen real consumido como defend¨ªan la Junta y otras organizaciones. El presidente de la Confederaci¨®n del Guadalquivir, Manuel Romero, dice compartir esa propuesta, que ya se establec¨ªa en la Ley de Aguas. Ahora bien, apunta que la medida ¡°s¨®lo es viable en aquellas explotaciones que hayan sido modernizadas, ya que el resto no cuenta con las infraestructuras necesarias para ello¡±. Un argumento que el responsable de la UPA considera una excusa. ¡°Donde no se hayan puesto contadores, que se pongan. No estamos dispuestos a que los regantes de olivar sigan sufriendo un control absolutamente riguroso para ver si alguien se pasa alg¨²n metro c¨²bico y sancionarlo¡±. Y el presidente de Areda abunda al respecto recordando que ¡°la modernizaci¨®n de regad¨ªos ha sido fruto de las grandes inversiones acometidas por los agricultores¡±.
Precisamente, el plan hidrol¨®gico deja tambi¨¦n en el aire la regularizaci¨®n de unas 9.000 hect¨¢reas de regad¨ªo contempladas en el Plan Especial de Ordenaci¨®n de Regad¨ªo de la Corona Norte de Do?ana. ¡°Lo contempla con mucha ambig¨¹edad y condicionado a que los recursos lo permitan¡±, lamenta Agust¨ªn Rodr¨ªguez. Los ecologistas de WWF han advertido de que el plan hidrol¨®gico ¡°agravar¨¢¡± los problemas de calidad y cantidad de agua en Do?ana.
Aunque Feragua ha apoyado el plan del Ministerio de Agricultura, no descarta recurrirlo, como ya hizo con el plan del Tinto-Odiel-Piedras, si no se modifica y se garantizan dotaciones suficientes para el cultivo de la fresa. Margarita Bustamante considera que la dotaci¨®n prevista para este cultivo, de 4.500 metros c¨²bicos por hect¨¢rea, ¡°no est¨¢ agron¨®micamente justificada por el organismo de cuenca y pone en grave peligro la competitividad en los mercados y el empleo que generan las explotaciones agr¨ªcolas de las zonas freseras de la provincia onubense¡±. Feragua dispone de informes t¨¦cnicos que estiman para la fresa en la zona regable Almonte-Marismas unas necesidades m¨ªnimas, como dotaci¨®n neta, de 5.600 metros c¨²bicos por hect¨¢rea.
Aunque la Confederaci¨®n del Guadalquivir destaca que el plan hidrol¨®gico se aprob¨® con un respaldo del 86% y con solo seis votos en contra, uno de esos votos negativos haya sido de la Junta de Andaluc¨ªa, la comunidad por donde discurren el 98% de los usos del agua. Lo dice el consejero de Agricultura, Luis Planas, para quien el plan aprobado ¡°no se corresponde con la realidad de la gesti¨®n de los recursos h¨ªdricos¡±. Planas admite que ¡°hay un problema de gesti¨®n¡± en la cuenca del Guadalquivir desde que ¨¦sta pas¨® otra vez al Estado tras la sentencia del Tribunal Constitucional.
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