El paro no discrimina
El 94% de la destrucción de empleo afecta a menores de 35 a?os sin distinción de origen Inmigrantes y espa?oles dejan el país, vuelven a las aulas o se refugian en las familias
El paro no hace distinciones. La dureza de esta crisis afecta a todos los sectores, géneros, nacionalidades y formación. Pero sí hay una categoría especialmente vulnerable: la correspondiente a menores de 35 a?os. Un estudio del Observatorio Permanente Andaluz de la Migraciones (OPAM) ha detectado que el 94% de la destrucción de empleo registrada desde 2007 ha afectado directamente a personas, independientemente de su origen, menores de esa edad, a la que se considera que ha culminado el periodo formativo y se está en condiciones de obtener una posición más estable. También que el paro de larga duración entre estos se acerca a las temidas tasas de aquellos desempleados de más de 45 a?os. Las salidas son abandonar Espa?a, volver a estudiar y refugiarse en el entorno familiar.
El estudio del OPAM pretendía averiguar si la juventud inmigrante se encuentra en una situación aún peor que la espa?ola por su “vulnerabilidad ante los cambios de ciclo económico”, “precariedad y “debilidad de la red social y familiar”. Tras el análisis de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) desde 2007 y del padrón, han detectado que el desastre laboral no entiende de orígenes, pero sí de edades.
La población extranjera de entre 16 y 34 a?os supone el 42% de los 5,7 millones de residentes que nacieron fuera de Espa?a. Antes del comienzo de la crisis, el 65% de este colectivo tenía empleo y 14 de cada 100 estaban desempleados (tres puntos más que los espa?oles). Ocupaban puestos de nivel medio bajo (53,7%) o sin cualificación (33%). A estos datos se sumaba una situación laboral más precaria.
Tras el desplome económico, las tasas de empleo han bajado 15 puntos entre estos trabajadores, una reducción que ha afectado a jóvenes espa?oles y extranjeros de todas las edades, aunque en menor proporción a espa?oles de más de 35 a?os.
La tasa de paro entre los extranjeros de menos edad se ha elevado por encima del 37%, el triple que en 2007, mientras que el mismo colectivo de origen espa?ol sufre tasas del 29%, casi 20 puntos más que hace un lustro.
Entre el colectivo inmigrante, quienes más sufren el desempleo son los africanos (más de la mitad está en paro); rumanos y búlgaros (37%); y latinoamericanos, cuya tasa de paro se ha triplicado (30%). También tres de cada diez espa?oles y miembros de la UE menores de 35 a?os están en paro.
La tasa de paro se ha triplicado tanto para espa?oles como para extranjeros
La universalidad de esta crisis también se refleja en que las tasas de desempleo se “han disparado”, según el estudio del OPAM, en todos los niveles formativos.
En relación con el género, ha causado “cambios en la posición relativa”. De esta forma, en 2007 había más paradas extranjeras (16%) que espa?olas (13%) y más foráneos (11,6%) que locales (9%). Ahora, las mujeres de otros países han conseguido moderar su paro y los espa?oles de ambos géneros se van igualando. Por el contrario, los inmigrantes hombres han corrido la peor suerte, ya que ocupaban numerosos puestos en sectores muy castigados, como la construcción y la industria, que están, además, muy masculinizados.
El OPAM advierte de las implicaciones de la salida de los recursos humanos
La prolongación de la situación de desempleo, considerado de larga duración cuando supera el a?o, también está afectando a este colectivo de forma especial, que sufre, junto a sus familias, el desgaste psicológico que genera esta situación y que conlleva, advierte el Observatorio, una “devaluación irreversible” del capital humano.
Si hace un lustro eran unos 40.300 extranjeros (16,5%) quienes pasaban más de doce meses sin empleo, en los últimos a?os esta cifra se ha disparado hasta las 271.000 personas (46%). La variación porcentual ha sido similar entre los espa?oles, pero en términos absolutos han pasado de 157.300 a 835.000 los menores de 35 a?os que llevan más de un a?o sin encontrar trabajo.
Tres salidas
Este escenario laboral deja como conclusión que el paro no es discriminatorio ni en las consecuencias ni en las salidas que están adoptando los afectados. En este sentido, tanto extranjeros como espa?oles están optando por abandonar el país para intentar reconducir su futuro. En el caso de los extranjeros, algunos optan por volver a sus naciones y otros por migrar a otras con mejores perspectivas económicas.
En cualquier caso, esta salida de capital humano tiene "hondas implicaciones", según el OPAM, en la estructura productiva y en la sostenibilidad de cualquier modelo.
Otra de las alternativas detectadas es la vuelta a los estudios para mejorar sus opciones laborales en el futuro, cuando vuelva la creación de empleo y sí se prime la formación y cualificación. De esta forma, un 13% de extranjeros y un 27% de espa?oles han vuelto a clase.
Finalmente, queda la opción de encontrar refugio en el entorno familiar hasta que pase la tormenta laboral, pero es una alternativa que tiene que contar con una red con un nivel de renta suficiente y cercana, algo más difícil para los extranjeros. Más de 1.150.000 menores de 35 a?os habitan viviendas donde hay varios desempleados.
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